Para vestir como un caballero existe todo un protocolo de vestimenta que hay que cumplir escrupulosamente. Uno de los aspectos que más hay que cuidar para ir elegante es el tipo de zapatos escogido, ya que existe todo un abanico de posibilidades según cada ocasión.
Con tal de resolver algunas dudas, hemos desarrollado un pequeño catálogo acerca de los materiales utilizados para el calzado de hombre, el tipo de construcción, qué momentos son los propicios para vestirlos y los colores en que se pueden combinar. Para ello, pondremos ejemplos propios de la moda clásica inglesa, cuyos estándares se han asumido en todo el mundo como el modelo ideal a seguir.
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5 Reglas de formalidad básicas sobre la construcción de los zapatos
Antes de entrar a detallar los tipos de zapato de vestir para caballero, conviene que nos detengamos a analizar algunas claves para entender cómo funciona el protocolo de calzado en moda masculina, algo que hay que tener en cuenta a la hora de vestir de acuerdo con de la ocasión.
A grandes rasgos, tiene que quedar claro que siempre dependerá de la construcción, ocasión y color del zapato, pero vamos a analizarlo un poco más.
1. Piel lisa sin picado
La primera consideración a tener en cuenta cuando toque elegir calzado, es el tipo de piel en que están hechos. Por norma general, la piel lisa sin picado es siempre la primera elección. A continuación van: la piel lisa con picado, el ante (piel girada) y, finalmente, el terciopelo.
¿Qué es el “picado”? Se trata de un elemento decorativo que consiste en perforaciones (brogue) y cenefas serradas con relieve que embellecen el zapato. El picado puede ser completo, decorando las zonas claves del zapato (puntera, laterales y empeine) o parcial.
2. Construcción cerrada antes que abierta
Lo segundo que tenemos que tener en mente es que si vestimos formales, siempre habrá que optar por un zapato cerrado y bien armado que cubra bien nuestro pie (por ejemplo, con cordones o hebilla).
Por contra, si la ocasión no exige un código de vestimenta estricto, se puede optar por construcciones que dejen un poco el pie a la vista (mocasines o slippers).
3. Suela gruesa antes que fina
Otro aspecto que conviene mirar es la suela del zapato. Aunque dependerá del fabricante, una suela formal estará compuesta de varias láminas de madera, una metálica y una de corcho (para ajustarse a nuestra pisada), lo que le otorgará robustez al calzado.
En cambio, un zapato de construcción más moderna, tendrá una suela hecha de una única lámina de cuero, mucho más fina que la anterior y un pequeño tacón (elemento compartido en ambos casos).
4. Cordones antes que hebilla (siempre que sea piel lisa)
Si los anteriores requisitos se cumplen, debemos mirar la forma de fijación del zapato que pensamos vestir en determinado momento. Repetimos: asumiendo que los puntos 1, 2 y 3 se cumplan, siempre hay que decantarse por un zapato de cordones. Si no, el calzado de hebilla es una alternativa buena, especialmente para personas con un puente alto cuyos pies sufren al atarse los cordones.
Los mocasines, aunque sean de piel lisa y suela gruesa (puntos 1 y 2), no serían tan buena decisión si se requiere formalidad; al igual que tampoco lo sería un zapato de cordón (punto 4) de, por ejemplo, ante, con picado o de suela fina. Ante ambas disyuntivas, sería más conveniente optar por un zapato de hebilla que sí cumpliera los primeros puntos, aunque los cordones prevalezcan antes.
5. Negro sobre otros colores
Aunque el negro siempre se ha considerado la opción clásica para los zapatos (por aquello de que combina con todo), no es menos cierto que los marrones oscuro, marrón teja, crema e incluso burdeos, se pueden llevar con trajes de cualquier gama de azules, grises, ceniza, o beis.
Aun así, el negro será siempre el color de primera elección para llevar con traje.