Las 4 fases de todo conflicto, consecuencias y cómo manejarlo

Una explicación imparcial y completa de cualquier conflicto o guerra, su evolución y solución.
Analizamos las fases de toco conflicto y sus características, además de hablar de las posibles soluciones.
Analizamos las fases de todo conflicto y sus características, además de hablar de las posibles soluciones. | Imagen: DasWortgewand.

Cuando analizamos a través de la historia, la psicología y la política, cómo surgen los conflictos y lo que es más importante, cómo evolucionan, nos damos cuenta de que todos siguen un patrón general.

En el presente artículo, vamos a conocer las 4 fases de un conflicto, que si bien inicialmente, se han descrito para conflictos bélicos como las guerras, se pueden aplicar incluso a conflictos interpersonales  adaptando alguno de los rasgos particulares.

¿Qué es una guerra/conflicto?

Antes de nada, en el caso de que queramos aplicar las diferentes fases de un conflicto al caso concreto de una guerra, debemos definir qué es. Para ello, vamos a enumerar las 7 características que componen toda guerra, para así poder diferenciarla de un simple conflicto. Por supuesto,  cualquier conflicto presenta varias de estas características.

Como podremos comprobar, si cambiamos determinados elementos de los que se van a mencionar (en especial lo relacionado con temas legales), muchas de estas características se pueden aplicar a un conflicto entre dos bandas callejeras, una pareja que se divorcia o incluso a partidos políticos que están “en guerra”.

Características de una guerra o conflicto

Las guerras reunen estas 7 características, mientras que los conflictos, pueden presentar solo algunas de ellas, y otras variar sustancialmente.

1. Incompatibilidad

Existen dos grupos que se perciben mutuamente como incompatibles.

2. Polarización

Ambos grupos tienen ideas opuestas. Cada uno percibe sus ideas y características como positivas y las del otro como negativas.

3. Sometimiento

El objetivo principal es conseguir someter al otro grupo  a la ideología de uno mismo.

4. Organización

El conflicto bélico sigue unas normas (escritas o no) de acuerdo a las instituciones que se enfrentan.  Cada uno de los grupos enfrentados tomarán medidas legales  (aparentemente) que justifiquen sus acciones en pro del bienestar del pueblo y de la necesidad de mitigar la amenaza.

Esto se ve por ejemplo en los  medios de comunicación y la propaganda, o la resolución de la llamada “guerra preventiva” (atacar antes de que me ataquen).

5. Daño

Las decisiones que se toman giran en torno a dañar al otro grupo y disminuir el daño del propio.

6. Fenómeno social

De una manera u otra, toda la sociedad (o la mayoría) que compone cada uno de los grupos se suman al conflicto  o se ven involuntariamente envueltos en él.

7. Reglas propias

Incluso antes de la guerra en sí, ya existían una serie de  leyes que regulan todo lo referente en materia de conflicto.

Las 4 fases de todo conflicto

A continuación, vamos a desglosar las 4 etapas de cualquier conflicto de acuerdo a sus características.

1. Forja

Estrictamente hablando, esta primera fase explica qué variables son necesarias para que aparezca el conflicto, por tanto, todavía no hay conflicto como tal. De todos modos, sus características son imprescindibles, importantes y las siguientes.

1.1.  Grupos enfrentados

Se perciben como opuestos e incompatibles. No suelen ser más de dos ya que a la larga se tiende a hacer alianzas por conveniencia. Se suele discrepar sobre todo en cuestiones económicas, ideológicas y religiosas.

1.2.  Búsqueda de enemigo

Cuando un grupo tiene problemas, se suelen buscar responsables. La inmensa mayoría de las veces, lo más fácil es buscar responsables externos al grupo.

1.3. Identificación y polarización

Cuando se ha identificado un enemigo,  el grupo gana cohesión debido a que se crea un objetivo común. Además, como hemos mencionado en las características de cualquier conflicto, las personas del grupo se sienten identificadas con él por los ideales por los que se lucha y se etiquetan como positivos, al revés que los ideales del otro grupo.

1.4. Primeros actos violentos

Debido a todo lo anterior, cualquier acto violento, a veces por mínimo que sea, se interpretará como un gran ataque que merece ser castigado. En realidad, esto sucede porque el grupo quiere enfrentarse y usan ese acto para justificar el inicio del conflicto.

1.5. Intensificación de la violencia

Justo después del primer acto, la violencia empezará a extenderse entre todos los componentes del grupo y a hacerse más intensa.

1.6. Tiempo

Cuanto más tiempo se mantengan las características anteriores, más probabilidades habrá de que surja un conflicto o una guerra.

