San Agustín de Hipona, uno de los filósofos medievales más influyentes.

Los 10 filósofos de la edad media más influyentes

Características y personajes destacados de la filosofía en la Edad Media.

San Agustín de Hipona, uno de los filósofos medievales más influyentes.
San Agustín de Hipona, uno de los filósofos medievales más influyentes. | Wikimedia Commons.

 

Los mejores filósofos de la edad media que descubrirás a continuación son representantes del segundo gran período de la filosofía, que sustituyó la filosofía clásica y sería desplazado después de mil años por la filosofía moderna.

Santo Tomás de Aquino, San Agustín de Hipona, Guillermo de Ockham y Giordano Bruno son solo algunos representantes de las diferentes corrientes dentro de este período marcado por el cristianismo y el problema de la existencia de dios.

ÍNDICE

1. Características de la filosofía medieval

2. Filósofos de la Edad Media destacados

3. Filósofos de la Edad Media españoles

Las principales características de la filosofía medieval

El milenio que se abre con la filosofía medieval está totalmente marcado por la escolástica, es decir, el control de la iglesia sobre el pensamiento filosófico. Lo esencial de este período es la reflexión en torno a la existencia de dios y el peso de lo absoluto.

1. Una filosofía del cristianismo

El monopolio de la iglesia sobre la sociedad ve la filosofía como una amenaza en cuanto a su función de pensamiento crítico, pero pronto entiende que puede ser una herramienta poderosa para justificar por la vía racional el misterio de la fe.

La principal característica de la filosofía medieval es que está al servicio del cristianismo y sus postulados: la teología. La reflexión en torno al hombre durante el período clásico pierde interés y la filosofía se centra en la justificación de la existencia de dios y su compatibilidad con los métodos racionales. Dios desplaza al hombre, y emerge como lo absoluto.

2. El monopolio de la iglesia

Como doctrina oficial de la iglesia, y puesto que la educación estaba en manos del clero, los filósofos de la época medieval son teólogos, o sea, pertenecen al estamento clerical. Por ello, una de las características de la filosofía medieval es la ausencia de libertad, la escasa disidencia, y la dirección unívoca de las teorías.

La única diversidad que se observa en la filosofía medieval lo marcan las diferencias religiosas: el impulso de la filosofía árabe y el estudio de la filosofía por la escuela judaica.

3. La influencia del neoplatonismo

Desde el siglo V al siglo XIII  los principales pensadores se basaron en las teorías de Platón y su razonamiento en torno a la existencia de un absoluto.

Su vigencia y su desarrolló se debió, sobre todo, a la interpretación de Platón hecha por San Agustín, pero también al famoso argumento ontológico de San Guillermo de Canterbury para probar la existencia de dios: “Todos nosotros tenemos dentro la idea de que Dios es el ser más perfecto que puedo imaginar. Si esto es así, Dios debe existir, ya que si no fuera así yo podría imaginar otro ser aún más perfecto: el propio Dios, pero existiendo. Por lo tanto, queda demostrado que Dios, que es el ser más perfecto que puedo imaginar, existe”.

4. La consolidación del aristotelismo

A partir del siglo XIII, los trabajos de Tomás de Aquino y Alberto Magno dan un giro a la interpretación sobre la existencia de dios e inauguran una etapa de predominio del pensamiento aristotélico.

Esta época se basa en cuatro ideas fundamentales de Aristóteles: el universo es eterno, el alma humana no es inmortal, la razón y la fe son dos cosas diferentes, y también son diferentes la esencia y la existencia. A partir de estos supuestos, se intenta tejer una teoría general sobre la existencia de un ser que ordene el mundo.

5. La unidad entre la fe y la razón

Ese fue el gran quid de la cuestión. Los primeros pensadores de la edad media, guiados por la supremacía de lo absoluto, negaban cualquier separación entre la fe y la razón: ambos formaban parte de lo mismo y, por lo tanto, la razón tenía la función de justificar la fe.

A medida que el neoplatonismo se va diluyendo y vuelve el aristotelismo, esta idea pierde peso y se va consolidando la creencia en que razón y fe son dos cosas separadas. Todos los intentos de pensadores como Tomás de Aquino van encaminados a hacer compatibles ambos aspectos, por lo que la filosofía adquiere un papel mucho más complejo.

Los filósofos de la edad media más destacados

Control del pensamiento por parte de la iglesia, la razón sometida a la justificación de la fe, la explicación de dios como tema central, el abandono de las preocupaciones sobre el hombre… Los siguientes pensadores se enmarcan en el dominio de la escolástica.

1. Pedro Lombardo

Este obispo italiano del siglo XII fue el primero en dar a la teología un método científico, pues levantó un edificio sistemático de teoría escolástica que permaneció durante siglos como la base de los filósofos de la edad media.

