Nuestra mentalidad occidental nos hace pensar que todas las culturas de este planeta se rigen por los mismos valores, las mismas leyes y se enmarcan en el mismo contexto social y tecnológico. Os presentamos los 8 pueblos indígenas más increíbles del mundo, aquellos cuyas costumbres nos pueden parecer casi surrealistas.
El término hace referencia a un grupo de población que es originario de un territorio concreto y que sigue vinculado a la comunidad originaria a través de costumbres y códigos sociales. Un buen ejemplo son los aymara, los guaraníes o los aztecas.
A lo largo de la historia han desaparecido muchos pueblos increíbles y la gran culpable es la globalización. La mayoría de culturas ancestrales sucumben al desarrollo (algo que no es necesariamente negativo, aunque implica un empobrecimiento cultural) y se adaptan a las costumbres occidentales. La colonización y el imperialismo de los europeos han hecho el resto.
A pesar de todo, aún hay muchos pueblos que se aferran a sus costumbres y tradiciones y que nos resultan del todo chocantes. Te presentamos los más increíbles.
El primer pueblo indígena al que le dedicamos este espacio es el de los Kalbelias, también conocidos como los Gitanos del Thar. Como su nombre indica, se asientan en el Desierto de Thar, en el noroeste de la India y son semi-nomadas, lo que implican que levantan asentamientos durante un tiempo dependiendo de la estación.
Lo primero que llama la atención son las ornamentas de las mujeres, de colores llamativos combinados con el negro, aunque lo más curioso quizá sea su ocupación: la caputra y venta de serpientes. Se sirven de la flauta pongi para encantar a estas bestias y las capturan para el comercio, aunque su artesanía también es digna de mención.
Aunque este grupo religioso predomina en Argentina, podemos encontrar menotitas endistintas zonas América Central y América del Sur. Para ellos, la Biblia es la palabra de Dios, aunque conservan costumbres centenarias que chocan frontalmente con la doctrina católica. Como muchos otros pueblos de la tierra, son pacifistas y se niegan a llevar a cabo el servicio militar.
Tienen ciertos paralelismos con los amish, y es que conservan un estilo de vida sencillo sin las facilidades de la tecnología moderna. Los menotitas se mantienen apartados del resto de la sociedad, así que sus comunicaciones con el exterior de la comunidad se limitan a la compra de materia prima y algunos productos elaborados.
El Oceano Índico es el hogar de cientos de pueblos indígenas que se han mantenido alejados de la civilización occidental durante miles de años. Es el caso de los sentineleses, que aun a día de hoy permanecen aislados. Captaron la atención de los medios en 2004, cuando un miembro de la tribu fue fotografiado lanzando una flecha a un helicóptero (jamás había visto algo semejante).
Viven en una pequeñaisla selvática de Sentinel del Norte, por lo que su comunidad no es muy grande. Poco se sabe de ellos, salvo que recolectan y cazan en la selva y que visten collares y cintas de en la cabeza, el cuello y la cintura. Se han establecido diversos contactos, aunque no todos ellos han tenido un final pacífico.
Los miembros del siguiente pueblo indígena se definen a sí mismos como los “descendientes reales del dios de la montaña”. Los dongrias viven al este de la India y cultivan las laderas de las colinas. Curiosamente, su principal amenaza es la bauxita, un preciado mineral que yace bajo la superficie de sus tierras y que han intentado extraer.
Llevan bisutería, tatuajes y peinados complejos, aunque pueden distinguirse por los pendientes en la nariz. Las mujeres llevan tres y los hombres llevan dos. Los dongrias siguen en paz y harmonía con las colinas, esperamos que por mucho tiempo más.
La tribu de los jarawa lleva viviendo en lasislas del océano pacifico desde hace decenas de miles de años. Aunque son un pueblo próspero y sano, el gobierno Indio ha organizado safaris humanos en los que los turistas pueden contemplar la vida de la población indígena. Eso ha puesto en peligro su modo de vida tradicional.
Sin embargo, esa no es la principal amenaza a la que se enfrentan. La carretera que cruza su territorio en las islas Andamán atrae miles de foráneos cada año, y algunos entran en la selva para robar la caza que ellos tanto necesitan. También se han dado casos de violación a mujeres indígenas. En definitiva, los intentos de introducir en la sociedad a los Jarawa siempre han resultado negativos para ellos.
De vuelta a Europa, volvemos la vista al pueblo indígena de los sami. Viven en algunas regiones de Noruega, Suecia o Finlandia y se caracterizan por una cultura basada en la caza y la pesca. Aunque no existen estadísticas oficiales sobre la población, se estima que son alrededor de 80.000. Resulta sorprendente que se desenvuelvan a la perfección en un territorio tan frío e inhóspito.
Lo más curioso es que muchos de ellos tienen su propia expresión musical, una melodía que los caracteriza como individuos y que ha sido bautizada como Yoik. Algunos objetos o animales también poseen su propia melodía. Aunque el Yoik es un canto rico y sutil, aquellos que no están acostumbrados creen que es un cántico monótono.
América del Sur es el hogar de algunos de los pueblos más fascinantes que existen. Los yanomamis conforman uno de los más numerosos, aunque viven relativamente aislados del resto de culturas más “civilizadas”. Su territorio ocupa una amplia extensión de Brasil (dos veces el tamaño de Suiza) y parte de Venezuela. Uno de los rasgos visibles más chocantes es que se perforan la cara con ramas.
Algunos buscadores de oro han ocupado su territorio y con ellos han traído enfermedades como la malaria. A pesar de ello, los yanomamis no reciben ningún tipo de atención médica. El Congreso brasileño debate ahora un proyecto de ley sobre minería que pondría en peligro este milenario pueblo indígena.
Nuestro último pueblo son los Akha, una tribu de origen mongoloide que podemos encontrar enel sudeste asiático. Medio millón de individuos con sus propias lenguas, costumbres y creencias religiosas, aunque muchos de ellos se han convertido al budismo o al cristianismo.
Se dedican principalmente al cultivo, aunque una de sus grandes fuentes de ingresos fue el comercio del opio. Ahora el turismo, como en tantas otras ocasiones, amenaza su modo de vida tradicional, aunque las mujeres siguen llevando con orgullo unos tocados y sombreros realmente espectaculares.