Las películas de Tarantino se encuentran entre los títulos más aclamados de las últimas dos décadas. Querido y denostado (¿o incomprendido?) a partes iguales, el director y guionista ha conseguido cautivar al gran público con un estilo propio e intransferible, gracias al cual ha logrado que su nombre rubrique en los anales de la historia como uno de los más grandes del cine moderno.
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Las 10 mejores películas de Tarantino (de peor a mejor)
Tal vez su carrera no sea de las más prolíficas si la comparamos con otros colegas de profesión, pero aun así, cada vez que estrena un nuevo título, las salas se llenan para ver qué tiene el bueno de Quentin que contarnos. A nosotros nos gustan todas, pero algunas más que otras:
10. El cumpleaños de mi mejor amigo (My best friend’s birthday, 1987)
La novia de Mickey le abandona poco antes de que éste celebre su cumpleaños, así que para compensárselo, su mejor amigo Clarence decide hacerle una fiesta por todo lo alto para que la olvide.
Mediometraje de 35 minutos que, aunque incompleto, podríamos considerar la primera de las películas de Tarantino. Recordemos que este virtuoso de los montajes elaborados nunca estudió cine y su única formación la obtuvo de su experiencia como trabajador de un modesto videoclub.
9. Grindhouse: Death Proof (Grindhouse: Death Proof, 2007)
Junto a su amigo, el también cineasta Robert Rodríguez, ambos filmaron el díptico que conforma su proyecto en común Grindhouse, un homenaje a las películas de serie Z que solían proyectarse en los autocines durante la década de los 70.
Mientras que su colega dirigiría Planet Terror unos meses antes, Tarantino se encargó del título que nos ocupa, donde nos cuenta las andanzas del “Especialista Mike”, un ex conductor profesional que rodaba las escenas de riesgo de las películas de acción de antaño. No obstante, a bordo de su coche “ a prueba de muerte”, Mike se convierte en un lunático que se dedica a asesinar a las incautas víctimas al volante que se encuentra por la carretera.
8. Los odiosos 8 (The Hateful Eight, 2015)
La última peli de Tarantino hasta la fecha ha sido esta historia, ambientada en una cabaña en las montañas nevadas de Wyoming durante los años posteriores a la Guerra de Secesión. En este paraje inhóspito coinciden varias personas que buscan resguardarse del frío invernal durante una tormenta: un cazarrecompensas y una forajida a la que ha apresado, cuyo destino es el cadalso; un ex-combatiente de la Guerra reconvertido en mercenario, el sheriff del pueblo y otros cuatro vaqueros. Pero poco a poco, saldrán a relucir secretos ocultos que pondrán a todos en contra de todos…
Con una impecable factura técnica y un elenco de actores de primer nivel, Quentin Tarantino vuelve a sus orígenes para relatar una historia situada en un mismo escenario durante prácticamente todo el metraje, como ya hiciera con Reservoir Dogs en su debut. A pesar de todo, no podemos evitar ciertas comparaciones que hacen que el film salga perdiendo con respecto a su predecesora.
7. Django desencadenado (Django unchained, 2012)
Segunda vez que Quentin Tarantino nos haría viajar atrás en el tiempo, esta vez para dirigir su primer film en el que realizaría su particular homenaje al western. El Doctor Schultz es un cazarrecompensas que va tras dos bandoleros por cuyas cabezas le pagarán una fortuna. Además, liberará a Django, un esclavo negro al que iban a vender, para que se una en su cacería. A cambio de sus servicios, ha prometido ayudarle a rescatar a su esposa, esclavizada por un terrateniente sin escrúpulos en su plantación de algodón.
Con un prometedor arranque y nudo, Django desencadenado falla en dos cosas. La primera, un tramo final precipitado, aunque fiel a su propia marca y que hará las delícias de los amantes de lo excesivo. En segundo lugar, un Christoph Waltz histriónico en su actuaciónque repite los mismos tics y gestos que en la anterior Malditos Bastardos, por mucho Oscar que ello le valiera.
6. Jackie Brown (Jackie Brown, 1997)
La protagonista es la mujer que da nombre al filme, una azafata de vuelo que, para conseguir un dinero extra, trabaja de recadera para un mafioso llamado Ordell Robbie. En uno de sus trayectos, es detenida en el aeropuerto por la policía aduanera por traficar con drogas. De esta manera, Jackie Brown queda atrapada en un juego a dos bandas, viéndose presionada para colaborar con las autoridades con tal de detener a Robbie si no quiere acabar en la cárcel; a la vez que trata de guardar las apariencias con el gángster para seguir con vida.
