|
Vivimos en la era digital y las portadas de discos están condenadas a convertirse en una antigualla, pero hubo un tiempo en el que la gente fijaba su atención en un álbum gracias a la portada. Los más fetichistas del cuarto arte saben que una de las sensaciones más placenteras es ir empujando discos con el dedo índice en hileras interminables, solo por el mero hecho de descubrir qué disco se esconde detrás de otro.