En 1973, William Friedkin dirigió uno de los títulos de terror cinematográfico más emblemáticos de la historia: El exorcista, película que adaptaba la novela del mismo nombre escrita dos años antes por William Peter Blatty, fallecido a comienzos de 2017. El film causó furor por su forma de aproximarse con crudeza al mundo de la posesión diabólica, un asunto que siempre ha mantenido en posiciones opuestas a científicos y religiosos con respecto a sus causas.
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No obstante, recientemente se han realizado una serie de descubrimientos médicos que ayudarían a definir más claramente el origen de muchos síntomas que tradicionalmente se han vinculado con una posesión del Maligno. Al parecer, el causante de todo sería una encefalitis (inflamación del encéfalo) provocada por un tumor en el ovario.
Sin ánimo de ofender las creencias de nadie, en este artículo vamos a explorar este sustrato biológico que, ayudaría a otorgar una explicación científica al fenómeno tan controvertido de las posesiones malignas.
¿Qué relación tienen un tumor y las posesiones diabólicas?
En un estudio de 2007 llevado a cabo por la Universidad de Pennsylvania (y entre cuyos artífices se encuentra el profesor Josep Dalmau, profesor del Departamento de Medicina de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la UB), se definió un nuevo síndrome debido a un tipo de encefalitis autoinmnune que afecta a gente relativamente joven (18-21 años), mayoritariamente chicas.
Este cuadro clínico vendría provocado por un tumor ovárico conocido como teratoma y que puede contener restos óseos (como dientes), pelo e incluso tejido nervioso, lo que desencadena una serie de procesos en el cerebro que dan lugar a manifestaciones histórica y culturalmente asociadas a una acción demoníaca.
Este teratoma puede darse también en varones y aparecer en el testículo, aunque su proporción es menor, así como en pulmones o glándulas mamarias. No obstante, casi siempre ocurre en mujeres maduras sexualmente.
Anticuerpos: la causa de los síntomas demoníacos
El teratoma ya es un viejo conocido de la medicina. Recientemente un grupo de arqueólogos de la Universidad de Coimbra habrían hallado en los ovarios de una momia restos de este tumor dentado y peludo.
Se trata de un quiste de aspecto desagradable debido a su composición, pero que no revierte ningún tipo de problema para los pacientes que lo padecen en lo que a malignidad respecta.
La novedad que ha hecho cambiar la percepción que había acerca de las encefalitis no está en el teratoma en sí, pues ya se sabía de su existencia; sino en lo que éste desencadena. Al contener restos de tejido nervioso, el organismo reacciona contra este indeseado huésped produciendo anticuerpos que acabarán atravesando la Barrera Hematoencefálica. Una vez los anticuerpos han accedido al cerebro, llegan hasta zonas como el sistema límbico, donde se producen los síntomas que, hasta ahora, muchos vinculaban a posesiones del Diablo.
Más concretamente, los anticuerpos afectan a los receptores NMDAr (N-Metil Aspartato), implicados en funciones vitales como la transmisión sináptica. Al encontrarse desinhibidos, se desencadenan dichos síntomas, que pasaremos a ver en el siguiente apartado.
En ocasiones, el propio cuerpo absorbe el teratoma si éste es pequeño, pero el proceso de creación de los anticuerpos ya ha empezado, con lo que la exteriorización de los síntomas será cuestión de tiempo a medida que éstos se vayan formando.
Síntomas de la encefalitis autoinmune por anticuerpos
Al inicio del proceso de esta inflamación encefálica, las primeras manifestaciones son de tipo conductual: el paciente cambia de comportamiento, sufre pérdidas de memorias, estupor y alucinaciones. Algo muy característico también es la desinhibición, blasfemar continuamente y sacar y meter la lengua de la boca como hacen algunos reptiles.
Ya en estadios más avanzados, comienzan las distonías corporales (cambios bruscos en el tono y postura corporal), que pueden incluir arqueos, crisis epilépticas o lo conocido en medicina como “opistótonos”: arquear el cuerpo de forma que el paciente únicamente se apoye sobre sus talones y la nuca.
Con respecto a las crisis epilépticas, conviene realizar un buen diagnóstico diferencial de esta encefalitis antireceptores NMDA con respecto a otras causadas por infecciones, fármacos o tumores. La particularidad es que en esta encefalitis, las crisis epilépticas son susceptibles de aparecer en cualquier etapa, mientras que en las otras se dan en momentos más concretos.
