Para los devotos de la fe, la Biblia recoge una serie de preceptos que deben tomarse a rajatabla, pues se considera que cualquier acción que se aleje de sus líneases, es una forma de acercarse al pecado. No obstante, más allá de esta visión dogmática y cerrada, surgen otras formas de interpretar la Biblia, que no condenan a aquellos creyentes que rinden culto a Dios de forma no rigurosa.
Para los fieles más estrictos, el Antiguo Testamento recoge una serie de obligaciones y prohibiciones morales que no pueden saltarse. ¿Cómo se tratan de encajar algunos preceptos bíblicos con costumbres que están cada vez más arraigadas socialmente? Por ejemplo: ¿qué ocurre con la práctica de tatuarse el cuerpo?, ¿qué dice la Biblia acerca de los tatuajes?, ¿es pecado hacerlo?
Tatuarse o perforarse el cuerpo se ha convertido en una práctica habitual que cada vez está tomando más impulso. Años atrás, que una persona se tatuara era visto como una costumbre de clase baja y solía tener asociadas connotaciones negativas, muchas de las cuales todavía persisten hoy en día; a pesar de que hacerse tatuajes se ha popularizado en extremo.
Sin embargo, podemos atrevernos a suponer que una gran parte de las personas que habitualmente vemos tatuadas, o bien no son religiosas (la religión es un asunto del que cada vez más se desvinculan los jóvenes); o, en caso de serlo, no se toman de forma literal algunos de los versículos de la Biblia que aluden directamente a hacerse tatuajes, perforaciones u otras marcas en el cuerpo, ni los consideran pecaminosos.
Los religiosos más recalcitrantes hacen referencia a ciertos pasajes contenidos en alguno de los libros que componen la Biblia para argumentar su oposición a los tatuajes y considerar pecadores a aquellas personas de fe que se tatúan.
Estos son los más destacados. Después de cada versículo citado, trataremos de aportar una lectura sosegada sobre lo que entendemos que dice la Biblia en cada cita:
Es importante poner en contexto lo que quiere decir la Biblia con estos pasajes y el resto de los que componen el Levítico. Según parece, era habitual que los paganos se realizaran cortes e incisiones en su rostro y extremidades para guardar el luto por un fallecido. De igual manera, lacerarse la carne se consideraba una ofrenda a las divinidades paganas y espíritus de los muertos. Los había que incluso llegaban al extremo de amputarse las manos y desfigurar su rostro, como obsequio a estas deidades.
Por lo tanto, esculpir dibujos en las propias carnes era un ritual propio del paganismo que servía para rendir culto a los espectros de la muerte. De esta manera, la Biblia prohibía al pueblo de Israel toda costumbre o ritual vinculados a este culto, en este caso las marcas en la piel (o “tatuajes”, si se prefiere), por sus connotaciones herejes.
Sin embargo, no se menciona nada acerca de los tatuajes hechos por gusto o como una forma de manifestación artística, tal y como se considera actualmente a esta moda. Y tampoco creemos que un cristiano que desee tatuarse estará pensando precisamente en autoinfligirse cortes, ni en desfigurarse la piel. De hecho, si se diera el caso, esta práctica tendría otra razón de ser.
Estos dos pasajes se refieren a que tanto Dios como su gracia manifestada a través del Espíritu Santo, residen en el cuerpo de los seres humanos, creados a imagen y semejanza del Altísimo. Siguiendo con esta lectura, debe honrarse la Obra de Dios y respetar lo que nos ha dado, ante la amenaza de ser destruido si no se respeta este precepto.
Ahora bien, para todo el que se aplique a su vida todo lo que dice la Biblia, debería también: comer alimentos sanos y nunca comida basura, sin excepción; además de dejar de consumir bebidas azucaradas o alcohol, hacer ejercicio con regularidad, dormir las horas convenidas… Sin embargo, nos atrevemos a apostar que ni los más beatos cumplen todos estos requisitos.
El Libro de las Revelaciones también tiene algo que decir de los tatuajes, pero habla de marcas hechas como muestra de devoción por el Diablo. Ahora bien, entendemos que una persona fiel a la fe cristiana y que sienta que quiere hacerse un tatuaje, no estará pensando en grabarse ni una estrella de cinco puntas, ni el número 666, ni una cabeza de carnero ni cualquier otro elemento simbólico vinculado con el Anticristo; sino que probablemente, considere antes cualquier otro dibujo para grabárselo en forma de tatuaje.
En resumen, lo que dice la Biblia no es que los tatuajes ni los piercings estén manifiestamente prohibidos, siempre que sean por gusto. Ahora bien, el mensaje de la Biblia tampoco debe interpretarse como que Dios alienta explícitamente a sus fieles a que se tatúen o perforen el cuerpo.
Como en todo, está en las manos del lector (religioso o no) decidir qué hacer con su cuerpo, independientemente de lo que el Libro Sagrado exprese al respecto.
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