El dolor de oído puede convertirse una de las molestias más agudas que podemos experimentar, ya que si se aviva llega a ser verdaderamente insoportable. Para poder aplicar un remedio que sea efectivo, tendremos que primero identificar cuáles son las causas y en qué parte se localiza el dolor de oído.
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Posibles causas del dolor de oído
Aunque es generado por múltiples patologías que varían según la persona, el mal de oído, cuyo nombre clínico es ‘otalgia’, es uno de los que más malestar generan, además de otras dolencias muy frecuentes, como son las jaquecas o el dolor de muelas.
Pero, como decíamos, antes de ponernos a buscar remedios, debemos consultar a un médico para que nos explore en busca del origen del dolor de oído. He aquí algunos de los diagnósticos más comunes:
1. Otitis externa
Si recordamos, el oído se divide en tres partes: externa, media e interna. Cuando las ondas sonoras rebotan a través de la oreja (técnicamente, ‘pabellón auditivo’), éstas entran por el canal auditivo en dirección al tímpano, que ya se considera que es el oído medio.
Pues bien, la primera posible fuente de dolor de oído puede estar localizada en el conducto auditivo, que pertenece al oído externo; y es muy usual que se dé en adultos. En este canal, de unos 2,5 ó 3 centímetros de longitud, puede aparecer una infección cutánea, producto de una irritación de la piel tras introducir prolongadamente los bastoncillos de algodón, para limpiar la zona. O más bien todo lo contrario, una infección debido a la acumulación de cera por falta de aseo.
Otra posible causa de la inflamación del canal auditivo puede ser la entrada de agua al canal auditivo que luego no puede ser expulsada. Los casos de esta tipo de infección auditiva incrementan exponencialmente durante los meses de verano, pero también pueden darse en personas muy sensibles a esta afección, por ejemplo, cuando toman un baño en casa.
2. Otitis media
Entre la multitud de causas, el dolor de oído más frecuente suele deberse a lo que se llama una ‘otitis media’.
Esta dolencia aparece cuando se inflama el oído medio (la zona posterior al tímpano), donde se localizan los 3 pequeños huesos que posibilitan la audición (desde fuera hacia el interior: martillo, estribo y yunque), cuyo interior contiene un líquido que vibra con la entrada del sonido.
Cuando la trompa de Eustaquio, que es el conducto encargado de drenar dicho líquido, se obstruye, la acumulación de este fluido es lo que genera la infección de oído. Las causas de dicha acumulación pueden ser desde un simple resfriado hasta una malformación durante el desarrollo.
Este mal afecta especialmente a bebés y niños pequeños, pues al estar en desarrollo, sus cavidades auditivas están colocadas más horizontalmente que en los adultos, por lo que el papel drenante de las trompas de Eustaquio puede no realizarse correctamente. Sin embargo, tampoco es raro que ocurra una inflamación del oído medio en personas adultas, aunque la incidencia es menor.
3. Enfermedades del oído interno
Por lo general, estas patologías no suelen ser dolorosas, así que no las trataremos en estas líneas dedicadas a aquellas que sí causan malestar.
4. Otalgia refleja
Utilizamos esta expresión para hablar de un dolor de oído secundario a otras afecciones, algunas de las cuales pueden ser:
4.1. Patologías temporomandibulares y / o dentales
Se trata de alteraciones en mandíbula o dientes que generan un gran dolor de oído. Por ejemplo, el Síndrome de la Articulación Temporomandibular, artritis mandibular, periodontitis (inflamación de las encías) o el tan conocido dolor por la erupción de las muelas del juicio.
4.2. Neuralgia
Hasta un total de 10 nervios recorren las zonas adyacentes al oído: cuatro pares craneales (facial, glosofaríngeo, trigémino y vago), y dos cervicales (C2 y C3).
Como vemos, esta autopista nerviosa está integrada por nervios que forman una intrincada red, lo que provoca que el sistema nervioso se confunda al tratar de identificar el dolor que se produce en una de estas vías (neuralgia), localizando el dolor cerca del oído.
4.3. Enfermedades laríngeas
Relacionado con el punto anterior, de haber una inflamación aguda en la laringe, puede desembocar en un dolor en el oído.
4.4. Barotrauma por cambios de presión
Al viajar en avión, subir una montaña o descender varios metros buceando bajo el agua, es común que aparezca esta lesión, más si estamos resfriados o tenemos una infección respiratoria.
El barotrauma ocurre cuando la presión del aire dentro del oído es igual o casi que la del aire del exterior, haciendo que sintamos un dolor punzante.
Síntomas asociados al dolor de oído
Debido a que el oído también está implicado en las funciones del sistema vestibular (de hecho, comparten las mismas estructuras), no es raro sentir mareos resultantes de los dolores en el oído medio, así como fiebre o debilidad muscular.
De la misma forma, el malestar de oído puede venir acompañado de acúfenos (pitidos internos), supuración de líquido o pus y pérdida auditiva (hipoacusia).
5 remedios caseros contra el dolor de oído
Si experimentas cualquiera de estos síntomas, lo más aconsejable es ir a visitar a un especialista para que nos diga cómo podemos curarnos. No obstante, tal vez podamos aplacar el dolor de oído con alguno de estos remedios caseros:
1. Mascar chicle
El dolor de oído por los cambios de presión atmosférica puede mitigarse masticando goma de mascar. Esto es beneficioso porque la acción de masticar suelta la presión acumulada en el interior del oído.
2. Bostezar
Los más perezosos están de enhorabuena: cuando duelan los oídos, basta con provocarse el bostezo para eliminarlo.
Si eres de los que les cuesta conseguirlo, puedes abrir la boca ligeramente, hasta lograr hacer desaparecer el dolor.
3. Maniobra Otovent
Si se te taponen los oídos, puedes realizar esta maniobra, usando un globo: sólo tienes que inflarlo, tapar la salida de aire, colocarla en uno de tus orificios nasales, y liberar el aire de dentro hacia tu cavidad nasal. De esta forma, estarás igualando la presión.
4. Toallas de agua caliente
Este remedio casero para combatir el dolor de oído consiste en mojar un trapo o toalla en agua lo suficientemente caliente para no quemarnos. A continuación, escurrimos hasta que quede humedecido y lo ponemos sobre el oído dolorido.
Con este sencillo método podemos mejorar el dolor causado por acumulación de líquido en el canal auditivo, ya que la combinación de calor y vapor promoverán que la sangre circule, disipando las molestias por momentos.
5. Ajo
El ajo, más allá de ser un perfecto repelente anti vampiros, puede contribuir con sus propiedades analgésicas a deshacernos del dolor de oído.
La receta es muy fácil: sólo hay que aplastar un diente de ajo y mezclarlo junto a una cucharadita de aceite de oliva o sésamo, luego calentamos y una vez tibio, podemos mojar unas gotas en un trocito de algodón e introducirlo en el canal auditivo. Otra forma de hacerlo es echamos unas pocas gotas dentro del oído que nos duela.