Las 5 grandes claves para practicar el sexo tántrico

Una de las prácticas que más interés despierta entre quienes buscan nuevas formas de experimentar en la cama es el sexo tántrico, relacionado con una milenaria filosofía oriental.
Te explicamos qué es el sexo tántrico y cómo practicarlo.
Te explicamos qué es el sexo tántrico y cómo practicarlo. | Imagen de: Stocksnap.

 

Ya desde tiempos ancestrales, en las culturas antiguas se animaba a gozar a las gentes de la época de su sexualidad sin ningún tipo de tapujo. Aunque actualmente vuelve a hablarse de él,  el sexo tántrico data de miles de años atrás, y parte de una filosofía de vida que propone alcanzar una conexión especial entre dos almas a través del contacto físico de los cuerpos.

Te contamos los secretos de esta práctica de tiempos remotos y ofrecemos algunas claves útiles de cómo realizar el sexo tántrico.

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¿Qué es el sexo tántrico?

Como suele ocurrir, popularmente existe mucho desconocimiento alrededor del sexo tántrico y sólo se conoce la superficie, probablemente por ser una costumbre adaptada en Occidente y cuya naturaleza real fácilmente puede desvirtuarse. Para empezar a disipar dudas, el sexo tántrico forma parte de un conjunto de enseñanzas que versan sobre la aceptación de todas las particularidades que hacen especial al individuo en sí, pero también al resto de personas que le rodean: el Tantra.

De esta manera, si abrazamos nuestras capacidades y también las imperfecciones, estaremos en el camino correcto para poder gozar plenamente de las relaciones y del resto de vivencias. En síntesis, el sexo tántrico propone desprenderse de cualquier prejuicio que impida que fluyamos eficazmente, con tal de potenciar al máximo el placer de cada encuentro.

Gracias a que se evitan todas las tribulaciones que atañen al pasado o aquellas que aún están por llegar, el Tantra permite enfocarse en el presente, logrando un equilibrio mente-cuerpo. Como consecuencia de ello, se posibilita una mayor concentración en la persona que tenemos al lado para así, alcanzar juntos el éxtasis uniendo sendos cuerpos y, en último término, las almas.

En suma, el objetivo del sexo tántrico no está en buscar el mejor orgasmo, sino en saborear cada uno de los gestos que nos llevan a la culminación, olvidando el apremio y, simplemente, dejándose llevar.

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Cómo practicar el sexo tántrico en 5 claves

Se han escrito multitud de libros y probablemente nos quedemos cortos intentando abarcar todo lo que el Tantra tiene que decir al respecto, pero trataremos de sintetizar cuáles son las claves para practicar el sexo tántrico y aprovechar al máximo sus postulados.

1. Concentrarse en el presente

Es en el presente donde tenemos una oportunidad de oro para conectar con nuestro “yo” más profundo. Como decíamos, centrarse en el ahora, ayuda a tomar conciencia de los cinco sentidos, vaciándonos la cabeza de expectativas y de aquellas preocupaciones que hace tiempo que nos atormentan.

Valorar el presente como un tiempo sagrado que nos permite todo esto nos aparta de cualquier obstáculo que impida focalizarse en la actividad amatoria y en todo lo que rodea la escena: con quién estamos, cómo está la otra persona, cómo es su tacto, a qué huele, a qué sabe… Con todo ello, se abre un amplio abanico de experiencias sensoriales que contribuyen a multiplicar las emociones evocadas y que dejan fluir las energías entre los dos.

Para poder aplicar del sexo tántrico, se recomienda estar en un ambiente relajado, aislado cuanto se pueda de ruidos y molestias del entorno y bien iluminado. Una buena forma de dejar manar las fuerzas entre los dos es colocándonos frente a frente, los dos sin ropa, controlando el aire que entra por la nariz y se expulsa por la boca. El fin de todo esto no es otro que sincronizar las respiraciones de ambos, lo que facilitará la relajación de los cuerpos y se logre una mayor excitación.

