Grandes figuras de la revolución mexicana.

Los 10 personajes de la revolución mexicana más importantes

Un repaso a los protagonistas de la revolución de México que cambiaron para siempre la historia del país.

Grandes figuras de la revolución mexicana.
Grandes figuras de la revolución mexicana. | David Alfaro Siqueiros.

 

No solo es uno de los acontecimientos históricos más relevantes del siglo XX, sino también uno de los más complejos: como una muñeca rusa, la revolución mexicana contiene dentro de sí misma otras revoluciones que derivan en un conflicto entre fracciones y culminan, en 1917, con la redacción de la Constitución mexicana.

¿Quieres saber qué pasó el 20 de noviembre de 1910  y quién era quién en la revolución mexicana? Te lo contamos para que puedas entender este hecho tan apasionante.

ÍNDICE

1. ¿Qué pasó el 20 de noviembre de 1910?

2. Personajes de la revolución mexicana.

3. Las mujeres en la revolución mexicana.

La revolución mexicana: ¿Qué pasó el 20 de noviembre de 1910?

El conflicto armado abierto en México el 20 de noviembre de 1910 hunde sus raíces en unas causas profundas y es considerado el acontecimiento político más importante del siglo XX. Se trata de una revolución de la pequeña burguesía y las clases populares, sobre todo el campesinado, contra la perpetuación en el poder de Porfirio Díaz.

El estallido de la revolución: el Plan de San Luis

El porfiriato se había consolidado como un poder absoluto al servicio de las clases privilegiadas durante más de treinta años, desde 1876 a 1911. Durante este período el país progresó de forma acelerada con la extensión de las comunicaciones y la entrada de capital extranjero en sectores estratégicos como la minería, la agricultura y el petróleo.

Sin embargo, el crecimiento se había sostenido en la explotación hasta la extenuación de las clases más desfavorecidos, acumulándose en los bajos estratos sociales, mayoritarios por otra parte, el descontento y la rebelión. Aunque Porfirio Díaz contaba con el respaldo de la élite política y económica  y el ejército, su régimen empezaba a sentirse amenazado.

Entre la espada y la pared, el régimen trató equivocadamente de contrarrestar las demandas sociales retorciendo la maquinaria represiva, y tratando de consolidar la dictadura  mediante la corrupción y el fraude electoral.

El descontento popular fue convertido en una plataforma política con vistas a derrotar a Porfirio en las elecciones, pero cuando su líder Francisco Ignacio Madero fue arrestado y el dictador volvió a ganar las elecciones, Madero llamó a tomar las armas y consiguió la renuncia de Porfirio Díaz.

Fue el 20 de noviembre de 1910, cuando Madero proclamó el Plan de San Luis para combatir a Porfirio Díaz, cuando se establece la fecha en la que empezó la revolución mexicana.

Manifiesto a la nación del 5 de noviembre.
Manifiesto a la nación del 5 de noviembre. | Wikimedia Commons.

 

Del Plan de San Luis al Plan de Ayala

Pero tras el establecimiento del gobierno de Francisco Ignacio Madero, el nuevo gobierno  se encontró con una tensión difícil de sortear. Por un lado, las fuerzas del antiguo régimen le presionaban para que mantuviera el status quo e impulsara un plan de reformas controlado, mientras que los radicales que le habían apoyado exigían continuar la revolución.

En concreto, tres personajes que le habían ayudado a acabar con el porfiriato ahora le acusaban de haber cedido al chantaje de las viejas oligarquías. Así, Emiliano Zapata, Pancho Villa y Pascual Orozco empezaron a acumular fuerzas para combatir de nuevo, esta vez contra el gobierno de Madero al que consideraban un traidor.

El punto culminante fue la proclamación del Plan de Ayala, el 28 de noviembre de 1911, donde Emiliano Zapata llamaba a alzarse en armas contra los maderistas para culminar la revolución y entregar las tierras a los campesinos. Empezaba aquí otra revolución dentro de la revolución, que acabaría con una reacción por parte de Victoriano Huerta.

