Plutocracia: qué es, características y 3 ejemplos fáciles

Plutocracia: qué es, características y 3 ejemplos
Te explicamos cómo funcionan las plutocracias y cómo deterioran el tejido social.
Te explicamos cómo funcionan las plutocracias y cómo deterioran el tejido social. | Imagen de: YouTube.

 

Es frecuente, que llegados a cierto punto existencial, y  considerando ciertas condiciones de vida, los ciudadanos nos cuestionemos  cuál sería el estilo ideal de gobierno que garantizase un mayor bienestar social. En este sentido, ¿cómo sería un sistema basado en la plutocracia?

En una época en la que la democracia parece tan cuestionada, ¿sería realmente tan mala opción? Y lo más importante: ¿qué implica vivir en una plutocracia?

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¿Qué es una plutocracia?

Llamamos ‘plutocracia’ a una forma de gobierno que se basa en el control de la población, ejercido por una minoría de habitantes con mayor nivel económico. Esta élite de poder,  buscaría la monopolización de todos los recursos y herramientas con que cuenta un sistema, sin importar la forma de participación de la ciudadanía o cuál fuera el sistema político que gobernase; para sacar el máximo provecho y garantizar su mantenimiento.

Así pues, los gobernados vivirían sometidos y condicionados a la voluntad de los pocos que estuvieran en el poder, cuyos intereses prevalecerían por encima de los de la mayoría. Además, en una plutocracia, la clase dominante ostenta todos los bienes materiales con los que un país cuenta, algo que refuerza el poder fáctico que, por su naturaleza, ya poseen.

Plutocracia: ¿la prostitución de la democracia?

Muchos consideran que, tras el velo de una supuesta democracia representativa, se esconde en realidad esta forma de oligarquía que nada tiene que ver con el tan manido “gobierno del pueblo y para el pueblo”. Al fin y al cabo, si los elegidos por el pueblo (democracia) son en realidad títeres de los poderosos ricos y deben actuar a capricho de los mismos, ya estamos hablando de plutocracia. Precisamente por eso, decíamos más arriba que no importa tanto quién acabe saliendo elegido para gobernar, sino quién está detrás.

Así pues, la democracia no sería más que un teatro para tener a los habitantes de estas naciones bajo la falsa creencia de que ellos tienen el poder de elección sobre sus gobernantes, cuando en realidad a los plutócratas poco o nada les importa, pues seguirán tomando sus decisiones independientemente de lo que el pueblo exija o vote en las urnas y actuando a través de sus marionetas políticas.

Por ello, el término plutocracia (o ‘plutarquia’) a veces se usa con connotaciones despectivas, pues puede considerarse fácilmente la tergiversación, o corrupción, si se prefiere, de un sistema justo (al menos en papel) como es la democracia.

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Características de una plutocracia

Para ayudar a hacer más entendible el término, podemos acotar las características esenciales de la plutocracia en los siguientes puntos.

1. Oligarquía

Por su propia naturaleza, la plutocracia es un tipo de sistema oligárquico. Esto significa que el dominio recae en las manos de unos pocos, que se sitúan por encima de los demás para ejercer su influencia. En este caso, los ricos sobre los pobres.

Por lo general, en cualquier sociedad, los que más poder adquisitivo tienen siempre serán minoría en comparación con los que menos tienen.

2. Financiación de los partidos políticos y sus campañas electorales

El auge de los partidos políticos y los costes invertidos durante su campaña electoral, es una de las formas en las que la plutocracia ejerce su oscura influencia. De esta manera, una vez en el poder, dicho partido deberá dar explicaciones a estos inversores en la sombra y legislar para complacerles por el favor concedido.

Si bien cada candidato, durante la época de campaña electoral, asegura que no se ha destinado dinero sucio a su propia promoción, lo cierto es que el descontento generalizado con la clase política actual es tal, que se considera vox pópuli que exista la presencia de alguien por encima de estas capas moviendo los hilos; aun cuando la malversación de fondos para este tipo de asuntos está penado en muchos países.

3. Control de medios de comunicación

Otro secreto a voces son las subvenciones a ciertos medios de comunicación, una cuestión que se hace el doble de alarmante si pensamos en aquellos que se cuelgan a sí mismos la etiqueta de la imparcialidad y la transparencia.

El control de los medios de comunicación serviría en una plutocracia como altavoz para difundir y propagar ciertas ideologías que, como un mal virus, se expandirán a través de la audiencia, moldeando su pensamiento y condicionando sus acciones en base al mismo. Este fenómeno es posible, ya que muchas grandes empresas poseen ciertos grupos de comunicación. Así, se hace posible que la plutocracia extienda sus garras hasta donde más seguros nos sentimos: el confort de nuestro hogar.

Para que la plutocracia prospere, este aspecto es fundamental, porque no hay forma más fácil de someter sin recurrir a la violencia activa, que lograr que una sociedad se baje los pantalones por voluntad propia.

4. Privatización de bienes básicos

Mencionábamos más arriba cómo en una sociedad plutocrática, los recursos y bienes que deberían pertenecer al pueblo, son retenidos por empresas privadas para su explotación. Esto ocurre, por ejemplo, con recursos básicos como la luz, agua o el gas; o con el derecho a la vivienda, algo que se plantea como uno de los derechos esenciales del ser humano y que en cambio, es accesible a unos pocos (y con las mínimas garantías).

3 ejemplos de plutocracia en el mundo

¿Sientes curiosidad por saber qué sociedades son plutocráticas? He aquí tres ejemplos:

1. Imperio de Cartago

Esta antigua civilización a orillas del mediterráneo, que vivía del comercio marítimo especialmente, una de las más grandes junto a la griega y la romana, es uno de los primeros ejemplos históricos de plutocracia de los que se tiene constancia.

Para reinar en Cartago, de entre aquellos que se disputaban la Corona, solía ser elegido aquel que estuviera dispuesto a pagar el mejor precio. Como consecuencia, únicamente los que provenían de familias con grandes ingresos tenían alguna opción de gobernar.

2. Estados Unidos

Antiguamente, en Estados Unidos, los que tenían derecho a voto eran los grandes terratenientes que esclavizaban a la población negra para que trabajase para ellos. De esta forma, quedaba claro el rango de estos caciques.

Para algunos, parece que las cosas no han cambiado desde entonces, pues no son pocos los que afirman que Estados Unidos sigue siendo una plutocracia dominada por una élite de ricos (que representan alrededor del 1% de su población), pero con la suficiente influencia como para imponer las medidas que les parece sobre el resto de los ciudadanos.

3. Unión Europea

Si se acusa a Estados Unidos de ser  una plutocracia encubierta, ¿por qué no iba a serlo la UE también?

Con la excusa de una gran hermandad de países que deben remar todos a una, es mucho más fácil someter posteriormente a cada nación a los designios mandados por los que mandan en la Troika, por ejemplo (el Fondo Monetario Internacional, la Comunidad Europea y el Banco Central Europeo).

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Un último pensamiento sobre las plutocracias

Si las principales potencias mundiales no esconden en realidad una plutocracia, ¿qué hacen los mandatarios miembros del club Bilderberg en sus reuniones anuales, sino determinar el futuro de cada país? ¿Eso no es lo que decíamos que se hace en una plutocracia?

¿Nos ponemos ya el gorro de papel de plata o seguimos sin tener motivos?

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