Al ser humano le atormenta la muerte de manera natural, esto es un hecho. A pesar de que invirtamos gran parte de nuestro tiempo y esfuerzo en “vivir la vida” sin preocupaciones y sin ser conscientes de que la muerte puede llegarnos en cualquier momento, lo cierto es que a todos nos va a llegar la hora tarde o temprano.
Justamente por esto, la mayoría de personas buscan remedios para combatir el envejecimiento, ya sea estético o biológico. Pero el problema aparece cuando descubrimos que hay un sin fin de métodos, dietas, estrategias, tratamientos que aseguran ser efectivos, pero rara vez lo son. Es aquí donde el Ikigai sale a la luz como el único y verdadero vencedor demostrado.
Además de este concepto, que resulta indispensable para una vida estable y con un poco de suerte, larga, se han encontrado otras claves gracias a las conocidas como zonas azules. Lugares donde la longevidad brilla allá donde mires.
¿Qué es Ikigai?
Técnicamente, Ikigai es un término japonés que significa “la razón de vivir/ser”. Pero en este caso estamos hablando más bien de un concepto filosófico de la cultura japonesa, ya que, según esta, todo el mundo en cuanto nace tiene un ikigai, lo que se podría interpretar como un motivo u objetivo para su existencia.
Esta razón de ser, si bien está presente en la vida de todo ser humano, solo unos pocos pueden tomar consciencia de cuál es su verdadero ikigai. Para conseguirlo, se requieren horas y horas de trabajo con uno mismo y de meditación profunda, permitiendo a la persona conocerse en profundidad y de manera acertada.
Continuando con la descripción del concepto del ikigai según la cultura japonesa, el conocer este objetivo vital, la persona encuentra una satisfacción y puede darle sentido a la vida, al mismo tiempo que lucha por alcanzar sus metas.
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Los dos factores del Ikigai
Por tanto, el Ikigai implica principalmente dos cosas para la vida de la persona cuando se es consciente de cuál es el suyo:
En primer lugar, da un sentido al dolor y al esfuerzo. Es decir, la persona, al saber que está luchando por unos objetivos personales y que está viviendo caminando en una dirección particular, el sufrimiento que experimenta y los sacrificios que debe hacer a lo largo de su existencia se ven atenuados en gran medida.
En segundo lugar, otorga a la persona una sensación de valor. Dicho de otra forma, quien conoce su ikigai siente que su vida es valiosa, lo cual resulta reconfortante.
Las zonas azules
Las conocidas popularmente como zonas azules son determinados (y escasos) lugares en el mundo donde se encuentran un gran número de personas longevas. Para considerarse “longevas” los habitantes de estos territorios deben vivir 100 años (o más) de media.
Las zonas azules llevan siendo investigadas poco más de una década, y el concepto como tal, fue mencionado por primera vez en un artículo científico llamado: Identification of a Geographic Area Characterized by Extreme Longevity in the Sardia island: the AKEA study.
Las 5 zonas azules
Como podremos comprobar (y no es de extrañar), de las 5 zonas azules que hay en el mundo (esperemos que de momento), ninguna está en el continente africano.
1. Cerdeña (Italia)
El país de la dieta mediterránea y la pasta inaugura este corto listado de zonas azules. Concretamente con su preciosa y sana isla de Cerdeña.
2. Isla de Okinawa (Japón)
El único territorio asiático de las 5 zonas azules mencionadas.
3. Loma Linda (California)
Su nombre ya lo dice todo. Un pequeño oasis de verdadera calidad de vida en el país de las armas, los brokers y la comida rápida.
4. Península de Nicoya (Costa Rica)
Un lugar tan bello como sano situado casi en el ecuador del globo.
5. Icaria (Grecia)
Esta isla Griega está situada cerca de la costa de Turquía. Cuenta con un clima espléndido y un paisaje único.
Las 9 claves para la longevidad
El hallazgo de estas 9 claves para vivir más años ha sido fruto del estudio científico de las ya mencionadas zonas azules. Recordemos que estas zona se caracterizan por tener una población que vive más de 100 años.
En todas ellas, se han encontrado estos 9 puntos en común, por lo que es bastante posible que hayan tenido que ver con la increíblemente alta cantidad de años que viven sus pobladores.