Este, que se había erigido como un duro oficial militar contra los radicales y al servicio de Madero, en 1913 se rebeló contra el propio Madero e instauró un régimen autoritario que pretendía la restauración del antiguo régimen.

El triunfo del constitucionalismo y el fin de la revolución

Tras el golpe de estado y el asesinato de Madero, en 1913, Victoriano Huerta consolidó su poder, pero de nuevo los rebeldes se levantaron contra el poder y, en este caso, la acción coordinada de Pancho Villa y Pascual Orozco fue determinante. Además, la errática política de alianza de Huerta le había dejado sin pocos apoyos.

En 1914 renunció y se marchó al exilio, mientras los rebeldes y los constitucionalistas seguían enfrascados en sus luchas fraccionarias. Para resolver la cuestión, el primer jefe del Ejército Constitucionalista, Venustiano Carranza, convocó la Convención de Aguascalientes, de la que salió el compromiso de acabar con las fracciones y aprobar una constitución.

Por aquel entonces, Pascual Orozco ya había traicionado a sus compañeros y se encontraba en el exilio junto a Valeriano Huerta, pero Zapata y Villa seguían empeñados en su lucha por culminar la revolución hasta sus últimas consecuencias.

Valeriano Carranza, consolidado en el poder como presidente constitucional y apoyado, entre otros, por Estados Unidos, acabó liquidando los elementos más radicales de la revolución y asesinando a sus líderes: Zapata, en 1919, y Villa, en 1923.

Personajes de la revolución mexicana

En un proceso revolucionario tan complejo y lleno de fracciones políticas, es mejor saber quién es quién en los hechos del 20 de noviembre de 1910 y la revolución mexicana que se consagró después.

1. Porfirio Díaz

Porfirio Díaz.
Porfirio Díaz. | Carácter Urbano.

 

Porfirio Díaz pudo perpetuarse en el poder con el apoyo de las élites y el ejército y gracias al gran prestigio que había acumulado su figura desde su valerosa participación en la Guerra de la Reforma y la defensa de la república contra la ocupación francesa. Gracias a su dirección en la toma de Puebla y Ciudad de México, Benito Juárez alcanzó la victoria.

Entonces empezó una dura lucha entre Benito Juárez, que pretendía perpetuarse en el poder, y Porfirio Díaz, que tras ser derrotado en las presidenciales se retiró a su finca de La Noria. Desde allí llamó a todos los militares a sublevarse contra el gobierno de Juárez: el llamado Plan de la Noria logró sumar cada vez más adeptos y fortalecer las filas de Porfirio Díaz. 

El último escollo para llegar al poder fue la revolución de Tuxtepec, el último conflicto armado del siglo XIX en el que Porfirio Díaz, apoyado por los terratenientes, buena parte del ejército y la Iglesia, consiguió ganar la contienda y erigirse como presidente.

Tras consolidar su poder puso en marcha una serie de reformas con el fin de conseguir la paz, el progreso y el orden, pero tuvo siempre en contra la izquierda del país, que consideraban que el crecimiento se había obtenido  mediante la explotación de las clases populares y el mantenimiento de un sistema latifundista semifeudal inaceptable.

Tras el levantamiento del 20 de noviembre de 1911, un envejecido Porfirio Díaz presentó su renuncia y se exilió junto a su familia en París, donde murió el 2 de julio de 1915.

2. Francisco Ignacio Madero

Francisco Ignacio Madero.
Francisco Ignacio Madero. | Carácter Urbano.

 

Francisco Ignacio Madero se formó como empresario agrícola y en 1905 empezó a participar en la política  defendiendo sus posturas de corte liberal. Su imagen ganó popularidad al frente del Partido Antireeleccionista, que se enfrentaba al régimen de Porfirio Díaz, y en 1910 se presentó a las elecciones durante las cuales fue encarcelado.

