El término “drogas” se refiere cualquier sustancia psicoactiva (aquellas con un efecto directo sobre el sistema nervioso central, modificando sus funciones) y cuyo consumo es ilegal; mientras que “dependencia” es la necesidad de consumir repetidamente dosis de una droga para sentirse bien o dejar de sentir malestar.
El “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” (en inglés, DSM-V) ha incorporado la definición de “Trastorno por consumo de sustancias” para explicar la relación entre ciertos síntomas cognitivos, del comportamiento y fisiológicos que delatan que una persona continúa consumiendo una sustancia, a pesar de los problemas que se derivan del mismo.
En las siguientes líneas vamos a explicar los diferentes conceptos básicos que se enmarcan dentro del ámbito de la dependencia a las drogas, para intentar esclarecer las diferencias entre ellos, pues habitualmente se confunden y se usan de forma incorrecta.
1. Dependencia
De acuerdo con la RAE la necesidad compulsiva de consumir una sustancia para aliviar tensiones generadas por la falta de la misma o bien para embriagarse con sus efectos es lo que se ha llamado “dependencia”.
Por su parte, el CIE-10 (“Clasificación internacional de enfermedades”, publicado por la OMS), entiende que cada droga provoca unos síntomas propios de dependencia, tanto físicos como psicológicos.
1.1. Dependencia física y psicológica
La dependencia física se conoce también como “neuroadaptación”, debido a los cambios bioquímicos y neurofisiológicos resultantes del consumo de una droga. No es otra cosa que la base bioquímica que explicaría por qué ocurre la adicción. Se relaciona a esta dependencia con los conceptos de “tolerancia” y con la aparición del “síndrome de abstinencia”, que explicaremos más adelante.
Por su lado, la dependencia psicológica incide en el desgaste en el control sobre el consumo de la sustancia de que se trate en cada caso. La dependencia psicológica produce un deseo irrefrenable de consumir una droga y experimentar sus efectos tras ser intoxicado. En inglés, este impulso se conoce como craving.
1.2. Dependencia cruzada
Para aquellas personas que ya tienen dependencia a una sustancia “A”, es mucho más probable que desarrollen dependencia por otra droga relacionada “B”, debido a un término conocido como “dependencia cruzada”: cuando una sustancia o grupos de sustancias son capaces de suprimir la voluntad de no consumir (abstinencia) de una persona, manteniendo su dependencia física, decimos que esa persona ha desarrollado “dependencia cruzada”.
Por ejemplo, este fenómeno puede aparecer en personas alcohólicas y que además toman barbitúricos o benzodiacepinas, debido a los efectos sedantes o depresores de estas drogas.
2. Tolerancia
Decíamos antes que la dependencia física tenía que ver con la tolerancia. Ésta no es más que la disminución progresiva de la respuesta habitual a la misma cantidad de sustancia consumida. La consecuencia lógica ante este declive es el incremento de la dosis para así sentir los efectos que en un principio provocaba.
Para ejemplificarlo de otra forma: cuando nos cuentan un chiste que nos hace mucha gracia por primera vez, no podemos evitar soltar una carcajada. Pero si cada vez oímos el mismo chiste por parte de la misma persona, llegará un punto en el que ya no nos hará gracia; así que nos van a tener que explicar otro chiste o anécdota divertida con tal de volver a hacernos reír.
La tolerancia puede ser a nivel físico y psicológica o conductual, y a ella pueden contribuir ciertos factores fisiológicos o psicosociales del sujeto:
2.1. Tolerancia física
Cuando aumenta el metabolismo de una sustancia, el organismo es capaz de eliminarla con mayor rapidez. El sistema nervioso central es menos sensible a dicha droga (tolerancia funcional).
2.2. Tolerancia psicológica y conductual
Este concepto alude al cambio en el efecto de la sustancia debido al aprendizaje.
2.3. Tolerancia cruzada
Igual que con la dependencia, con la tolerancia también puede ocurrir que ante una nueva sustancia “B” frente a la cual no ha habido exposición previa (que no se ha consumido), se desarrolle tolerancia (disminuyan sus consecuencias y haya que aumentar la cantidad), debido a que este nuevo narcótico tiene efectos farmacológicos similares a la droga “A” a la que se es adicto.