2. Mantener el contacto visual en todo momento

Importantísimo a lo largo de toda la experiencia. Para poder practicar el sexo tántrico con éxito es necesario desprenderse de todo miedo u oposición a mirar a nuestra pareja a los ojos. Continuando desnudos, a una distancia lo suficientemente cercana como para crear un nivel mínimo de conexión y manteniendo la respiración a un nivel pausado pero continuo, aumentaremos la complicidad fijando la mirada en el par de ojos que tenemos delante.

Tratando de no romper la línea visual, nos sentaremos cara a cara, concentrándonos en lo que hay más allá de las pupilas que nos miran. Quizás parezca incómodo durante unos minutos, pero poco a poco la situación irá normalizándose hasta dar paso a las primeras caricias.

3. Explorar cada rincón del cuerpo

Volvemos a insistir en la necesidad de que el sexo tántrico nos propone desprendernos de todo nuestro afán por correr y querer acabar demasiado deprisa. Aquí lo que cuenta es que hay que dedicarle el suficiente tiempo a cada uno de los pasos, para sacar el mayor provecho de este rato tan especial. ¿Y qué mejor manera aprovechar al máximo el momento que mediante un buen masaje que recorra todo nuestro ser?

Te revelamos los secretos del sexo tántrico que siempre has querido conocer.
Te revelamos los secretos del sexo tántrico y algunos consejos prácticos. | Imagen de: Stokpic.

 

Haciendo que uno de los miembros se tumbe de espaldas y masajeándole el cuerpo desde los pies a la cabeza, activaremos los principales  chakras (puntos a través de los cuales penetra la energía). Seguidamente, el mismo que ha recibido el masaje se dará la vuelta y, boca arriba, estimularemos la nuca y coronilla hasta los mismos dedos de los pies.

Cuando uno ya esté listo, será hora de cambiar las tornas y que el masajeador ahora sea el que recibe las atenciones.

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4. Promover la comunicación

Crear un buen hilo comunicativo entre los dos participantes no es una técnica revolucionaria que los expertos han descubierto recientemente, pues es algo a lo que el sexo tántrico otorga un especial énfasis.  Hablar, susurrar y transmitir lo que nos gusta que nos hagan; así como dejarnos hacer son algunas de las claves elementales para un goce pleno. A través de esta estimulación constante y este baile de sensaciones, se intenta que ella alcance el mayor número de orgasmos, a la par que el hombre trata de contener la eyaculación.

De este modo,  es posible adaptar el ritmo a cada momento, aumentando o disminuyendo la rapidez y el entusiasmo con el que nos empleamos con el cuerpo que tenemos entre manos. Como siempre, preguntando y sabiendo escuchar, conseguiremos ajustar cada beso y caricia durante los preliminares, lo mismo que durante la secuencia de las penetraciones, que podrán ser seguidas o más profundas e intensas.

5. Retrasar la eyaculación

Probablemente este sea el punto que más interés despierta en lo que a practicar sexo tántrico se refiere. Y es que, uno de los fines que promueve la filosofía del Tantra es la del control de la mente sobre el cuerpo, para incidir sobre procesos a priori incontrolables, como la eyaculación y tratar de demorarlos. Además, la expulsión del semen al final del coito es considerado una vía de escape de energías y fuerzas que perjudica la vigorosidad del varón.

Conociendo el punto de no retorno (cuando la salida del líquido ya es inminente), será posible disfrutar de orgasmos más prolongados, en lugar de uno único de corta duración y mucha intensidad que obligue a tener que parar para continuar con la actividad amatoria. Así pues, alguien que domine está técnica del sexo tántrico puede mantener durante horas la erección y otorgando placer al partenaire sin necesidad de reposar durante unos minutos.

Existen ejercicios para fortalecer la musculatura pélvica y así conseguir dilatar la experiencia hasta el clímax del hombre, donde el dominio sobre la respiración es vital para controlar la salida del semen (otra forma de saber reconocer cuándo se ha alcanzado este punto de no retorno es mediante la autoexploración, para luego aplicarlo en la cama con la pareja).

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