Madero pasó a la historia por el llamamiento a tomar las armas el 20 de noviembre de 1910, cuando escapó de la cárcel donde había estado confinado y se exilió a Estados Unidos. El Plan de San Luis dio inicio a la revolución mexicana con dos promesas: la celebración de elecciones libres y democráticas para restaurar los derechos políticos, y la reforma campesina. Tras su llamamiento hubo varios levantamientos a cargo de los principales líderes rebeldes: Pancho Villa, Emiliano Zapata y Pascual Orozco.

Sin embargo, tras derrotar el porfiriato y ascender a la presidencia, Madero empezó a mostrar limitaciones en su voluntad de satisfacer las demandas más radicales. Tras ganar las elecciones de 1911, Madero se enrocó en un gobierno inmovilista que acabó por gestar una nueva rebelión, esta vez de Zapata y Orozco contra Madero.

El mando firme del oficial militar Valeriano Huerta le ayudó a sofocar los levantamientos, pero su trágico final se escribiría irónicamente gracias a la traición del propio Huerta, que lideró junto a Félix Díaz y Bernardo Reyes un golpe de estado. El período conocido como la Decena Trágica acabó con el asesinato de Francisco Ignacio Madero.

3. Emiliano Zapata

Emiliano Zapata.
Emiliano Zapata. | Carácter Urbano.

 

Emiliano Zapata, el “caudillo del sur”, es uno de los grandes iconos de la revolución mexicana y uno de los grandes referentes de la izquierda revolucionaria del último siglo. Hasta llegó a inspirar, muchos años después de su muerte, una revolución campesina liderada en 1994 por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Pero, ¿quién era Emiliano Zapata?

Fue el elemento más radical de la revolución, al defender que la superación de la dictadura capitalista de Porfirio Díaz tenía que venir a través de la subversión radical del sistema a todos los niveles. En este cambio, Emiliano Zapata ubicaba la reforma agraria como centro de todos los demás avances sociales hacia un nuevo estado comunal.

Sin duda, una de las grandes patas del régimen conservador de Porfirio Díaz había sido el mantenimiento de una estructura agraria latifundista donde la mayoría de los campesinos eran esclavos de la tierra. Zapata lideró las comunidades campesinas del sur en el llamamiento de Madero a acabar con el profiriato.

El gran legado de Zapata a la historia de México, sin embargo, es el Plan de Ayala, que en 1911 llamaba a los campesinos a levantarse contra Madero por haber traicionado su causa. Sus lemas: Reforma, Libertad, Justicia y Ley.

Durante la constitución de 1917 Pancho Villa y Emiliano Zapata lograron forzar la inclusión de cláusulas sociales que permanecerían para siempre en el texto. Aun así, los nuevos líderes del proceso, queriendo limar los aspectos más radicales de la revolución, orquestaron una trampa para asesinar, el 10 de abril de 1919, al líder campesino Emiliano Zapata.

4. Pancho Villa

Pancho Villa.
Pancho Villa. | Carácter Urbano.

 

Francisco Pancho Villa, cuyo nombre quedó también para siempre ligado a la revolución mexicana, tuvo un protagonismo mayor en la derrota de Victoriano Huerta, en 1914.

Antes de la revolución, Pancho Villa se había destacado como un valeroso defensor de los derechos de los campesinos y contra los abusos de los hacendados, con la participación también en algunos grupos de bandidos que operaban al margen de la ley.

De hecho, cuando estalla la revolución Pancho Villa es apenas un outsider que combate en el lado maderista sin ningún cargo, pero es en Chihuahua donde un influyente político al servicio de Madero le instruye y le hace ver la importancia de la organización. Pancho Villa reclutó algunos hombres y se reveló como un audaz y eficaz estratega militar.

