Olvida la bollería industrial de la sección de dulces del supermercado, te traemos la mejor fórmula para que aprendas cómo hacer galletas a tu propio gusto, sin los aditivos, grasas saturadas y cantidades ingentes de azúcar propias de las grandes compañías.
Lávate las manos y ponte el delantal, porque toca pringarse si quieres darle un dulce capricho al estómago que lleve tu sello y, de paso, dar envidiar a tus amigos y conocidos con tus habilidades de repostería.
Antes que nada, anota cuáles son los ingredientes que necesitas para una receta de galletas básica. Recuerda que si no se te da demasiado bien el calcular las medidas a ojo, sería recomendable que te ayudes de una báscula de cocina, para evitar que se te vaya la mano poniendo más o menos cantidad de la que corresponde. Ten también en consideración que estas cantidades variarán según el número de comensales.
Así pues, estos son los ingredientes para preparar galletas que deberás tener a mano:
Para darles un toque personal, también es posible añadir alguno de estos complementos que endulzarán las galletas:
¿Lo tienes todo listo? Genial, ahora toma nota de los pasos de cómo hacer unas galletas caseras deliciosas.
Es importante calentar el horno a la temperatura adecuada (175 o 180 º) para que las galletas se cuezan correctamente, de lo contrario quedará una amalgama pastosa y no con la textura compacta que deberían tener.
Dejamos lista una bandeja cubierta con papel especial para que las galletas no se peguen a la superficie de la misma mientras seguimos con el procedimiento para preparar la masa.
Colar la harina en el cuenco, haciendo uso de un colador de rejilla, tamizándola para que se eliminen los grumos. Este es uno de los secretos sobre cómo hacer unas galletas que contribuirá a mejorar su textura, ¡así que no te lo saltes!
Es aconsejable calentar la mantequilla antes de incluirla a la mezclapara que se reblandezca, de esta forma será más fácil a la hora de batirla junto al resto de ingredientes. Para ello, puedes ponerla en el microondas o al fuego unos segundos. Una vez esté en su punto, añades el azúcar, la sal y la mantequilla en el cuenco donde hemos echado la harina tamizada.
Si has decidido incluir esencia de avena o vainilla, es el momento de espolvorearlos también. Para el siguiente paso, deja la mezcla unos minutos y envuelve el cuenco con film o con un trapo.
Coge un plato aparte y casca y bate los huevos, igual que hacemos cuando preparamos una tortilla. Una vez estén bien batidos, los vertemos junto a la mezcla y revolvemos bien, hasta que los ingredientes queden mezclados entre ellos; todo el conjunto tiene que adquirir un aspecto cremoso y sin grumos.
Si tienes el pulso lo suficientemente firme, puedes usar un batidor manual, de lo contrario, mejor que te sirvas de una batidora eléctrica.
Cuando creas que has acabado, deja que la masa resultante se asiente entre 5-10 minutos y cubre el recipiente en el que la hayas preparado para que no caigan restos de polvo o se pose ningún insecto. Un truco sobre cómo hacer galletas caseras de nivel experto, es meterlo en la nevera entre hora y hora y media, para que la masa se solidifique más rápidamente.
Un consejo previo: remángate bien. Cuando haya transcurrido este tiempo de espera, esparce harina en la superficie sobre la que vayas a moldear tus galletas (la encimera, tabla de madera o la mesa), así la masa no se pegará ni dejará marcas.
Ahora, saca el recipiente de la nevera, toma la masa con las manos y vuelve a amasarla. Seguidamente, aplánala con un rodillo sobre la superficie cubierta de harina. Por último,
corta con un cuchillo para dar forma a cada galleta, o utiliza un molde para galletas. Si no tienes uno, puedes improvisar sirviéndote de un vaso o taza para que queden redondas.
Una a una, depositacada galleta que vayas cortando sobre la bandeja que habíamos puesto a calentar al comienzo (¡utiliza unas manoplas para no quemarte los dedos!). En cuanto estén todas cortadas y en la bandeja, programa el horno entre 175 y 200 grados de potencia y déjalo unos 10-20 minutos.
Sabrás cuándo alcanzan su punto ideal porque los extremos de las galletas se tostarán primero, de modo que vigila y no te despistes con el teléfono móvil si no quieres que se te quemen.
Una vez fuera del horno, puedes espolvorear con un poco de azúcar glass para darles ese último toque dulce. Apaga el horno y vuélvelas a meter (aún estará caliente) para que el azúcar se aposente bien sobre las galletas. Es mejor que antes de atacarlas las dejes enfriar un rato, para saborearlas plenamente.
Ahora que ya sabes cómo hacer galletas caseras, recuerda que debes conservarlas en un lugar hermético para evitar que se ablanden y no se pongan rancias.