Podemos observar claramente que se da tolerancia cruzada cuando una dosis de esta nueva sustancia “B” no produce el efecto esperado.
3. Síndrome de abstinencia
Un síndrome es un conjunto de síntomas que produce una serie de consecuencias en diferentes niveles de la persona que lo padece. En el ámbito de las drogas, se conoce como “síndrome de abstinencia” a todos aquellos síntomas que aparecen cuando se reduce o cesa por completo el consumo de una droga que se toma habitualmente.
Tanto el inicio como la duración de este síndrome tienen una duración limitada, lo que está directamente relacionado con el tipo y dosis de sustancia a la que el sujeto está enganchado.
Para ilustrarlo de una forma que se entienda, las características del síndrome de abstinencia son totalmente opuestas a la de una intoxicación aguda.
4. Abuso
Un término que suele causar confusión es el de “abuso”: aquel patrón de conducta caracterizado por la aparición de consecuencias negativas, desadaptativas y recurrentes que se derivan del consumo repetido de una o de varias drogas.
Cuando alguien deja de atender a sus obligaciones (en casa, en el colegio, lugar de trabajo...) con tal de consumir droga, o cuando destina todo el dinero que consigue en la adquisición de drogas, hablamos de “abuso”. Como resultado de todo esto, aparecen problemas con las personas de su alrededor, que poco a poco van dándose cuenta de lo que ocurre; además de posibles deudas económicas, ser despedido del trabajo o peleas familiares.
Un dato que es interesante remarcar y no perder de vista es que el abuso puede ocasionar situaciones en las que se ponga en peligro la integridad física del sujeto o de los demás desde el minuto uno y sin necesidad de tratarse de un comportamiento repetido en el tiempo. Por ejemplo, alguien que beba alcohol por primera vez puede pasarse con las copas que tome, de modo que si conduce bajo estos efectos, estará poniéndose en riesgo, así como a los que vayan de pasajeros.
Por lo tanto, para considerar que ha habido abuso no se tendrán en cuenta los conceptos de “tolerancia”, “patrón repetido de consumo” o “aparición del síndrome de abstinencia” si el consumo se interrumpe, pues éstos son propios de personas que lo hacen con asiduidad.
5. Intoxicación
El exceso de consumo de una sustancia provoca alteraciones en la conciencia, nivel cognitivo, percepción, juicio o comportamiento, entre otras. La intoxicación es la alusión a ese estado posterior a la administración de una droga.
Tras un tiempo, que variará según la cantidad de dosis ingerida, tipo de droga y grado de tolerancia de la persona (capacidad de absorción), el sujeto se recuperará su estado habitual, pero siempre que no haya habido ningún daño en los tejidos de su organismo.
Según las complicaciones producidas, la intoxicación puede ser de dos tipos.
5.1. Intoxicación aguda
Cuando produce consecuencias de tal severidad como para suponer un peligro para la persona. Dependiendo de la sustancia y vía de administración, encontraríamos vómitos, coma, delirios, convulsiones o traumatismos.
5.2. Intoxicación crónica
Sus efectos son diferentes a los de la intoxicación aguda, debido a que el consumo es prolongado en el tiempo. Por ejemplo, la euforia causada por la cocaína.
6. Adicción
Lo podríamos sintetizar como “el deseo intenso del consumo”. Las personas adictas consumen una o más drogas reiteradamente, lo que les provoca una intoxicación crónica, con lo cual es altamente probable que desarrollen tolerancia.
Para mitigar esta bajada en los efectos, el consumo se volverá compulsivo (con un probable aumento de la dosis). Si además, privásemos a la persona de esa droga, podremos observar con claridad la aparición del síndrome de abstinencia (dependiendo de la sustancia). Además, el adicto buscará la forma más rápida de conseguir droga en el momento en que se quede sin ella.
Los peligros de la adicción
Como vemos, en el adicto confluyen todos los elementos antes explicados acerca de las drogodependencias. La adicción es el resultado más incapacitante que puede darse si alguien se inicia en el consumo de las drogas.
Aunque algunas tienen un poder de enganche menos fuerte, a medida que se persiste en su toma, estas personas van cayendo más en las redes de estas sustancias y poco a poco perdiendo la posibilidad de salir de su radio de influencia. Conviene no menospreciar las consecuencias que nos puede ocasionar.