1. Moverse de manera natural
Los habitantes de las zonas azules tienen algo en común: no usan ningún tipo de transporte. Se desplazan a todos los sitios andando, desde las quedadas con los amigos hasta para ir a hacer la compra. Pero no solo queda aquí la cosa, detalles como lavar la ropa y los platos, también lo hacen a mano.
Al mismo tiempo, la gente en estos lugares no va al gimnasio ni salen a hacer running.
2. Tranquilidad
En todas estos territorios, las personas acostumbran a tener momentos preestablecidos a lo largo del día para hacer un parón y relajarse, evitando así la sobrecarga y el estrés del día a día.
3. Ikigai
Ya hemos hablado extensamente de este concepto. Un motivo por el que vivir y levantarse cada mañana es la mejor vía para cumplir todas estas claves y cuidarse al máximo. No tiene porqué tratarse de un motivo grandilocuente como ser una estrella afamada o conseguir un premio Nobel. A veces el ikigai puede ser cuidar de quienes te aman, ser un experto en algún tema o actividad que guste, o simplemente poder transmitir los conocimientos y experiencias adquiridas a las futuras generaciones.
4. Hara hachi bu
Esta expresión atribuida a Confucio, explica que hay que seguir la regla del 80% (o incluso 70%).
Esta regla se aplica a la alimentación y consiste en nunca comer hasta quedarse completamente lleno. La cantidad recomendada, en todo caso, es comer aproximadamente el 75% de nuestra capacidad, para estar satisfechos, pero nunca llenos.
5. Dieta
Las dietas de unos meses o incluso unos pocos años no funcionan. Lo único que de verdad resulta útil para mejorar la longevidad es comer correctamente a lo largo de gran parte de la vida. Esto significa tomar frutas, verduras y legumbres, principalmente; pero sin renunciar al pescado y a la carne, sobre todo blanca (aunque en las zonas azules consumen una vez a la semana carne roja).
Como hemos dicho, la carne blanca es prioritaria a la roja. En cualquier caso, debe proceder de animales que hayan sido alimentado con (valga la redundancia) alimentos que estén acorde a la biología del animal en cuestión.
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6. Vino
El vino se ha visto que está presente en estas zonas azules. Si bien la comunidad científica no se pone de acuerdo sobre si es aconsejable una copa o no (nunca más), está demostrado que los antioxidantes presentes en esta bebida son beneficiosos. Todo dependerá de cuando dañe el alcohol en el organismo de la persona.
7. Fe y espiritualidad
La espiritualidad ha aparecido en todas estas comunidades. Tal vez no haya una causalidad como tal entre espiritualidad (y fe) y longevidad, pero lo cierto es que dedicar tiempo para la introspección, fomentar la calma y el contacto con uno mismo, mejora a la larga muchos aspectos de la vida. Por supuesto, todo esto es independiente de la religión.
8. Familia
Tener a tu alrededor gente que te cuída y se preocupa, al mismo tiempo que te sientes bien cuidado tú de ellos, es fundamental para conseguir vivir la mayor cantidad de años posibles.
9. Entorno social
La que podríamos considerar como segunda familia, es casi o a veces, más importante que la familia biológica. Se ha visto que quienes se rodean de buenas personas y de un entorno social más sano y con mejores hábitos, mejoran así mismo su salud y la esperanza de vida.
Con hábitos sanos, por supuesto, nos referimos tanto a los físicos como a los psicológicos.
El problema de la longevidad humana
Como decíamos en la introducción, las personas queremos vivir (por lo general), cuanto más mejor, y a ser posible, en condiciones óptimas (pocos querrían vivir hasta los 100 años con una parálisis total del cuerpo).
Pero lo cierto es que muy poca gente vive hasta los 100 años. Por poner un caso concreto, en Estados Unidos, donde el nivel de vida es bueno, si lo comparamos con la media mundial, solo 1 de cada 5.000 personas llega a vivir 100 años.
Pero podemos ir más lejos, querer vivir más años no es solo un gran obstáculo para la especie humana, sino para los mamíferos en general. Esto se debe a que los mamíferos hemos evolucionado para mejorar la reproducción, no la longevidad. A nivel de especie no tiene sentido vivir más años, por el contrario, lo que sí lo tiene es conseguir reproducirse cuanto más, mejor; asegurando por tanto la descendencia.
En definitiva, debemos tener en cuenta siempre, que biológicamente estamos limitados, no todo está en nuestras manos, y nuestra carga genética individual juega un papel central en la longevidad final que nos tocará vivir.
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