¿Su genialidad? Recopiló los fundamentos del pensamiento cristiano y añadió una serie de preguntas a las que respondió dando otra perspectiva contrario. Por esta contraposición dio a la nueva filosofía un carácter dialéctico y, aunque en realidad dejaba muchas preguntas sin responder, en definitiva consolidaba un método de discusión.

2. Tomás de Aquino

Sin duda este teólogo italiano perteneciente a la Orden de los Predicadores fue uno de los más influyentes de la edad media y los siglos posteriores. Para él, razón y fe eran dos realidades autónomas, pero por su fuente y su objeto, la fe era superior a la razón.

Todo su esfuerzo va encaminado a hacer compatibles ambas dimensiones. ¿Cómo lo logra? Por medio de la razón, Dios es simple. Según la fe, Dios es trino, pero dentro de la trinidad conserva la unidad, y por lo tanto es simple. A partir de aquí crea un sistema que justifica la existencia de dios a través de cinco premisas.

  • Según la teoría del movimiento, puesto que todo lo que se mueve lo hace movido por otro, es necesaria la existencia de alguien que mueva sin ser movido: Dios.

  • Según la teoría de la causalidad, puesto que toda causa tiene una causa, es necesaria la existencia de una causa que no sea causada: Dios.

  • Según la teoría de la contingencia, todos los objetos del mundo son contingentes, y por eso necesitan un ser que dé sentido al universo: Dios.

  • Según la teoría de la perfección, todo los objetos son imperfectos, y por eso es necesaria la existencia de la perfección absoluta: Dios.

  • Según la teoría del orden del mundo, todos los objetos del universo, animados e inanimados, cumplen una función. Es necesario que alguien establezca ese orden: Dios.

3. San Agustín de Hipona

El otro gran nombre de la filosofía medieval es San Agustín, considerado uno de los mayores pensadores de toda la historia y conocido por sus libros Confesiones y La ciudad de Dios. Su teoría se basa en el uso del racionalismo para penetrar en el espíritu, y de hecho se le considera el precedente del cogito ergo sum de Descartes.

San Agustín dice que la mente, al dudar, se hace consciente de sí misma: “si me engaño, existo”. La percepción del mundo exterior, por lo tanto, puede conducir al error, y el camino hacia la certeza no es otro que la interioridad. Dios vive en lo más íntimo de cada uno, y podemos conocerlo mediante la iluminación.

Uno de los grandes legados de este filósofo fue su teoría sobre el mal. Según San Agustín, todo lo que Dios crea es bueno,  el mal no es más que la ausencia de bien y el resultado de la indeseable libertad del hombre (teoría del libre albedrío).

4. Guillermo de Ockham

Este fraile franciscano escocés se hizo famoso por crear un innovador sistema de razonamiento conocido como la Navaja de Ockham. Esta se basa en un principio: “En igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la más probable”.

Esta pretensión científico le sitúa como uno de los precursores medievales de la filosofía moderna, pues es de los primeros que separa fe y razón. Según Guillermo de Ockham,  la única forma de explicar la existencia de dios es la fe, y mientras que los individuos son una realidad, dios es una idea, que sólo reside en la mente de los hombres.

Guillermo de Ockham vivió toda su vida bajo la estricta observancia de la pobreza, y murió a causa de la peste negra.

5. Juan Escoto Erígena

Partidario de un sistema racional y unitario, rompe con la tradición eclesiástica de que Dios y el mundo son realidades distintas. Razón y fe son dos métodos válidos, pero la razón debe ser predominante para acceder al conocimiento.

Perseguida por la Inquisición, aunque salvado por el poder real, este teólogo acepta la posibilidad de creer en dios, pero acto seguido hace un planteamiento muy interesante: si establecemos unos atributos para dios, lo estamos limitando al razonamiento, y dios está más allá de la razón. Dios está por encima del ser.

Junto a Tommaso Campanella, Juan Escoto Erígena fue considerado el pensador metafísico más determinante de la filosofía medieval.

6. Jean Buridán

Este filósofo francés del siglo XIV discípulo de Guillermo de Ockham ha pasado a la historia como el inspirador del escepticismo religioso. Es el autor de la famosa paradoja: “Dios existe; ni la proposición anterior ni esta son ciertas”.

También es conocido por haber motivado  la metáfora del “asno de Buridán”. Como teórico racionalista defendiendo el concepto del libre albedrío: el ser humano dispone de la razón para tomar libremente una decisión. Sus contrarios intentaron ridiculizarlo poniendo de ejemplo un asno que no sabe decidir entre dos montones de heno, y acaba muriendo de inanición.