2. Escalada

Teniendo ya la pólvora y habiendo disparado el detonador, comienza la escalada del conflicto haciendo que  la situación vaya de mal a peor.

2.1. Tácticas

Se ponen en marcha tácticas y planes más premeditados, que  van aumentando en dureza con el transcurso del tiempo.

2.2. Proliferación

Los problemas van pasando de ser, de unos pocos, a muchos o incluso a ser de todos.  Esto hace que la participación sea mayor.

2.3. Desplazamiento

Las personas pasan de luchar por los problemas que sufren, a luchar por las personas. Es decir,  el foco pasa a centrarse en las personas y no tanto en las cuestiones iniciales o ideologías. De tal modo que lo importante no es lo que hace el otro grupo o lo que hacen las personas que pertenecen a él, sino que el simple hecho de pertencer al otro grupo ya es un problema, con independencia de la forma de actuar.

2.4. Motivos

Las motivaciones empiezan a cambiar. Ya no es importante conseguir los objetivos iniciales, sino hacer daño al otro y conseguir que gane lo mínimo posible, incluso aunque uno mismo deba hacer sacrificios.

3. Estancamiento

Después de la escalada, hay una fase de estancamiento o mesetaria. En esta, la situación no evoluciona, no empeoran las cosas, pero tampoco mejoran. A esta fase solo se llega si no ha habido un “vencedor” y ninguno se ha rendido. De todos modos, no se puede descartar la posibilidad de una reescalada.

3.1. Fracaso

Ambos grupos empiezan a darse cuenta de que, a pesar del tiempo, recursos y esfuerzos invertidos, no se han cumplido los objetivos esperados. De tal forma que las opciones contempladas no son viables.

3.2. Agotamiento

Los recursos de los que se disponía inicialmente se han agotado o están en reservas. Esto puede llegar a tal punto, que incluso aunque se pretenda seguir, puede resultar materialmente imposible.

3.3. Perdida soporte

Cada vez más personas del grupo, empiezan a cuestionarse el conflicto y a perder interés por él. También las organizaciones y grupos externos que apoyaban el conflicto, pueden replanteárselo y dudar de él.

3.4. Costes demasiado altos

Los benefícios que a priori se pensaba obtener,  pierden peso y dejan de ser rentables.

4. Desescalada

Cuando las características del estancamiento cogen la suficiente fuerza, el sustento del conflicto empieza a venirse abajo y a diluirse. Por otro lado, para llegar a una desescalada efectiva, ambos grupos deberán pasar de competir a cooperar.

4.1. Aumento del contacto

La comunicación y la comprensión entre los dos grupos aumenta. Esto permite eliminar estereotipos y reducir la polarización inicial.

4.2. Creación de encuentros

Se crean espacios físicos y se dedica tiempo para el diálogo. Todo ello acompañado de tiempos de tregua que permitan el contacto con la presencia mínima de tensiones.

4.3. Objetivos comunes

Se buscan objetivo compartidos como la disminución de los recursos destinados al conflicto, la disminución de las muertes y el daño, etc. De este modo se enfatiza la importancia de buscar objetivos deseables para ambos bandos.

4.4. Concesiones unilaterales

Estas concesiones se caracterizan por ser pequeñas demostraciones de fe hacia el otro bando. Solo así se podrá construir una paz duradera. Así pues, cada uno cederá ante las peticiones del otro por el bien de todos.

Manejo del conflicto

Conociendo ahora las diferentes fases y características de cualquier conflicto, será mucho más fácil anticiparse y tomar medidas contra él.

En primer lugar, se debe identificar en qué fase se encuentra el conflicto. De este modo, entenderemos la situación que se vive. Además, será de suma importancia analizar el conflicto desde los dos (o más) grupos que estén participando.

Acto seguido buscaremos las motivaciones que incitan a cada grupo a continuar con la dinámica y los objetivos que buscan cada uno. Será en este momento cuando atendiendo a las características de la fase en la que se encuentren, intentaremos buscar herramientas que corten el círculo vicioso. Por lo general, potenciar los factores de la cuarta fase suele ser la mejor manera de acelerar la paz.

Para saber más:

Alzate, R. (1998), Análisis y resolución de conflictos: una perspectiva psicológica. Bilbao, España. UPV-EHU.

del Nogal, M. (2015), Guerra Psicológica, Madrid, España. Ed. Grupo 5.

de la Corte, L., Blanco, A. y Sabucedo, J. M. (2004). Psicología y derechos humanos. Barcelona, España. Ed. Icaria.

Redorta, J. (2001). La mediación comunitaria hoy. Servicios Sociales y Política Social, 53: 105-110.