En los últimos tiempos, las series y películas sobre relaciones de pareja han abandonado el tono azucarado del que antaño adolecían, optando por un cariz más realista donde se muestra la cara amarga del amor.
En contraposición a esta dosis de medicina de realidad occidental, los doramas asiáticos cargan con fuerza desde el otro lado del mundo para reivindicar las ficciones más sensibleras, producciones ideales para quienes creen que también pueden ser protagonistas de inverosímiles historias románticas.
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¿Qué son los doramas?
Tiempos aciagos les ha tocado vivir a los Testigos del Amor Romántico, que están viendo cómo los mitos desfasados y arcaicos estereotipos acerca del enamoramiento están cayendo uno por uno, algo a lo que están contribuyendo muchas obras cinematográficas y de televisión. Por suerte para estos apasionados, se han vuelto poner de moda los guiones sobre amores imposibles que acaban triunfando (a pesar de todos los obstáculos por los que los protagonistas atraviesan), gracias a los doramas.
Como ya debes haber deducido, los doramas son series de televisión de capítulos de poca duración, producidas en países asiáticos. Deben su nombre a la fonética con la que se pronuncia la palabra ‘drama’ en japonés, término por el que se conoce a este fenómeno de masas no sólo en el país del Sol Naciente, sino también en Corea, China o Taiwán, entre otros.
Los doramas se han conformado como un género en sí, experimentando una popularidad en auge en aquellas regiones en que se emiten, algo parecido a lo que en el resto del mundo conocemos por “telenovelas” o “culebrones”. No obstante, los doramas asiáticos se centran casi exclusivamente en amores y desamores, obviando subtramas de suspense y trágicas que sí que encontramos en sus homólogas del resto del mundo.
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