Opositar para un puesto de trabajo es una de las tareas más duras y que más sacrificio exigen. La posibilidad de tener un puesto de trabajo para toda la vida es un estímulo muy poderoso que moviliza a miles de personas que se plantean pasar por este suplicio con tal de no tener que preocuparse nunca más por la inestabilidad laboral que impera en muchos trabajos.
En el artículo de hoy ofrecemos una serie de pistas y consejos para que todo valiente que se aventure en el intrincado mundo de las oposiciones no desfallezca por el camino, ya que la probabilidad de abandonos es elevada. Aunque no garantizamos el éxito, esperamos que sirva para acercar a los opositores un poco más a él.
13 recomendaciones para sobrevivir a unas oposiciones
¿Estás preparándote unas oposiciones? ¿Conoces a alguien de tu entorno que lleve tiempo encerrado en casa o en la biblioteca sin salir? Aquí van 13 consejos (sí, 13) para que los estudiantes de oposiciones no mueran en el intento. Por cierto, en muchas culturas es un número de la suerte, así que nos viene perfecto:
13. Ten paciencia
Primer punto fundamental que hay que tener en cuenta: la preparación para unas oposiciones es un proceso que puede eternizarse durante varios meses o años, en función de varios factores en los que no conviene detenerse, ya que no es el objetivo de este artículo.
Durante este tiempo se pone a prueba la paciencia y los nervios están a flor de piel. Es muy fácil caer en el desánimo y que entren dudas sobre si al final sacaremos la plaza que deseamos.
Sabiendo todo esto, más vale mentalizarse de todo lo que va a suponer: dedicar gran parte del tiempo libre a estudiar al máximo, estaremos más susceptibles, el riesgo de discusiones se eleva, perderemos el hambre y, tal vez, el sueño. Muchos ponen tanta fe en el proyecto que incluso dejan su trabajo para emplear esas horas en hincar codos, ya que si no, les es muy difícil encontrar horas de estudio.
12. Apóyate en los tuyos
Más vale advertir que hay que tener cuidado con evitar al máximo que se resientan nuestras relaciones en casa, en el trabajo o con los amigos. Es aconsejable serenarse, no tomarla con nadie y canalizar la frustración hacia otro lado. Las personas que nos rodean serán las primeras en ser blanco de nuestra ira en nuestros momentos de bajón, pero no hay que olvidar que pretenden ayudarnos y ser un apoyo durante este largo y complicado proceso.
11. Nada es lo que parece
No subestimes lo que son unas oposiciones. Cuando uno se inscribe por primera vez y se embarca en esta expedición, no sabe exactamente con lo que va a encontrarse. Se puede intentar realizar un pronóstico, pero esta predicción seguramente no se corresponderá con la realidad. Muchos cometen el error de pensar que, como se han sacado una o dos carreras, másteres o postgrados, podrán con lo que se les viene encima.
Es fácil sobreestimar nuestras capacidades y pensar que esto no va a poder con nosotros. No pretendemos desanimar a nadie, pero opositar requiere mucha fuerza de voluntad y entereza psicológica; así que, que conste en acta.
10. Organiza todo el material
Supongamos que ya te has decidido a estudiar para presentarte a unas oposiciones. Lo normal es que, a medida que vayas profundizando en la preparación, acumules más y más fuentes de estudio (libros, apuntes, esquemas, resúmenes, pequeñas anotaciones …). Sea cual sea tu método favorito, es importante que te marques a fuego esto: organízalo bien todo, especialmente si eres un caos.
Varios métodos que ayudan: separar apuntes por carpetas, fundas de plástico, dossieres, lo que sea; pero no tengas desperdigados los folios. Igualmente, enumera tus apuntes, ponles fecha y escribe al comienzo un título leíble que permita distinguir a qué parte del temario corresponden.
9. Sé constante
A algunas personas les cuesta iniciarse en una tarea, pero luego, si se lo proponen, pueden seguir haciéndola durante largo rato en un mismo día sin distraerse demasiado. Para otras, en cambio, comenzar una actividad (como estudiar) no les supone demasiado esfuerzo. Su dificultad, en cambio, aparece al poco: les costará más perseverar en el estudio durante largos periodos de tiempo.
Siendo constante se garantiza poder seguir todo el temario, darle una coherencia y una lógica a todo, lo que posibilitará tener una visión global de lo estudiado y ser capaz de relacionar conceptos más rápidamente.
Una buena técnica puede ser, por ejemplo, estudiar durante unos días (tres, cinco o una semana), sobre una misma asignatura y luego, cambiar a otra durante otros pocos días. Esto será otra forma de no colapsar la cabeza demasiado, ya que pasar a otra materia despeja la cabeza y hace más fácil que pueda entrar información novedosa.
8. Gestiona bien tu tiempo
Cuando se estudia para unas oposiciones, debe distribuirse el tiempo muy bien. Las horas que vayan a emplearse entre libros y apuntes han de ser las adecuadas para permitirnos procesar todo el contenido del temario al que vayamos a dedicarnos ese día.
Especialmente para los que no tienen un hábito de estudio consolidado, les puede ir bien escribir un horario semanal, con las horas estipuladas para hincar codos (y seguirlo, obviamente). De esta forma es más fácil ceñirse a una rutina que no si simplemente improvisamos y lo hacemos cuándo y cómo nos plazca. Obligándonos a estudiar durante ciertas horas cada día, evitaremos que nos invada la pereza o la procrastinación.
Es cierto que podemos comenzar a prepararnos unas oposiciones sin saber en qué fecha se realizarán (o incluso sin la certeza de si el examen se llevará a cabo). Por eso, cuando no se ve la luz al final del túnel, se puede caer en el error de no organizar bien el tiempo, confiarse y luego darse cuenta de que toca memorizarlo todo a contrarreloj.
7. Apúntate a una academia
Un aspecto controvertido, pero que aun así conviene mencionar. El programa de estudio requerido para unas oposiciones incluye contenidos muy específicos sobre materias complejas. Muchos de los candidatos a un puesto, pueden no estar familiarizados del todo (o ser unos completos inexpertos) con los temas que les va a tocar estudiar.
Aunque hay gente muy valiente que se lanza a prepararlo por libre (algo muy respetable, por otro lado), aconsejamos inscribirse a una academia. En estos sitios, se contratan expertos de cada especialidad que imparten clase una o dos veces por semana (dependiendo de la academia, tal vez sean más) y que son una importante guía, tanto para los legos en la materia que se inician por primera vez, como para los que les interesa refrescar el temario.
Eso sí, hay que ir con ojo con qué sitios se elige, buscar uno cuyo precio sea razonable y donde no se limiten simplemente a vaciar la cartera de los confiados alumnos, en lugar de garantizarles una enseñanza de calidad. Recuerda que, si no nos complace la forma de proceder de la academia escogida, siempre nos podremos dar de baja y buscar una más adecuada.