Cuando nos llegan noticias de este tipo nos resulta casi imposible de entender, cómo… ¿Cómo es posible que alguien se pudiera disgustar con Keanu Reeves? Son hechos que escapan a la lógica, pero al parecer, en sus inicios en el estrellato en Hollywood, el actor nacido en Beirut lo tuvo harto de complicado para poder seguir adelante con su carrera. Esta es la historia.
‘Speed’ o la catapulta al estrellato
Reeves al principio, antes de formar parte del poderosísimo sistema de estudios como uno de sus actores más económicamente rentables, estamos hablando de antes de ‘Matrix’ (1999), se había dado a conocer vagamente en la escena independiente con el film ‘Mi Idaho Privado’, de Gus van Sant (1991), donde el desaparecido protagonista de la cinta, River Phoenix, se convertiría en su mejor amigo.
Luego llegó ‘Speed’ (1994), o como Homer Simpson la definió “La película del autobús que no podía ir más lento, ni más rápido.” Que aunque muchos consideraron que era un mero film de acción al uso, se convirtió en un éxito de taquilla a comienzos de la década, catapultando a Reeves y a una desconocida, Sandra Bullock (‘Gravity’).
20th Century Fox, productora de la película, viendo la rentabilidad del argumento, estaban seguros de que podían volver a repetir con una secuela con la que llenarse los bolsillos, por lo que propusieron a Reeves el participar en una segunda parte. Y aquí es donde comenzaron los problemas.
Keanu Reeves, persona non grata de Fox
Varios aspectos complicaron el hecho de que el actor quisiera protagonizar una secuela: pero el principal fue, que él ya no estaba nada interesado en volver a protagonizar otro film que fuera una reiteración de algo que ya había realizado; para Reeves, ‘Speed’era agua pasada y quería centrarse en papeles dramáticamente interesantes.
Esta decisión enojó a los productores del estudio, que decidieron realizar igualmente la película, contando con Jason Patrick (‘Sleepers’), pero los resultados no fueron ni por asomo similares al de su predecesora: ‘Speed 2’ (1997), fue uno de los grandes y más estrepitosos fracasos de los 90.
El estudio decidió responsabilizar al actor por no haber repetido el papel y decidió hacer mutis por el foro, además de escribir su nombre en una lista negra por la que el Estudio jamás volvió a contratarle durante una década.
Esto suponía establecer un cordón sanitario en torno al actor, que aún con ello, consiguió coprotagonizar junto a Al Pacino (‘El Irlandés’), ‘Pactar con el diablo’ (1997) y dos años más tarde le llegaría la consagración y la gloria con el papel del Sr. Anderson/Neo en la cinta de los, por aquel entonces, Hermanos Wachowski.
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