Su estela fue creciendo hasta que en 1913 se puso al frente de la rebelión contra Valeriano Huerta y, tras su caída, ocupó durante un breve espacio de tiempo el cargo de gobernador de Chihuahua. Durante ese período hizo una reforma institucional profunda y legisló a favor de los campesinos, pero su tendencia radical le acabaría pasando factura.

Tras la Convención de Auguascalientes que los jefes de la revolución convocaron para solucionar las luchas fraccionarias, Pancho Villa y Emiliano Zapata consolidaron una alianza para combatir hasta el final por los ideales por los que creían que había estallado el proceso revolucionario. Algo que no fue bien visto por el presidente Carranza.

Pancho Villa siguió luchando en una guerra de guerrillas contra el gobierno que acabó el 20 de julio de 1923, cuando fuerzas gubernamentales apoyadas por los Estados Unidos montaron una emboscada y acabaron con su vida.

5. Pascual Orozco

Pascual Orozco.
Pascual Orozco. | Carácter Urbano.

 

Tras la proclamación del Plan de San Luis, el 20 de noviembre de 1910, Pascual Orozco puso parte de su pequeño capital  conseguido durante años de trabajo al servicio de la sublevación maderista contra el porfiriato. Su estrella revolucionaria fue creciendo hasta la toma de Ciudad Juárez junto a Pancho Villa y la victoria total de Madero.

Gracias a su participación en numerosas batallas fue premiado con el cargo de Comandante de las Fuerzas Rurales de Chihuahua, cargo que abandonó voluntariamente al darse cuenta de que Madero había cedido a  las exigencias del sector más involucionista del porfiriato. Este es el momento clave del viraje definitivo de Pascual Orozco como revolucionario.

Considerando que Madero había traicionado el Plan de San Luis, Orozco decidió sumarse a las fuerzas revolucionarias aglutinadas en torno al Plan de Ayala contra el gobierno de Madero. Este, sin embargo, recurrió al oficial porfirista Valeriano Huerta, que aplastó la rebelión de Orozco en La Cruz y Bachimba.

Sin embargo, ironías de la historia, desde el exilio Orozco reconoció la legitimidad de Victoriano Huerta como presidente cuando éste perpetró el golpe de estado e instauró una feroz dictadura de corte reaccionario. En el último período de su vida,  Orozco luchó contra Emiliano Zapata y Pancho Villa hasta que murió en 1915.

6. Victoriano Huerta

Victoriano Huerta.
Victoriano Huerta. | Carácter Urbano.

 

Victoriano Huerta es uno de esos personajes oscuros de la revolución mexicana cuya personalidad estuvo siempre, desde el principio, rodeada de oportunismo y traiciones. En su juventud ascendió rápidamente en la jerarquía militar hasta consolidarse en la cúspide del ejército bajo el régimen de Porfirio Díaz.

Huerta había mostrado su dureza en varias ocasiones, por ejemplo al sofocar rebeliones de los indios mayas. Por eso cuando Madero se hizo con el poder, no dudó en acudir a él para tratar de sofocar las rebeliones  de Emiliano Zapata, Pancho Villa y Pascual Orozco. Su crueldad consiguió derrotar a los radicales, y él logró ascender en el régimen.

Pero tras los tira y afloja de Madero con las demandas radicales de Zapata y Villa, y temeroso de que el régimen de Porfirio Díaz se acabara de desmoronar del todo, Huerta encabezó un golpe militar que derrotó a Francisco Ignacio Madero y le aupó al poder. Desde entonces su figura ha sido siempre recordada como “el usurpador”.

Tras una política errática en la que fue ganándose enemigos,  todos sus aliados le acabaron retirando el apoyo y sus fuerzas militares quedaron a merced de los revolucionarios constitucionalistas liderados por Pancho Villa. Acabó sus días en el exilio, donde murió víctima de una cirrosis hepática mientras trataba de volver a México para hacerse con el poder.

