Una de las grandes preguntas que nos hacemos cuando intentamos definir qué es la vida o qué son los seres vivos es la de: ¿Cuáles son las características de los seres vivos?
Si fuésemos capaces de etiquetar las distintas características que definen a los seres vivos podríamos diferenciarlos del resto de elementos del universo. Pero esto no es una tarea nada fácil, ya que hay determinados organismos que están en una fina línea entre unas características y otras.
Como no podría ser de otra forma, al hablar de características de los seres vivos entramos en la disyuntiva de tener que elegir el enfoque que adoptamos. Se pueden hallar tantas características como se desee, si vamos cambiando el enfoque, ya sea desde una perspectiva biológica, filosófica, evolutiva, física, química, etc.
Para este artículo hemos seleccionado las principales características biológicas de los seres vivos, teniendo que dejar de lado otras, que a pesar de no ser menos importantes, son más debatibles y hay menos consenso.
Debemos recordar además, que hablamos siempre de los organismos que hay sobre la Tierra que son los que conocemos. No sabemos qué puede haber más allá, en cualquier parte del universo. Quizás hayan otros organismos que no cuentan con estas características de los seres vivos a los que estamos acostumbrados.
Comenzamos nuestro listado de características de los seres vivos con uno de los elementos más indispensables que han permitido la supervivencia de cualquier organismo vivo que hay sobre la Tierra.
La homeostasis es un proceso que permite de manera automática regular y equilibrar las funciones básicas y vitales de cualquier organismo vivo. Si esta regulación no tuviese lugar no podría vivir y acabaría enfermando.
A diferencia del resto de elementos que podemos encontrar en la naturaleza, los seres vivos se relacionan entre sí, compartiendo información y regulando sus actividades para permitir una coexistencia y supervivencias óptimas.
A continuación vamos a comentar dos características de los seres vivos biológicas que están relacionadas pero toman grados distintos.
En este primer caso, la adaptación filogenética es aquella que sufre una especie concreta de ser vivo, normalmente al medio y con respecto al resto de seres vivos que lo habitan. El máximo exponente intelectual que explicó esto fue Darwin.
Por otro lado, otra característica de los seres vivos es la capacidad que tienen estos (o tenemos) de adaptarnos individualmente al medio. Es decir, ahora no hablamos de un proceso evolutivo, sino de un proceso de aprendizaje.
El animal (por ejemplo) que ha aprendido que los seres humanos intentan cazarlo porque previamente ya lo han intentado, tendrá mucho más cuidado la próxima vez que vea a otra persona.
El metabolismo es una de las características de los seres vivos que siempre está presente ya que, sin ella, no podríamos procesar los nutrientes que obtenemos para usarlos en nuestro crecimiento y provecho. El metabolismo a su vez consta de dos partes sinérgicas: el anabolismo y el catabolismo.
Como hemos comentado, el metabolismo permite el crecimiento (entre otras muchas cosas). Sin duda, esta característica de los seres vivos suele ser una de las más conocidas, ya que es de las primeras que nos enseñaron en la escuela con el famoso cuarteto: nacer, crecer, reproducirse y morir.
Muy ligado a las dos características anteriores, los seres vivos consumen nutrientes que obtienen del medio para transformarlos en energía y en otros nutrientes más complejos a través de la síntesis.
De hecho, gran parte de las adaptaciones que experimentan los seres humanos, ya sean a niveles ontogenéticos y filogenénticos, son para potenciar al máximo la obtención de nutrientes para a su vez, aumentar el consumo de los mismos.
Esta característica de los seres vivos dará pie a la siguiente.
Los procesos metabólicos dan como resultado que el organismo vivo dé una serie de productos que no necesita y de los cuales se debe desprender.
Junto con la nutrición, estas dos son las funciones más básicas y evolutivas. Gran parte (o casi la totalidad) de las adaptaciones que viven las especies son para potenciar estas dos características de los seres vivos.
Existen de dos tipos, la reproducción llamada sexual y la asexual.
Es el método de reproducción más básico, en el cual, el individuo realiza una copia exacta, genéticamente hablando, de sí mismo.
Es el tipo de reproducción que predomina entre los organismos pluricelulares de mayor complejidad. Requiere de dos individuos que tengan sexos diferentes para poder crear a uno nuevo.
Es un tipo de reproducción más costoso pero tiene una serie de ventajas que a nivel evolutivo marcaron una diferencia sustancial, permitiendo el nacimiento de descendencias más variadas y adaptables al medio.
El ácido desoxirribonucleico es un tipo de ácido que contiene la información genética de los seres vivos y permite el desarrollo, nacimiento y funcionamiento de los mismos.
Este polímero está presente en todos y cada unos de los seres vivos y la convierte en una de las características estrellas a nivel biológico.
Como no podría ser de otra forma, en el momento en el que etiquetamos a un organismo como ser vivo, estamos admitiendo que también muere. Algo que es eterno por definición, no puede ser un ser vivo.
Del mismo modo, si está vivo, tiene la potencialidad de dejar de estarlo en algún momento.