Desde los diminutos seres que se multiplican en una gota de agua, pasando por las plantas, hasta los animales más grandes que podamos imaginar; están compuestos por células. Pero, debido a su naturaleza, existen de base, ciertas diferencias entre una célula animal y otra vegetal que repasaremos en las siguientes líneas.
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¿Qué es una célula?
La unidad básica de la que se componen todos los seres vivos, sin importar su complejidad estructural, es la célula.
A pesar de las diferencias entre células animales y vegetales, ambos microorganismos se organizan para configurar las diferentes estructuras que determinan a todas las especies de la flora y la fauna.
Similitud entre célula animal y célula vegetal
Bien sean de uno u otro tipo, sendos tipos de células son lo que se conoce como ‘eucariotas’, es decir, que cuentan con un citoplasma diferenciado, que las separa entre ellas. En su interior, las células eucariotas están compuestas por una membrana, un retículo endoplasmático, mitocondrias y un núcleo central (donde se almacena la información genética).
Ahora bien, enseguida veremos que las diferencias entre las células animales y vegetales que las hacen distinguibles, pronto salen a relucir.
8 diferencias entre células animales y vegetales
Muchas de las siguientes diferencias entre una célula animal y otra vegetal son perceptibles con sólo observarlas a través de un microscopio, por lo que será fácil detectar cuál es su origen.
1. Formas distintas
La primera diferencia entre células vegetales y animales es su forma: las células vegetales son de forma tirando a rectangular, si bien sus ángulos no están delimitados de forma perfecta; mientras que las animales son más bien redondeadas e inexactas.
2. Cubierta exterior
Como decíamos más arriba, aunque ambas clases de células están separadas del exterior por una membrana que las delimita, otra evidente diferencia entre las células animales y vegetales está en lo que se llama ‘pared celular’. En el primer caso, no tienen pared celular, estructura que sí poseen las segundas.
La pared celular vegetal está formada por celulosa y confiere una protección extra a cada unidad, ya que recubre a la célula por encima de la membrana. Además de las plantas, otros seres vivos como los hongos y las bacterias están compuestos de células con pared celular.
Sin embargo, esto no quiere decir que las células animales estén desprotegidas, ya que en lugar de este “escudo”, cuentan con lo que se denomina ‘matriz extracelular’, una estructura que realiza la misma función protectora.
3. Maneras de reproducirse
Si atendemos a la forma de multiplicarse, daremos con otra de las diferencias entre células animales y vegetales más significativas.
Una célula animal, para reproducirse, se estrangula a sí misma hasta que se parte en dos por la mitad, cuyo resultado es dos células idénticas y con el mismo material genético.
El proceso de división de las células vegetales, en cambio, se realiza mediante la formación de una pared en su interior y que delimitará a la nueva célula de su original.
4. Las células animales y vegetales están formadas por orgánulos diferentes
Las células están compuestas de estructuras que posibilitan que realicen sus funciones. Ahora bien, aunque hemos visto que comparten rasgos básicos en común en este nivel (núcleo, mitocondrias y membrana, entre otros), encontramos más diferencias entre las células animales y vegetales en algunos de sus orgánulos esenciales.
4.1. Cloroplasto
El proceso químico mediante el cual las plantas captan la luz solar para tansformarla en energía, la fotosíntesis, es posible gracias a la presencia de estos orgánulos en las células vegetales. Los cloroplastos contienen clorofila, el pigmento fotorreceptor que les da ese color verde, tan característico de las especies de la flora.
La ausencia de cloroplastos es una de las diferencias entre células animales y vegetales más relevantes.
4.2. Nutrición autótrofa y nutrición heterótrofa
La presencia o ausencia de cloroplastos en su composición, tiene una consecuencia directa sobre el tipo de nutrición que un tipo u otro de células sigue. De este modo, hablaremos de células autótrofas para referirnos a las células vegetales, y de células heterótrofas, para hablar de las de origen animal.
Esta forma de conseguir alimento que diferencia a una célula animal de otra vegetal, está en que las autótrofas son capaces de convertir materia inorgánica (esencialmente, H20, dióxido de carbono y sales minerales) en su propio alimento, utilizando la luz solar como fuente de energía para metabolizar estos ingredientes.
Por otro lado, las células heterótrofas, necesitan como sustento la materia orgánica de otros seres vivos, de modo que no pueden fabricarlo ellas mismas.
4.3. Lisosomas
Así como las células vegetales están provistas de cloroplastos para poder nutrirse, las células animales cuentan con un equivalente de función similar: el lisosoma.
Como tampoco cuentan con pared celular, y debido a su necesidad por obtener su fuente de abastecimiento de materia orgánica, las células animales se sirven de un proceso llamado fagocitosis, mediante el cual las sustancias provenientes del exterior, atraviesan la membrana celular. Una vez en el interior de la célula, para desintegrarlas y poder ser absorbidas, se requiere de la intervención de los lisosomas, las proteínas encargadas de ello.
5. Un citoesqueleto ligeramente diferente
En el citoesqueleto, a pesar de que es una estructura que comparten, yace otra de las diferencias entre células animales y células vegetales.
Las primeras cuentan con un tipo de orgánulo denominado ‘centriolo’, que permite que a la célula moverse, gracias a los flagelos y los cilios. En oposición a estas, las células vegetales carecen de centriolos, ya que el hecho de contar con la pared celular les imposibilita la capacidad de moverse.
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