Además, Buridán es conocido como el precursor de los principios de Newton, Copérnico  y Galileo, pues es el creador del ímpetu y la inercia: “El ímpetu, proporcional a la masa y a la velocidad impartida por el agente del movimiento, mantiene al móvil en su estado de movimiento sin necesidad de acciones ulteriores”.

7. Juan Duns Scoto

Conocido también como “Doctor Sutil”, este teólogo escocés acabó canonizado como santo. Sus estudios se centran en el intento de demostrar la existencia de dios y sus atributos mediante el uso de un método deductivo.

Fue un pensador muy original que trató de absorber las herencias más importantes del período, pero a la vez marcar ciertas distancias respecto del agustinismo y el tomismo. Intenta evitar en todo momento la abstracción y el idealismo, y se mantiene en el materialismo y la razón para afirmar la existencia de dios en la voluntad y la libertad.

Junto a Guillermo de Ockham, Juan Duns Scoto ofrece el marco mental necesario para entender la transición entre filosofía escolástica y filosofía moderna. La clave para entender su obra es la distinción entre el entendimiento y la voluntad.

Los filósofos medievales españoles más importantes

San Isidoro de Sevilla fue sin duda el teólogo español más importante de la edad media, pero no debe desdeñarse el papel de la Escuela de Traductores de Toledo, donde brilla la figura del arzobispo Julián, o el papel de los filósofos árabes del reino de Castilla.

8. San Isidoro de Sevilla

Considerado como unos de los Padres de la Iglesia, San Isidoro fue arzobispo de Sevilla y contribuyó a la conversión de los visigodos al cristianismo y la erradicación del arrianismo (secta) a través de la consolidación de la visión canónica de la naturaleza de Cristo.

Las aportaciones de San Isidoro de Sevilla a la filosofía medieval es considerar la disciplina filosófica como el estudio de las cuestiones humanas y divinas (mediante la división en filosofía natural, moral y racional), reconocer la inmensidad de Dios como la concepción de un ente dentro de todas las cosas, de forma eterna y atemporal, y el hombre como el ser supremo de todas las criaturas creado a imagen y semejanza del Creador.

La filosofía de San Isidoro no es original, pero supone el primer intento de racionalizar las concepciones filosóficas de la iglesia, que será la base de la escolástica.

9. Julián de Toledo

Desde la Escuela de Traductores de Toledo, este lugar había sido uno de los grandes focos de pensamiento teológico en la España medieval. Su pensamiento tuvo impacto en la doctrina católica y supuso un desafío a la filosofía canónica de la curia romana.

La particularidad de sus ideas es que intenta encontrar respuestas sólidas y racionales a cuestiones que la iglesia resuelve desde premisas disparatadas.

Así por ejemplo, mientras que la doctrina eclesiástica afirma que el hombre resucitaría con el mismo cuerpo que tenía en vida, Julián de Toledo plantea varias preguntas que evita la separación entre doctrina y mundo sensible.

La figura de Julián de Toledo en el ámbito filosófico permaneció durante los siglos siguientes como el precedente del cuestionamiento y reordenación de la escatología cristiana, sobre todo por lo que respecta al mundo de las almas y la resurrección de los muertos.

10. Ibn Ezra

La mezcla de las civilizaciones judía y árabe en la cultura andalusí dio lugar a una rica fuente de pensamiento cuyo mayor exponente es Abraham ben Meir Ibn Ezra, que destacó en los campos de la astronomía, la gramática, la medicina, las matemáticas, la poesía y la filosofía.

Ibn Ezra destacó por la original interpretación de la Biblia y los textos sagrados judíos, y por su esfuerzo desde las influencia neoplatónicas de encontrar una respuesta a la pregunta de por qué los justos sufren desgracias sin razón aparente.

Sobre el origen del mal, y basándose en la interpretación libre del Libro de Job, Ibn Ezra llegó a la conclusión de que los seres humanos nacen con una sustancia perfecta y una forma imperfecta, y “esta es la causa de las desgracias que le suceden al alma, al cuerpo, o a ambos, a la riqueza, a los hijos, a las mujeres y a los amigos”.

Referencias bibliográficas

Saranyana, J. I. (2003). La filosofía medieval. Ediciones Universidad de Navarra, SA.

Escudé, C. (2011). Neoplatonismo y pluralismo filosófico medieval: un enfoque politológico (No. 475). Serie Documentos de Trabajo.

Grabmann, M. (1928). Historia de la filosofía medieval. Traducción de Salvador Minguijón. Transcripción del texto publicado por Editorial Labor SA en.

Armas, G., & Saint Augustine (of Hippo). (1955). La moral de san Agustin. Asilo de huérfanos del Sagrado Corazon de Jesus.

Gilson, E. (1943). El tomismo: introducción a la filosofía de Santo Tomás de Aquino.