Tabaco de liar: ¿Es más saludable?

Muchos fumadores se pasan al tabaco de liar, convencidos de que su salud se resentirá menos que con los cigarrillos tradicionales. Sin embargo, esta y otras afirmaciones han sido puestas en entredicho.

Desmentimos algunos mitos muy extendidos sobre el tabaco de liar.
Desmentimos algunos mitos muy extendidos sobre el tabaco de liar. | Imagen de: PxHere.

 

En un intento por contrarrestar los efectos perjudiciales que los cigarrillos tienen en el organismo, muchos fumadores veteranos y primerizos toman la decisión de pasarse al tabaco de liar; probablemente movidos por una mayor concienciación con respecto a los peligros que entraña.

Sin embargo, a pesar de que se cree que el tabaco de liar es una alternativa más saludable, es en realidad igual de perjudicial que el tabaco convencional.

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Mitos sobre el tabaco de liar que tienen trampa

Que fumar es un vicio que causa severos problemas de salud es algo de lo que todo el mundo es consciente, incluso los propios fumadores. Si bien hubo un tiempo en el que, a través de la publicidad, casi se podría decir que se alentaba a la población a comprar cajetillas de tabaco (gracias a los millones invertidos por parte de las tabacaleras para promocionarse); actualmente parece haber una mayor percepción de los riesgos  de los cigarrillos, aunque todavía muere gente por las complicaciones de esta adicción.

Por ello, el tabaco de liar fue poco a poco ganando partidarios, tanto entre algunos fumadores de cigarrillos convencionales como en aquellos que se iniciaban en el consumo de esta sustancia, ambos grupos convencidos de que se trata de opciones con menos aditivos y más “naturales”.

Sin embargo, la desinformación y el boca-oreja (dos cuestiones que a menudo van de la mano), han contribuido a alimentar ciertas afirmaciones falsas en torno al tabaco de liar que le han granjeado una reputación que, en realidad, no debería tener. En resumidas cuentas, serían las siguientes:

1. El tabaco de liar es más sano

La primera gran razón que provoca el abandono de los cigarrillos tradicionales y que se enarbola como el principal estandarte en pro del tabaco de liar, es que la concentración de sustancias tóxicas es menor que en los pitillos industriales.

De esta manera, se perpetúa la concepción de que lo que se consume es la planta del tabaco procesada, pero sin estos componentes químicos, cuestiones que llevan asociada la idea de que es inocuo.

2. Genera menos adicción

Una consecuencia lógica del punto anterior para los favorables al tabaco de liar es que es un producto que no está tan elaborado, por lo que su capacidad adictiva será menor  frente a los cigarrillos que se venden en cajetillas. Consecuentemente, esto significa que será más sencillo desquitarse del tabaco de liar, ¿no? Veremos.

3. Se fuma menos cantidad

Una verdad a medias que más adelante matizaremos. Es cierto que, comparativamente, los fumadores de cigarrillos liados fuman una menor cantidad al día con respecto a los que aspiran el humo del tabaco tradicional.

Mucho tiene que ver con esto el laborioso y ritualístico proceso de enrollarse uno mismo su pitillo frente a la, vamos a decir, “comodidad” de abrir la cajetilla, sacar un cigarrillo ya enrollado y encenderlo. Per cuidado: esta afirmación también tiene truco.

La verdad acerca del tabaco de liar

A continuación exponemos cuál es la verdad que subyace a las falacias relacionadas con las supuestas bondades del tabaco de liar que acabamos de leer.

1. El tabaco de liar es, si cabe, más peligroso

Quienes optan por consumir tabaco de liar lo hacen movidos por la creencia de que su salud se resentirá menos que con los cigarrillos manufacturados. Sin embargo, un dato que se escapa al conocimiento, es que este producto contiene mayores niveles de monóxido de carbono (la sustancia tóxica cuyas partículas quedan suspendidas en el humo al exhalar) que el que encontraríamos en las cajetillas de cigarrillos.

Precisamente, este componente es el que más vinculado está con las enfermedades cardiovasculares que más riesgos entrañan, resultado del vicio de fumar. De la misma manera, el tabaco de liar multiplica por más de dos las probabilidades de tener cáncer de boca, lengua, faringe o laringe.

2. Es igual de adictivo

Sea de liar o industrial, el tabaco contiene nicotina, el alcaloide responsable de repetir en el consumo y, eventualmente, de generar adicción. Precisamente, pese a que se vincula que al ser más natural, el tabaco de liar será igual de sencillo de abandonar su consumo, esto es rotundamente falso.

Se sabe que el tabaco de liar lo que hace es aumentar la sensación de autoeficacia, o lo que es lo mismo, el tan manido “lo dejo cuando yo quiera”, que tantos adictos repiten como loros, convencidos de su propia mentira. Como consecuencia, la predisposición al abandono es menor, pues no se ve la necesidad de dejar el vicio debido a esta concepción de que la picadura de liar es “mejor”.

Por lo tanto, los consumidores de tabaco de liar, presentarán más dificultades a la hora de valorar si cesar el consumo de nicotina o no, ya que tienen una mayor dependencia a la misma. El resultado de todo es que dejar de fumar les resultará más difícil que a los demás.

3. Se fuman menos cigarrillos de liar, pero no menos toxinas

En las cajetillas de tabaco, los cigarrillos ya vienen enrollados, mientras que la gracia del tabaco de liar está en que uno tiene que prepararse su pitillo cada vez que sienta la necesidad. Resulta que el tabaco de liar requiere de más papel para prepararse, de modo que generará más monóxido de carbono.

Por si esto fuera poco, además, los fumadores de picadura de liar tienden a dar un mayor número de caladas y más profundas, destapándose así la mentira que exponíamos más arriba: se fuman menos cigarrillos, sí, pero se inhala la misma proporción de toxinas, con lo que se produce una compensación de sustancias que se inhalan.

Entre estos componentes, encontramos la cotinina, que no es otra cosa que la nicotina transformada una vez pasa a los pulmones, y que está presente en cantidades similares en ambos tipos de tabaco.

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