Desde que comenzó a utilizarse la escritura como medio de difusión de información, el ser humano ha dejado plasmado en diferentes tipos de texto informaciones y datos relevantes que han perdurado hasta nuestros días. En este sentido, la lingüística se encarga de organizar los diferentes tipos de textos según su naturaleza, para así distinguir cuáles son las características que se deben considerar a la hora de escribir o analizar un texto en cuestión.
Igual que las variaciones en la tradición oral, el lenguaje escrito también ha sufrido una serie de modificaciones según su uso, que pasaremos a detallar en las siguientes líneas para hablar de cómo son los diferentes tipos de textos.
Por lo general, la clasificación que más se ha utilizado a la hora de separar los diferentes tipos de textos y que está más consensuada es la siguiente:
Probablemente sea uno de los tipos de textos que más hemos leído. Se trata de una narración de hechos, reales o ficticios, que parten de una situación y evolucionan hasta acabar en un final que nada tiene que ver con el punto de partida.
Por eso mismo, es muy importante considerar la estructura que han de seguir los textos narrativos, ya que deben contener al menos un elemento que le otorgue suspense a las acciones que transcurren. Así pues, este tipo de texto están organizados de la siguiente manera:
Ni más ni menos que el inicio por el que el texto narrativo comienza. Es necesario presentar a los personajes en un espacio y tiempos determinados, además de añadir información del contexto que ayude al lector a situarse.
El núcleo de este tipo de texto, hacia donde avanza la historia, a base de plantear una serie de problemas que se presentan a los personajes y que éstos deberán solventar. De esta manera, con el nudo se pretende otorgar suspense a lo que leemos.
La consecuencia hacia donde progresa el relato y en la que, en un principio, se deberían resolver todas las complicaciones que han ido apareciendo en la parte central y que conforman el cuerpo de la narración.
Como decíamos antes, el final habrá supuesto un cambio en la forma de ser de los personajes, que por lo general y si están bien desarrollados, también habrán evolucionado con respecto a las primeras páginas.
Aunque estos son los tres grandes apartados en los que se dividen los tipos de textos narrativos, algunos expertos sugieren añadir dos más:
Tras el desenlace, se nos presenta una nueva situación en las vidas de los protagonistas, una vez ya han resuelto todos sus problemas.
Se trata de las valoraciones que, tanto el narrador como el elenco principal, emiten a medida que se desarrolla la trama.
Dentro de este tipo de textos narrativos se engloban además varios géneros literarios, cada uno con su estilo particular. No obstante, se siguen patrones similares, ya que presentan un cómputo de los hechos ordenados en el tiempo, además del tipo de oraciones, verbos, adverbios o tiempo (generalmente el pretérito perfecto, pero también otras formas en pasado) que son empleados.
Forman parte de los textos narrativos:
Otro de los tipos de textos de uso común son los descriptivos. La meta principal de estos escritos es la definición de algo, por ejemplo: un objeto, una persona, una situación o un suceso cualquiera. Para ello, se emplean adjetivos, adverbios y sustantivos que ayudan a crear una imagen mental de lo que se nos habla.
La descripción responde a una necesidad por dar a conocer a fondo a ese ‘algo’ del cual se habla, desde un nivel superficial de análisis hasta uno más complejo. Precisamente por ello, describir es un recurso muy utilizado en todos los tipos de textos y géneros, ya que podemos encontrarlas presentes en disciplinas de ámbitos opuestos, como la jurídica, la literatura, la publicidad e incluso la historia.
Igualmente, el punto de vista desde el que el narrador presente la descripción, también puede variar. De esta forma, hablaremos de:
Por otro lado, y de acuerdo con el elemento descrito, podremos distinguir entre:
Descripción de los rasgos físicos de un personaje.
Se trata de la descripción de enclaves y paisajes.
Descripción del tiempo en el que se ubica lo que leemos.
Este recurso descriptivo permite analizar el carácter, ética y hábitos de un personaje.
Consiste en describir un ser fantástico al que se le atribuyen cualidades parecidas a las de otros seres que sí existen.
Una descripción completa de un personaje, donde se dan a conocer sus rasgos, tanto físicos como psicológicos.
También llamado ‘cuadro’, se trata de una descripción completa de un personaje o de algo, resaltando las circunstancias que han llevado a ello, cómo son los hechos y cómo afectan a los personajes.
No todos los tipos de textos tienen una finalidad estética. Algunos, también buscan generar una idea en el lector sobre lo que el autor piensa, exponiendo razones para aceptar o refutar las premisas que se vayan a tratar.
Con tal de lograrlo, en los textos argumentativos se exponen cuáles son las razones que refuerzan la idea que se busca infundir, de manera que se organizan siguiendo un esquema en el que se presentan los datos que, a lo largo del texto, nos conducirán hasta llegar a una conclusión.
De forma ilustrativa, la secuencia de un texto argumentativo se estructura en base a tres proposiciones:
Toda aquella información que funcionará como reforzante de la opinión que el autor del texto mantiene.
Aquellas deducciones que llevan a sostener una idea.
La resolución a la que se llega después de todo el análisis realizado a lo largo de este tipo de texto.
Puede incluirse también un apartado en el cual se critican las debilidades y puntos flacos de los argumentos dados, con la pretensión de mejorarlos de cara a un futuro.
Como ejemplos de escritos donde se debe argumentar, encontramos:
Los diferentes tipos de texto explicativos se caracterizan por la voluntad de dar a conocer algo en concreto, pero sin entrar a dar valoraciones personales, únicamente aportando datos e informaciones objetivas y relevantes para su entendimiento; todo ello en un tono enunciativo y no tendencioso. No obstante, no es raro encontrar, en un mismo texto explicativo, descripciones y aclaraciones combinadas con aspectos del ámbito de la argumentación.
Como pasa en los otros tipos de texto, los explicativos también siguen una organización determinada.
Inicio del texto explicativo, donde se exponen las cuestiones que van a tratarse, con preguntas implícitas del estilo “¿cómo ocurre esto?” o “¿por qué se da este fenómeno de esta manera?”.
Apartado en el que se va resolviendo cada incógnita sobre el asunto del que se está tratando.
Idea final donde se evalúa la respuesta que se ha dado y los datos que la amparan.
Entre los ejemplos de textos explicativos pertenecen al campo escolar o universitario, por lo que encontraremos:
En lingüística, se emplea el término ‘diálogo’ para hacer referencia a un tipo de texto en el que se establece una discusión entre dos narradores con posiciones encontradas. Para muchos, el diálogo es una especie de discurso perteneciente a la retórica (el arte del buen hablar), oral y escrita.
Sea como sea, este diálogo no es del todo natural (como sí lo es una conversación entre dos personas), sino que se ha empleado más como un recurso para enseñar a utilizar y dominar el discurso oral de empleo cotidiano.
Existen diferentes tipos de texto según la posición que adquiere el narrador: éste puede referirse directamente al lector o “conversar” con otros textos, que tienen su propia voz. Así pues, estaremos ante un fenómeno denominado ‘intercambio’ , en el primer caso, o de ‘polifonía’ si hay un número mayor de participantes.
Simón Pérez, J. R. (2006). Propuesta para la determinación de los tipos de textos. Sapiens, 7(1), 148-162.
Mendoza, N. (2007). Los tipos de textos en español: formas, técnica y producción.