Smartphones con reconocimiento facial: ¿ventaja o estafa?

Analizamos ventajas y desventajas del Face ID y la diferencia entre lo que nos venden y la cruda realidad.

Cuanta mayor cantidad de funciones tiene un smartphone, más datos nuestros posee y más seguridad debemos depositar en él.

Cuanta mayor cantidad de funciones tiene un smartphone, más datos nuestros posee y más seguridad debemos depositar en él. | Imagen: Drew Graham

Con las dos marcas de móviles más vanguardistas, como son Apple y Samsung, incorporando el sistema de reconocimiento facial en sus móviles, nacen preguntas sobre su efectividad, utilidad y sobre todo, seguridad. Por lo tanto, ¿hasta qué punto supone un avance en los smartphones este nuevo sistema de desbloqueo?

En este artículo analizaremos las ventajas y desventajas de esta tecnología (también conocida como Face ID), las discrepancias entre lo que nos quieren vender y lo que realmente compramos y algunas implicaciones futuras.

Lo que nos venden sobre el Reconocimiento Facial

Sin duda, el reconocimiento facial como método de desbloqueo suena a elemento de última generación que todo smartphone de gama alta debe tener desde ya. Al mismo tiempo, cuenta con una seguridad casi infranqueable, por el hecho obvio de que no existen dos rostros distintos; excepto en el caso de gemelos.

Apple, por ejemplo, ha decidido utilizar el reconocimiento facial como método para poder realizar pagos con su nuevo iphone X; al contrario que Samsung en su último modelo S8, en el que parece que no ha depositado tanta confianza.

Además, tal es la confianza por parte de Apple en su Face ID, que aseguran que es mucho más fiable que el anterior método de seguridad, Touch ID, es decir, la huella dactilar. Para respaldar esta idea, aportan entre otros datos, que Face ID utiliza 30.000 puntos de medición facial, los cuales, tan precisos, que funcionan igual de bien aún tapando partes del rostro o incluso aunque la persona envejezca 10 años.

Face ID: lo que compras realmente

Siendo Samsung una de las marcas referentes y principales introductoras  de esta tecnología en el mercado, no tuvo un comienzo a la altura a la que nos tienen acostumbrados. Tal es el fiasco, que el reconocimiento facial de su Samsung Galaxy S8 es probablemente el elemento que más críticas ha reunido. De hecho, se llegó a decir que el reconocimiento facial se podía engañar con una simple foto, debido a que no había incorporado un sistema de medición de profundidad.

Si bien puede parecer una exageración, la verdad es que no es más que el comienzo de esta nueva tecnología que avanza a pasos agigantados. Por poner un ejemplo, el nuevo iPhone X no cuenta con lector de huellas. Pero, ¿está justificada esta introducción tan proximamente masiva de dicha tecnología? ¿O es, como siempre, la continua lucha de los grandes por estar a la última cueste lo que cueste?

Parece haber un consenso general en cuanto a la opinión muy positiva del Face ID de Apple. Sin embargo nos aparecen anécdotas como lo que le ocurrió a Craig Federighi en la presentación oficial del iPhone X, cuando  el reconocimiento facial no le funcionó y tuvo que utilizar la clave numérica.

Anécdotas a parte, veamos ahora algunos casos en los que el reconocimiento facial, puede suponer un problema:

¿Qué sucede si nos coaccionan?

Que nos obliguen a mostrar nuestro rostro o incluso a poner la huella dactilar para desbloquear nuestro celular, es un hecho. Los teléfonos móviles son unos de los objetos más robados en todo el mundo y no es por casualidad ya que, por un lado, esta industria mueve miles de millones de dólares, y por otro, son muy fáciles de vender.

No sería raro que en un atraco, se obligase a la víctima a poner su información biométrica (ojos, rostro o huellas, principalmente) al descubierto, con tal de poder acceder a la información, al smartphone en sí, o incluso a métodos de pago como el Apple Pay.

Se puede pensar en casos más extremos, como el fallecimiento de un usuario. Cabría pensar que sería posible utilizar el rostro o las huellas de un fallecido para desbloquear el teléfono móvil. No solo en casos “negativos”, en los que el propietario haya sido asesinado, y sea el asesino quien quiera acceder al terminal, sino que también la policía o incluso la familia necesite entrar en el celular para acceder a determinada información.

¿Se puede utilizar con personas fallecidas?

Lo cierto es que las huellas dactilares no funcionan si la persona no está viva, porque para que el detector funcione se necesita cierta carga eléctrica, como la que se encuentra de manera natural en nuestra piel. Pero entonces, ¿qué pasa en el caso del reconocimiento facial?

En el caso del reconocimiento facial, la mayoría de detectores requieren que la persona mire directamente a la cámara. Pero esto hoy en día puede suponer un problema en el caso de estar siendo coaccionado, pero algunos ingenieros de vanguardia, ya aseguran que próximamente se podrán diseñar “sistemas anti-coacción”, capaces de detectar, dependiendo de las expresiones faciales, si la persona está siendo coaccionada, de tal modo, que solo se permitirá el acceso a algunas partes del teléfono móvil (previamente preseleccionadas).

Esto plantea otro problema, y es que, en el momento en el que este sistema “anti-coacción” se popularice, los atracadores conocerán su funcionamiento. Es por esto que la única certeza que tenemos con respecto a los sistema de seguridad, desde los antivirus hasta los sistemas de medición biométrica, es que, no son un producto sino un proceso en continua evolución.

¿Quién tiene mis datos biométricos?

El sistema de reconocimiento facial además, tiene la aparente ventaja de que “aprende” de las mediciones anteriores, esto significa que cada vez que lo utilizas, recuerda la información y permite hacer mediciones más certeras en el futuro, lo cual implica que esta información se queda almacenada en el terminal.

Una pregunta que se hará más de un usuario precavido y receloso de su intimidad, es sin duda ¿dónde van a parar mis datos sobre mi rostro?,  porque a esta información podría acceder fácilmente Apple, Samsung, o cualquier marca del dispositivo que estés usando. Y si este dato, lo sumamos al  aumento del uso de los sistemas de reconocimiento facial por parte de las agencias de seguridad  (entre otras muchas), se nos plantea inevitablemente una realidad cuanto menos inquietante.

El futuro es mañana  

Le pese a quien le pese, el reconocimiento facial se impondrá en todas las marcas y terminales en poco tiempo. De hecho, ya está de camino el sistema de reconocimiento facial SLiM (de sus siglas Structured Light Module). Esta tecnología estará presente en los procesadores Snapdragon 854 de Qualcomm y estarán en futuros, pero no lejanos, modelos como: Samsung Galaxy S9, Sony Xperia XZ2 y LG G7, entre otros.

Qualcomm asegura que su nuevo y revolucionaria tecnología estará por encima de los nuevos modelos de smartphone y que, por supuesto, estará a prueba de modelos 2D y 3D para evitar intrusiones.

En contraposición, tenemos a grandes Gurús de la tecnología como Stefanos Zafeiriou, por poner un ejemplo, quien trabaja en el Imperial College London, quien comenta sobre el Face ID en la revista NewSciencist:

"No recomendaría a nadie que confiase en la verificación facial del iPhone"

Existe, como casi siempre, opiniones de todo tipo para un mismo producto. El caso del reconocimiento facial no es una excepción y ahora mismo podemos elegir si utilizar o no esta tecnología, tal vez mañana ya no.