Dragon Quest XI: Echoes of an Elusive Age (“Ecos de un Pasado Perdido”) está disponible en PC, PS4, Nintendo Switch y Nintendo 3DS. La onceava entrega de la saga de rol más vendida en Japón es una experiencia nostálgica y visualmente fascinante que traslada los elementos nucleares de los JRPG del pasado al presente con gran éxito.
Dragon Quest XI: Ecos de un pasado perdido nos sitúa en un escenario clásico: debemos ponernos en la piel de un héroe joven (y silencioso, como es habitual en el rol japonés) que descubre que es “el Elegido de la Luz” destinado a librar al mundo de la Oscuridad -quien, por otra parte, no se lo va a poner fácil-.
A continuación puedes ver el trailer:
Este argumento sirve como excusa al creador de la saga, Yuji Horii, y al equipo de Square Enix para desarrollar el mejor RPG por turnos de los últimos años, una aventura rica y densa que no obstante proporciona en todo momento una experiencia de juego cómoda y relajada, como se espera de este género.
La saga Dragon Quest, conocida también como “Dragon Warrior” por su antiguo título en Estados Unidos, es sin duda la madre de los juegos de rol japoneses (JRPG) y el más exitoso de estos en Japón; sin embargo, en Occidente jamás ha conseguido la fama de Final Fantasy. En palabras del propio Horii, esto se debe a que Enix nunca puso tanto empeño en la distribución internacional como Square, aunque los dos antiguos rivales son ahora una sola empresa.
Dragon Quest Builders 2, Dragon Quest Heroes II y Dragon Quest Rivals son los tres juegos más recientes de la franquicia si obviamos DQXI; Builders 2 y Heroes II están disponibles en Nintendo Switch, y Rivals en Android. Asimismo, Dragon Quest VII y Dragon Quest VIII también han sido adaptados para Nintendo 3DS hace poco.
Desde el punto de vista del jugador occidental, el aspecto más característico de Dragon Quest es el diseño de personajes y monstruos a cargo de Akira Toriyama, creador de Dragon Ball. En este sentido es interesante mencionar también la serie de televisión Dragon Quest: Dai no DaibÅken (Fly en España), una adaptación en formato anime de la saga de Yuji Horii que pudo ser comercializada fuera de Japón gracias al éxito de Toriyama.
El Opening Fly:
Como su nombre indica, Dragon Quest XI: Ecos de un Pasado Perdido nos retrotrae a la época dorada de los JRPG -un periodo que, como tristemente sabemos todos los amantes del género, terminó hace tiempo.
El mayor valor de DQXI es el éxito con el que logra combinar las mecánicas clásicas de la saga (y en consecuencia de los JRPG en general) con elementos más novedosos, sobre todo a nivel estético. Sin duda, si jugar a Echoes of an Elusive Age resulta un verdadero placer esto se debe en buena medida al cuidado de sus diseños, sus animaciones y sus cinemáticas.
Inspirándose en éxitos recientes como Zelda: Breath of the Wild, Dragon Quest XI introduce elementos propios de los juegos de mundo abierto o incluso de los de plataformas (como las criaturas que sirven de montura o la posibilidad de saltar, una innovación curiosa dentro de la saga) para contrarrestar una linealidad general que resulta, por otro lado, beneficiosa en un sentido narrativo.
Y es que la trama de DQXI, sin ser en absoluto novedosa, dota de una notable solidez a la experiencia del juego por el ritmo equilibrado con el que progresa y por su cercanía al anime. El cariño con el que se desarrollan los personajes jugables resulta fundamental para la historia y para la implicación del jugador en ésta, y de hecho los protagonistas y la amistad o la acción colectiva que representan son el núcleo temático de Ecos de un Pasado Perdido.
Dragon Quest XI es un juego muy largo -puede llegar a durar 100 horas-, voluntariamente pausado y que consta de tres fases diferenciadas, incluyendo un “post-juego” que sirve de epílogo a la trama principal. Éste resulta extremadamente satisfactorio puesto que permite seguir explorando el mundo una vez lo hemos salvado, algo poco habitual en el mundo de los videojuegos.
A pesar de que la escasa dificultad del juego contrasta negativamente con la trascendencia que llega a adquirir la trama, existe un modo “misión draconiana” que modifica la dificultad al gusto del jugador; por ejemplo, podemos aumentar el daño que causan los enemigos o reducir la experiencia obtenida en combates sencillos. Este modo de juego y otros aspectos que no revelaremos dotan a DQXI de un elevado potencial de rejugabilidad.
El consejo más importante que podemos dar a cualquiera que empiece a jugar a DQXI es que se lo tome con calma. Casi todos los elementos del juego, y en especial la función de autoguardado y la frecuencia con la que es posible guardar la partida, refuerzan la sensación de que lo más conveniente es dedicar ratos cortos a jugar y hacerlo de forma pausada.
Se trata de un juego adecuado para los perfeccionistas porque recompensa a quienes exploran hasta el último rincón de cada escenario, si bien estos están diseñados con cuidado y tienen un tamaño reducido para prevenir en todo momento la sensación de agobio. Algo similar se puede decir del número de ítems disponibles, que casi nunca es excesivo.
La Forja Fantástica es una versión simplificada del Pote de Alquimia de Dragon Quest VIII: El Periplo del Rey Maldito y resulta muy importante. Con ella podrás fabricar muchas armas y armaduras, por lo general superiores a las que encontrarás en las tiendas, y además es posible mejorar la mayor parte del equipamiento utilizando las llamadas “Perlas de Perfeccionista”. Por otro lado, la Forja es un minijuego entretenido e ideal para descansar del modo batalla.
A medida que avances en la trama llegarás a disponer de 7 personajes controlables que podrás rotar con gran facilidad, si bien al combatir sólo podrás usar a 4 de ellos a la vez. Al principio el propio Héroe deberá ocuparse de los hechizos de curación, si bien más adelante se te unirán dos especialistas en magia blanca. En cualquier caso, los ataques físicos suelen ser los más eficaces -y los que afectan a grupos de enemigos tienen una utilidad especial-.
Todos los personajes ganan experiencia con las batallas aunque no participen, de manera que podrás desarrollar sus tableros de habilidades sin ningún problema y utilizarlos en otro momento. En cuanto a las habilidades, recomendamos que al principio focalices la mayoría de puntos que obtengas al subir de nivel en un tipo de arma concreto para cada personaje, aunque a partir de cierto momento podrás redistribuirlos a bajo coste.
Si buscas una guía de Dragon Quest XI completa, recomendamos la que se encuentra disponible en Eliteguias. Con ella podrás conseguir todos los ítems y todas las recetas para la Forja Fantástica, completar todas las misiones secundarias, disparar a las 5 dianas de cada región o encontrar cada una de las mini medallas.