Todos estos aspectos (cambios comportamentales repentinos, maldecir o decir tacos, retorcimiento del cuerpo, convulsiones…), ¿no es algo que hemos visto en Reagan, la protagonista de El exorcista; o a Emily, de El exorcismo de Emily Rose, por citar un par de ejemplos?
Similitudes entre la encefalitis y las posesiones diabólicas
Imaginemos por un momento que, conociendo esta información tan reveladora, nos disponemos a ver la famosa El exorcista. ¿Cabe la posibilidad de que Regan tuviera en realidad un teratoma? Veamos algunos ejemplos de la película y comparemos con lo que se sabe sobre la inflamación del encéfalo por teratoma:
La escena de las escaleras
Probablemente, el momento álgido del film de Friedkin es aquel en el que Regan (o lo que queda de ella) baja las escaleras de su casa, apoyada en sus manos y piernas caminando hacia atrás, reptando como una araña. La escena finaliza con un primer plano de la niña al pie de la escalera y vomitando sangre.
Curiosamente, en el metraje original aparecía Reagan bajando las escaleras a cuatro patas, sacando la lengua y moviéndola como si fuera un reptil, algo que hemos dicho que es muy característico de la encefalitis autoinmune.
“Usted morirá en su nave espacial”
Antes de ser poseída, Reagan es una niña adorable, buena estudiante y cariñosa con su madre. Después de unos días con malestar general o insomnio, el comportamiento de la pequeña da un cambio brusco: se vuelve respondona, dice palabrotas. Por ejemplo, a su médico le insta a que quite las manos de su vulva cuando la va a explorar.
Después de que tenga lugar este incidente, ocurre otro muy perturbador. Durante la visita de unos amigos de su madre, le dice a uno de ellos (un astronauta) que morirá en el espacio y acto seguido, se orina en la alfombra del salón ante la mirada atónita de los asistentes a la fiesta. Desde ese momento, su conducta se vuelve cada vez más infantil e impasible.
La verdad detrás de escenas así es que muchas zonas del sistema límbico afectadas por la encefalitis desencadenan comportamientos extraños, debido a que estas áreas controlan ciertas emociones,como el el control de impulsos (corteza orbitofrontal). Al estar inactivas, se pueden dar comportamientos desenfrenados e infantiles como los que observamos en la protagonista.
Hablar lenguas desconocidas
Otra señal que se ha achacado a personas demonizadas es la supuesta capacidad de hablar en lenguas muertas, como el latín y el arameo.
¿Cuál podría ser la explicación? La encefalitis causa lo que se llama “glosolalia” o lenguaje ininteligible: el sujeto aquejado por esta condición emite palabras inventadas y frases con la sintaxis alterada. Puede haber además anartria, que es una mala articulación de palabras.
Se sabe que los anticuerpos NMDA inciden en las áreas del lenguaje y alterando su producción, algo que puede dar la sensación de que la persona puede estar expresándose en otra lengua, señal para muchos fieles de que es el Diablo el que está expresando su voluntad.
Olvidar lo ocurrido
Cuando remiten los síntomas de la encefalitis, la persona despierta como de un coma sin recordar nada de lo que ha ocurrido. Esta amnesia anterógrada (desde que los anticuerpos comienzan a actuar hasta su remisión) se da por la acción que éstos tienen sobre el hipocampo, el área de la memoria.
La representación que se ha hecho en el mundo del cine cuando el Demonio ha abandonado el cuerpo de la inocente víctima es la misma que si se despertara de un sueño y sin recordar nada ... ¿Mera casualidad?
¿Excluye la existencia del teratoma otras explicaciones?
Queremos que conste que no hemos tratado de imponer el hallazgo científico sobre la influencia del teratoma a cualquier otra explicación sobre casos de demonizados.
Ahora bien, ¿cuántas personas fueron ajusticiadas en el pasado por creerse que portaban un espíritu infernal dentro de ellas? Tal vez podrían haberse salvado de conocerse avances en la ciencia como el que hemos tratado, ya que habrían podido recibir el tratamiento que realmente necesitaban en lugar de ser exorcizadas.
Dado que conocemos la existencia de este tumor, ¿hemos de descartar que realmente haya sucesos que no podamos explicar? En nuestra opinión, esta nueva aportación que trata de explicar el fenómeno de las posesiones demoníacas no hace más que añadir material de debate, en lugar de anular interpretaciones de tipo religioso.