Tal vez te saliese la pregunta sin querer y después te dieses cuenta de que era incómoda, o tal vez, la hayas hecho a propósito para incomodar a quien tienes delante. En cualquiera de los casos, aquí te traemos un listado perfecto de preguntas que debes evitar… o no…
Por supuesto, la mayoría de estas preguntas pueden directamente resultar incómodas para los dos; por ello, debes estar muy decidido para lanzarlas y esperar una respuesta.
Las reacciones más frecuentes ante este tipo de preguntas son quedarse callado con cara de “¿a qué viene eso?” o una risa nerviosa seguida entonces de un silencio aún más incómodo casi que la pregunta. Prepárate, porque además, hay preguntas tanto si a quien se la haces es tu pareja como si es un amigo o conocido.
Una pregunta de lo más incómoda para quienes tengan el valor de contestar con sinceridad. Tal vez hayan personas que prefieren no recapacitar sobre sus acciones y se autoconvenzan de que siempre han sido unos santos.
Muchas personas van sonriendo en su día a día pero lo cierto es que no son nada felices. Si la otra persona es consciente de su propia infelicidad y es algo de lo que no le gusta hablar, estamos seguros de que le creará cierta incomodidad.
Un clásico. Tal vez la pregunta no sea tan incómoda como el evento. Sin duda, pedir que cuente la escena ayudará a sumar incomodidad.
Existen personas que tienen miedo a cosas que ellas mismas consideran ridículas y les suele costar confesar.
Una pregunta incómoda pero fácil de responder. A la mayoría de nosotros nos han rechazado alguna vez (o muchas). Tal vez lo vergonzoso sea el “cómo” y no tanto si sí o si no.
Es frecuente que hayan personas que realizan rituales bastante “tontos” a ojos de la mayoría. También es frecuente que sean conscientes de que esos rituales o costumbres son raros y les de vergüenza reconocerlos.
A veces son pequeños detalles pero en ocasiones, esconden verdaderos miedos. Una de las preguntas más incómodas.
Dependiendo de lo liberal que sea la otra persona esta pregunta puede ser más o menos incómoda. Desde luego, a una servidora le daría igual decir qué parte de los hombres suele mirar primero.
En esta ocasión, dependiendo del ego del encuestado, la pregunta resultará incomoda o no. Si la persona tiene una autoestima más bien fragil responder tal vez suponga un duro golpe.
Similar a la pregunta sobre la felicidad. Muchas personas se sienten realmente incómodas cuando tienen que admitir que no tienen una vida perfecta, como tal vez muestren en Facebook o Instagram.
Las cifras están ahí. Un amplio porcentaje de la población ha sido infiel alguna vez. Lo difícil es reconocerlo.
Más de uno o una se ha acabado arrastrando suplicando algo de amor por parte del otro. De hecho, algunos llegan a perder el norte completamente con tal de recibir algo de afecto (o lo que ellos entienden por afecto).
Otra vez aparece una pregunta que cuestiona nuestro bienestar, pero en este caso el sexual. Como pista podemos decir que la mayoría de las personas tienen problemas o han tenido alguna vez problemas en la cama. Lo difícil como siempre es reconocerlo.
Muchas personas no tienen reparo en admitir la cifra. Otros incluso alardean de ello. Al mismo tiempo, otras personas siente verdadera verguenza cuando la cantidad de relaciones es demasiado alta o demasiado baja.
Las fantasías homosexuales son más frecuentes de lo que parece entre los heterosexuales. Pero como suele suceder con estos temas, resulta muy incómodo tener que reconocerlo.
Desde la manguera de la ducha hasta algún alimento, más de uno ha utilizado objetos para darse placer. ¿Será capaz de reconocerlo?
Después de una cita, esta es una de las preguntas con las que te puedes despedir, sobre todo si no ha ido todo lo bien que uno desearía.
Todos mentimos todos los días. Aunque sea con pequeños comentario sin mala intención. De hecho, a quienes más mentimos es a nosotros mismos.
