China ha ganado posiciones como destino de vacaciones perfecto para los amantes de lo exótico. Pero como en cualquier país extranjero, viajar a China requiere de la realización de trámites previos que deben completarse para no quedarnos en tierra. Una vez allí, conviene tener presentes algunas claves que harán la estancia más cómoda y nos permitirán superar así el choque cultural que suponen sus costumbres e idioma.
Si planeas un viaje a China, te interesa no perder de vista algunos de los siguientes consejos y trámites que deberás hacer antes de tomar el avión.
A algunos les parecerá evidente, pero no todo el mundo lo tiene presente. Viajar a China no es lo mismo que ir a un país de nuestro mismo continente, donde los estilos de vida son similares. El gigante asiático es un mundo aparte con sus propias normas y maneras de funcionar, que pueden suponer un gran cambio para la mentalidad de sus visitantes, sin importar cuánto se hayan podido hacer a la idea.
China es un país de gente reservada y no demasiado abierto al turismo procedente de Occidente, por lo que los establecimientos no están pensados para captar este tipo de público. Entre las implicaciones más notables de este aspecto, está que apenas hay nada traducido al inglés, por lo que nos tendremos que guiar por los muñequitos de las señales.
Un trámite de obligado cumplimiento para todo aquel que quiera viajar a China o a cualquier otro lugar del extranjero fuera de sus fronteras. Este paso, aunque exasperante, debe cumplimentarse a la perfección para prevenir disgustos que nos impidan el viaje.
Para la obtención del visado, existe la opción de personarse físicamente en algunas de las oficinas donde obtengamos la documentación o bien hacerlo mediante correo postal, que aunque sale algo más cara, evita el desplazamiento.
No hay que olvidar que, si en el itinerario pensamos incluir una visita a Hong Kong con regreso a China, hay que solicitar la opción “visado de doble entrada”. Si no, basta con seleccionar el de “única entrada”. En cuanto lo tengamos claro, en un sobre deberemos incluir toda esta otra documentación
Importante: el visado no es barato, cuesta unos 120 euros aproximadamente cada persona, sumado a las tasas del envío en caso de que escojamos no hacerlo personalmente en mostrador. Igualmente, tocará esperar entre diez y quince días hasta obtener respuesta, pero si se realiza la tramitación en persona, son 5 ó 6.
Para garantizar nuestra seguridad cuando vayamos a viajar a China, es aconsejable contratar un seguro de viaje. Es posible que más de uno lo vea como otro agujero más por donde el dinero se escapa, pero es algo recomendado por todas las agencias de viajes y personas con experiencia.
Muchas empresas de seguro ofrecen paquetes adaptados a las características de cada viajero, así que animamos a todos a hacerlo.
Ya sean en tren, autobús o avión, es recomendable que, una vez diseñadas las rutas que haremos, compremos los billetes de transporte para cuando nos movamos. En este sentido, las agencias de viajes se encargan de la planificación y asesoramiento de cuál es el mejor medio de transporte en caso de que nos queramos desplazar a otro pueblo o ciudad.
De esta manera, nos ahorraremos las molestias de no encontrar plaza, algo que seguramente ocurra en temporada alta y que puede obligarnos a modificar los planes iniciales. Y, contra todo pronóstico, el transporte en China tiene fama de puntual, de modo que no hay que olvidarlo si lo de estar a tiempo no es nuestro fuerte.
Quizás el inglés sea el idioma universal, pero no todo el mundo lo habla en China. Por esto mismo, aconsejamos que antes de viajar a China, anotemos los nombres en chino de museos, restaurantes o lugares que queramos ver, para no tener que perder tiempo tratándonos de entender con los locales.
“Pero de eso tendrán en los supermercados, digo yo”... Sí, pero no como podríamos pensar. Aunque en los alojamientos suelen proveer con los productos básicos de higiene, es probable que las existencias sean escasas o que su estado deje mucho que desear. Animamos encarecidamente a incluir rollos de papel higiénico, pañuelos desechables, toallitas de mano y pastillas de jabón en el equipaje, por aquello de la prevención.
Si se da el caso de que tenemos que hacer uso de un baño público, este punto cobra mucho sentido.
En cuanto pisemos suelo asiático, estas son algunas de las recomendaciones que pueden hacer que el viaje a China sea más llevadero:
Tal vez parezca una tontería, pero guardar una tarjeta de visita del hotel, hostal o habitación donde pasemos nuestra estancia, puede salvarnos de muchos quebraderos de cabeza en caso de que nos perdamos. Si tenemos suerte, algún buen samaritano que encontremos por la zona, podría hacernos de guía.
A pesar de su precio más económico, aquellos que sean de espíritu libre tal vez se aburran con lo interminables que son algunas rutas, alargadas innecesariamente cuando se entra en tiendas a comprar souvenirs o los rezagados de turno se quedan atrás ensimismados con algo que les llame la atención.
Como te decíamos más arriba, si lo consideras adecuado y tu paciencia es limitada, es mejor que antes de viajar a China confecciones tu propia ruta (con cabeza, eso sí).
Aunque el pago con tarjeta parece comerle terreno al dinero físico, no en todos los sitios aceptan este tipo de pago y prefieren el cash. Por eso mismo, podemos estar vendidos si confiamos en encontrar un cajero en las inmediaciones, pues no en todos los barrios cuentan con terminales para sacar efectivo.
No es algo en lo que se suela pensar cuando se trata de viajar a China, sin embargo, cuando descubrimos que los enchufes tienen una configuración diferente y nuestro móvil, portátil o tablet no se pueden cargar, comienza una odisea para dar con un adaptador de la corriente.
Este problema puede solucionarse comprando un adaptador universal, un cabezal especial que se conecta a la corriente ya que permitirá que enchufemos nuestro cargador sin necesidad de cambiarlo por uno de allí.
Tal y como señalábamos más arriba, hay una frontera idiomática que es prácticamente infranqueable si no hablamos chino, pues pocos allí tienen nociones básicas de inglés (si es que confiamos en que la lengua de Shakespeare nos haga más inteligibles). A colación de esto, cabe decir que cualquiera que vaya a China y espere que gesticulando sea más entendible lo que trata de comunicar, debe pensarlo mejor dos veces.
El choque cultural al que hacíamos mención, también afecta al lenguaje de gestos. Mientras que en Occidente compartimos una serie de expresiones con las manos que nos salvan de muchos malentendidos, pero en China no se sirven de los mismos gestos para transmitir un mensaje; de modo que es utópico esperar que vayamos a entendernos.
Por esto mismo, es mejor hacer un repaso por las distintas formas de cortesía o por la forma de indicar números con los dedos que tienen los chinos.
Al viajar a China nos daremos cuenta de que en las grandes ciudades o pueblos la conducción no es el fuerte de los autóctonos. Incluso contando con pasos de peatones y semáforos, estas y otras señales de tráfico apenas están de adorno. Igualmente, el tráfico sobre ruedas tiene preferencia sobre los peatones.
Dicho lo cual, tocará armarnos de paciencia para cruzar una calle concurrida, así que mejor no hacer demasiado el kamikaze.
A lo largo del año, en China se celebran varias festividades que son todo un acontecimiento en el país. Pero cuidado, tanta fama tienen, que aquellos turistas que busquen un viaje de relax pueden acabar desesperados cuando vean las aglomeraciones masivas que se producen. Par estas personas, les recomendamos evitar:
Durante el resto de la temporada, hay ofertas de ocio para todos los que quieran viajar a China en cada uno de los estados y ciudades que componen el gigante asiático en función de la época del año, como las que encontrarás aquí.