De entre todas los films de Tarantino, probablemente Jackie Brown sea de las que más división de opiniones causan: mientras que unos alaban su atmósfera setentera, su casting de protagonistas y secundarios de lujo, así como sus ingeniosos diálogos; para otros, es esto último lo que alarga innecesariamente la duración de la cinta, haciendo que, por momentos, se pueda perder el norte de la trama. Nosotros somos de los primeros.
5. Reservoir Dogs (Reservoir Dogs, 1992)
Lo que debería ser un sencillo atraco a una joyería se convierte en una trampa para los seis asaltantes, pues la policía les está esperando en el lugar para truncar su plan. Después de acabar con dos de ellos, el resto de la banda se encuentra en el punto de reunión, bajo la sospecha de que uno de ellos es en realidad un confidente de la policía.
Quentin Tarantino se metía al público y a la crítica con esta sorpresa del Festival de Sitges, que muchos compararon en su momento con Uno de los nuestros, otra joya cinematográfica estrenada dos años antes. Con esta carta de presentación, el realizador sentaba las bases de su peculiar cine, convertido a día de hoy en una obra de culto.
4. Kill Bill: vol. 1 (Kill Bill: vol. 1, 2003)
Los asistentes a una boda son asesinados brutalmente en una pequeña capilla de El Paso. La novia, dada también por muerta, permanece durante cuatro años en coma. Al despertar, urdirá una elaborada venganza contra los culpables, nada menos que sus antiguos compañeros del escuadrón de matones del que formaba parte, capitaneados por el despiadado Bill.
Para su cuarto proyecto, Tarantino decidió partir esta sangrienta historia de venganza en dos. En el primer capítulo, acompañamos a “La Novia” (nombre en clave “Mamba negra”) tras su largo sueño, en los inicios de su incansable búsqueda, una de las obras de Tarantino más ambiciosas. Una oda al cine de artes marciales y al spaghetti-western donde se mezcla la acción real con planos de animación.
3. Kill Bill: vol. 2 (Kill Bill: vol. 2, 2004)
“La Novia” continúa tachando los nombres de su lista de objetivos, acercándose poco a poco al cabecilla del ataque que acabó con todos sus seres queridos.
Dicen que las segundas partes son, por definición, inferiores a la primera. Entonces uno ve la continuación de este díptico iniciado un año antes y se da cuenta de cuán errada es esta afirmación. Más seria, profunda y tensa que su predecesora, asistimos a la conclusión perfecta que da sentido a todo el conjunto, cuyo crescendo desemboca en un clímax apoteósico cargado de interesantes reflexiones acerca de los superhéroes del cómic.
2. Pulp Fiction (Pulp Fiction,1994)
Las vidas de los personajes más pintorescos de los bajos fondos se entrecruzan de las maneras más insospechadas: dos matones a sueldo, el mafioso para el que trabajan, su mujer, un boxeador de combates amañados, una pareja de atracadores y un maletín de misterioso contenido.
Narrada de forma no lineal, sino con saltos adelante y atrás en el tiempo, asistimos a la consagración de Quentin Tarantino como uno de los directores más imaginativos de nuestra época, donde queda patente que, si algo le gusta, son los diálogos largos plagados de referencias a la cultura popular (“¿Sabes cómo le llaman al cuarto de libra con queso en París?”) y al cine.
Un clásico imperecedero del séptimo arte que vale la pena revisar una y otra vez, con una de las escenas más icónicas de los 90: el twist que se marcan Uma Thurman y John Travolta a ritmo de Chuck Berry.
1. Malditos Bastardos (Inglourious Basterds, 2009)
Quentin Tarantino se sumergió en el cine de nazis en esta historia que transcurre durante la Segunda Guerra Mundial. En los bosques de Europa, una brigada de soldados judíos que se autodenominan “Los Bastardos” se dedica a emboscar a objetivos alemanes con ánimo de causar el mayor número de bajas entre las filas enemigas. A oídos del teniente Aldo Raine, el cabeza de este grupo armado, llega la noticia de un gran evento que congregará a las principales personalidades del Alto Mando Nazi, una oportunidad de oro para acabar de una vez por todas con el Régimen.
Una ácida reescritura de la historia que propone qué habría ocurrido si las cosas hubieran ido diferente para Hitler y sus secuaces. De esta manera, con Malditos Bastardos, el cineasta se atreve a satirizar con el capítulo más negro del siglo XX, dándole ese toque de humor negro y violencia que son ya elementos indispensables en su filmografía. Uno de los títulos más imprescindibles de la pasada década y, para nosotros, la mejor de todas, con un villano tan canalla como encomiable a cargo de Christoph Waltz, toda una revelación del film.
¿Más motivos para alabar este portento cinematográfico? Muchas piezas de la banda sonora son del genial Morricone.
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