Una pregunta incómoda que si lo es, es porque sabemos que es algo que está muy mal.
Dependiendo de lo avanzada y la complicidad que haya en una relación, esta pregunta puede ser más o menos incómoda. Si lo es, tal vez deberías replantearte algunas cosas.
Similar a la anterior. Esta pregunta se puede volver completamente incómoda si la respuesta es negativa o… si es el nombre de otra persona.
Es algo bastante normal, sobre todo cuando la relación lleva ya años funcionando. Admitirlo no debería suponer un problema si ambos tienen claro que las fantasías o los pensamientos no son las intenciones.
Hay que tener cuidado con esta pregunta porque una respuesta sincera puede llegar a sorprender e incomodar completamente a quien la lanza.
Espiar es algo relativamente frecuente que se hace sobre todo cuando se es muy joven. Dependiendo de las circunstancias, la incomodidad será una u otra.
Si estás delante de una persona que tiene una pareja por inercia o por dependencia, es posible que esta pregunta le genere incomodidad, porque se dará cuenta de que no tiene motivos suficientes.
Una pregunta que no debería ser incómoda, pero que sin embargo lo es para muchas personas. La presión de la sociedad para que todos tengamos un peso “ideal”.
A veces hablar de los buenos momentos sexuales se puede volver bastante incómodo porque implica destapar nuestro lado más primitivo y liberado.
Cuando las cosas van mal también puede ser difícil de compartir; en especial si la culpa ha sido nuestra.
Una práctica quizás cada vez más habitual de la que mucha gente no se siente orgulloso e incluso se avergüenzan.
Una pregunta muy directa que puede acabar en liberación mutua o en una ruptura de la relación de la amistad. Ten cuidado con cómo la usas.
Más de uno o una cuando rompen con ellos o no consiguen lo que deseaban toman la decisión de mantener relaciones con otras personas simplemente por orgullo o para dañar a otros. Reconocerlo a posteriori tal vez no sea tan fácil como hacerlo, porque implica darse cuenta de que intentamos dañar a otros de formas que en realidad nos dañan más a nosotros mismos.
Para quienes han contraido alguna vez una enfermedad de transmisión sexual. Recuerda, pónselo, póntelo.
Llega un momento donde toda relación llega a este punto. Para muchas personas la relación con los padres es algo complejo e incómoda. Preguntar sobre este paso puede poner los pelos de punta.
Es posible que haya mantenido relaciones por despecho o por otros factores pasajeros que, al mirar atrás, hagan sentir arrepentimiento y vergüenza. También puede ser que hayas permitido "desnudarte" (física y/o emocioanlmente) ante alguien que no te ha tratado bien.
Pregunta destinada para los hombres. Algunos tal vez aprovechen para alardear de sus atributos, pero la verdad es que una gran mayoría se sentirá incómodo incluso aunque estén contentos con sus medidas.
Una forma muy directa de indagar sobre las fantasías de la persona a quien preguntamos. Si después de esto preguntamos sobre qué tipo de pornografía ha descargado alguna vez, tendremos el combo perfecto.
Los gustos cambian y a veces cuando echamos la mirada atrás nos damos cuenta de que las elecciones no han sido las más inteligentes de nuestra vida.
No debería darnos vergüenza hablar de cuánto cobramos. De esta forma, si nadie sabe cuánto cobran los demás, los jefes tienen más libertad para elegir los sueldos de sus empleados. Recuerda que el valor de una persona no se expresa en cuanto le pagan, sino en cuánto se hace valer.
Muchas veces las primeras impresiones no tienen nada que ver con la verdadera persona que tenemos delante. Indagar sobre la imagen que se formó al inicio de una relación resultará tan revelador como incómodo.
Atrévete a pedir que exprese sus deseos de conocerte sin tapujos. Después de todo, mira cuántas preguntas tienes ya preparadas para él/ella.