Mujeres de la revolución mexicana

Durante la revolución, y en el proceso de transformación radical que pretendían llevar a todos los niveles los líderes rebeldes, hubo también una gran participación de las mujeres. Estos son algunos de los nombres de mujeres destacadas de la revolución mexicana.

1. Juana Belem Gutiérrez de Mendoza

Juana Belem Gutiérrez de Mendoza.
Juana Belem Gutiérrez de Mendoza. | Carácter Urbano.

 

Durante los años del porfiriato, esta mujer había desarrollado una intensa labor intelectual en defensa de los derechos de la mujer y contra el yugo moral y cultural de la iglesia católica. Durante esos años  fue encarcelada y torturada varias veces, pero demostró una gran tenacidad en sus ideas y una firme lealtad a la revolución.

Durante los años más difíciles de la revolución estuvo siempre del lado de los rebeldes, pero tras el asesinato de Emiliano Zapata entró en una depresión y consideró que todas las esperanzas del cambio real se habían esfumado. Hasta su muerte, en 1942, siempre consideró a Zapata como su verdadero líder.

Se la conoce, en su labor como escritora y periodística, como una de las pioneras en defender el derecho de la mujer al voto (sufragistas).

2. Dolores Jiménez y Muro

Dolores Jiménez y Muro.
Dolores Jiménez y Muro. | Carácter Urbano.

 

Conocida como “la maestra revolucionaria”, esta profesora y periodista participó activamente en el levantamiento revolucionario de 1910. Desde el principio integró los grupos femeninos de maestras, obreras, campesinas e intelectuales que luchaban por la conquista total de los derechos sociales de las clases populares.

Desde la cárcel donde estuvo encarcelada siguió escribiendo a favor de los derechos de las mujeres, sobre todo con una revolucionaria teoría de la equidad en los salarios. Esto atrajo la atención de Emiliano Zapata, que la convocó a una reunión en Morelos en 1913 y la integró en su ejército haciendo suya, además, una de sus reformas propuestas.

Dolores JIménez murió en 1925 a la edad de 77 años como una zapatista concienciada.

3. Margarita Neri

Margarita Neri.
Margarita Neri. | Carácter Urbano.

 

Durante la revolución surgieron también algunas soldaderas, entre las cuales cabe destacar la figura de Margarita Neri. Lo curioso en este caso es que se trataba de una hacendada que, al estallar la revolución, abandonó todo para dar apoyo a la rebelión. En un inicio consiguió concentrar bajo su mando un grupo de 200 hombres.

Este pequeño ejército comandado por una mujer pronto creció hasta albergar un millar de combatientes que combatieron en Chiapas y Tabasco. Su biografía es un confuso entramado de verdades y ficciones con un trágico final: su ejecución junto a otros líderes rebeldes.

Junto al nombre de Margarita Neri perviven en la memoria el de otras valerosas luchadoras como María de la Luz Espinosa, que en 1911 recibió el grado de teniente coronel en el ejército  de Zapata, al demostrar su habilidad como jinete, o los nombres de Carmen Vélez y Clara de la Rocha.

4. Edith O’Shaughnessy

Edith O’Shaughnessy.
Edith O’Shaughnessy. | Carácter Urbano.

 

Un personaje muy interesante de la revolución mexicana es Edith O’Shaughnessy, una escritora de Carolina del Sur casada con el director de la oficina de negocios en la embajada de Estados Unidos en México. Mientras residía en la Ciudad de México, Edith escribió a su madre unas cartas muy literarias y expresivas sobre los acontecimientos.

Más tarde, estas cartas fueron recopiladas y conformaron uno de los documentos más interesantes sobre la perspectiva norteamericana de la revolución mexicana. Entre otros acontecimientos, Edith O’Shaughnessy describía la toma de Veracruz por los navíos norteamericanos, con todo lujo de detalles y el intercambio de impresiones entre su marido y Valeriano Huerta.