Lo queramos reconocer o no, el deshielo causado por el incremento de las temperaturas es un hecho. Hace ya varios años que los expertos en el asunto vienen advirtiendo sobre las consecuencias de este aumento del calor generalizado. Uno de los resultados lógicos es la subida de los niveles de los océanos, algo que puede tener (y seguramente, tendrá) efectos devastadores sobre algunas ciudades situadas en primera o segunda línea de mar.
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Los últimos deshielos de 2017
Uno de los casos más recientes es el de Larsen C, un mastodóntico segmento de hielo de la Antártida. Este gigantesco iceberg que se separó del continente helado entre los días 10 y 12 de julio, es el más grande hasta la fecha del que constan registros. Larsen C se extiende a lo largo de 5.800 kilómetros cuadrados y pesa hasta un billón de toneladas, de acuerdo informaciones otorgadas por del grupo Ser.
También en la Antártida, el glaciar Pine Island, comenzó a agrietarse a comienzos del año. Las últimas noticias al respecto de su estado que nos llegaron a finales de septiembre anunciaron que lo que se temía, había ocurrido: una gran plataforma de hielo de 267 kilómetros cuadrados se había desgajado de Pine Island. Sin embargo, este enorme trozo va poco a poco desintegrándose en pequeñas islas que van alejándose a la deriva, movidas por las corrientes.
Hace ya tiempo que este gigante helado se encuentra en el punto de mira de los investigadores, que siguen de cerca su evolución. Las predicciones de los expertos no son nada halagüeñas, pues según parece, el estado de Pine Island no mejorará con el tiempo; más bien irá a peor. Con su desgaste, estas porciones de hielo son las principales contribuyentes a la crecida del nivel del mar.
Resultados del derretimiento de los glaciares
El colapso de glaciares que se alejan millas y millas océano adentro, como el de Larsen C o el de Pine Island, tiene repercusiones medioambientales de todo tipo.
Peligro para la fauna
Como siempre, los principales perjudicados por la desintegración de los glaciares son las criaturas que componen este ecosistema. Dos de las especies animales más afectadas son los pingüinos y los osos polares. En ambos casos, la pérdida de superficie helada implica la reducción de sus zonas de caza y reproducción, lo que puede conllevar un descenso dramático de individuos en los próximos años.
Los barcos que navegan por la zona
Los témpanos de hielo flotantes son siempre un riesgo con el que los barcos que navegan por zonas heladas tienen que contar. Por fortuna, grandes masas como el fragmento de Larsen C no se encuentra en ninguna ruta comercial que pueda poner en peligro la navegación. Sin embargo, los icebergs en los que, a su vez, puede ir fragmentándose, sí que pueden acabar invadiendo estas zonas de paso habituales de barcos.
Aceleración del deshielo
Cuando un glaciar comienza a venirse abajo, se produce una reacción en cadena que acelera el debilitamiento del resto de la estructura. ¿Podría llegar el día en que se pierdan por completo?
Subida del nivel de los océanos
La consecuencia directa y lógica de todo el proceso es es el crecimiento de los niveles del mar, algo muy preocupante para las poblaciones cercanas a la costa que, ante el peligro de quedar sumergidas bajo el agua, deberán tomar medidas al respecto.
Un nuevo instrumento para predecir el impacto por el deshielo
Ante el apocalíptico panorama que se nos viene encima, conviene estar preparados y conocer el abasto de las más que seguras repercusiones. Aunque muchos se nieguen a verlo, cargarse el planeta no sale gratis.
Por ello, el Jet Propulsion Laboratory de la NASA, ha ideado una herramienta digital que permitirá conocer cuáles serían los casquetes polares cuyo deshielo amenazaría a ciertas ciudades del planeta y de cuáles se trataría.
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Ciudades que podrían quedar bajo el agua por el deshielo
Los datos de esta sección de la NASA revelan que aproximadamente unas 293 ciudades se verían afectadas por las crecidas de los mares y océanos durante los siguientes 100 años. Aunque parezca contradictorio, las localidades más cercanas a estos puntos de desprendimiento serían las más seguras; mientras que las más alejadas de las zonas congeladas correrían mayor peligro. Veamos algunas de las ciudades y zonas que correrían peligro de no invertirse esta tendencia.
Londres
La capital inglesa sufriría las consecuencias producidas por la parte noreste helada de la “macroisla” de Groenlandia. Hasta un 30% subiría el nivel de su mar.
Nueva York
Una de las escenas más impactantes de la película El día de mañana era aquella en la que una gigantesca ola se tragaba la Estatua de la Libertad e inundaba las calles de la ciudad de los rascacielos.
Esta imagen tan pesimista podría ser una realidad de aquí a no mucho, pues según los expertos de la NASA, la isla de Nueva York será la que reciba el impacto por la licuación del hielo perteneciente al área norte de Groenlandia. Una crecida de hasta el 40%.
Sydney
En la ciudad portuaria de Sydney deberían estar preocupados, tanto por el hielo quebrado en la zona del Mar de Amundsen, como por la desaparición del mismo en la Península Antártica. Los muros helados del continente van derrumbándose a cada momento que pasa y puede hacer que suba la proporción de agua que rodea la parte este de Australia en un 50%.
Halifax
Además de la costa estadounidense, la zona costera de Nueva Escocia es también un punto caliente que puede sufrir las consecuencias del desprendimiento de hielo proveniente de Groenlandia; lo que puede acarrear un aumento del nivel del mar que alcance cotas superiores a las actuales en un 32%.
América Latina
Recordemos que en el informe de la NASA hay hasta un total de 293 ciudades, lo que deja en realidad a muy pocas a salvo. Entre ellas, muchas capitales de América del Sur están también en la lista negra. Veamos algunos ejemplos preocupantes:
Caracas y Guayaquil verían incrementado el nivel del mar en casi un 50%. Por su lado, en el área de Lima subiría casi un 51%. En el otro extremo, en Recife, las cifras aumentan hasta el 51,4%. No les iría mucho mejor en Río, cuyos niveles de mar crecerían en un 51,2% con respecto a la actualidad.
Otras ciudades en las que habría este tipo de crecidas, aunque en menor proporción (entre el del 40 y el 50%), son: Santiago de Chile, Montevideo o Buenos Aires.
España
El litoral español será también azotado por esta consecuencia del cambio climático. Aunque se trata de un proceso lento, muchas playas del área del Cantábrico, Atlántico y hasta del Mediterráneo desparecerán, obligando a las personas que viven en las inmediaciones a abandonar sus hogares.
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