El modo incógnito o modo privado de navegación nos puede sacar de más de un apuro, especialmente si no queremos que nuestra actividad en la red quede registrada. Sin embargo hay una serie de datos que pueden cambiar tu percepción sobre esta modalidad y que ponen en evidencia que nuestra privacidad en la red no está garantizada.
El término correcto es “modo privado”, aunque popularmente es conocido como “modo incógnito” o “pestaña de incógnito”, ya que la mayoría de usuarios utilizan Google Chrome como navegador web principal. En cualquier caso, se trata de una función de privacidad que ofrecen todos los navegadores web en la actualidad, a excepción de algunos en dispositivos móviles.
Cuando utilizamos esta función, el navegador web no guardará cierta información. Esto quiere decir que no se guardarán elementos como las cookies (que pueden ser utilizadas por terceros para otros fines) y no se almacenarán archivos en la memoria caché. Esta última se utiliza para facilitar la navegación al usuario cargando las páginas más rápido, por ejemplo.
De igual manera, la visita a las páginas web no quedará registrada en el historial de visitas, de modo que tampoco aparecerán en las búsquedas sugeridas cuando volvamos a escribir en la barra de navegación. Por último, tampoco aparecerán los elementos que hayamos almacenado previamente para formularios en la opción “autocompletar”.
Al contrario de lo que muchos creen, el primer navegador en incorporar esta función no fue Google Chrome, sino que el término se aplicó para una función del navegador Safari de iOs, en 2005. Desde entonces, el resto de software para navegar por la red lo ha ido incorporando. A continuación especificamos cómo puedes acceder al modo incógnito en los navegadores más populares.
Pese a que todos los navegadores advierten al usuario cuando entran en modo privado, la mayoría de gente tiene la falsa percepción de que está navegando bajo el completo anonimato. La realidad es que el navegador solo actúa a nivel local (en tu PC) y eliminando las cookies. Esto significa dos cosas:
Que tu actividad no quede registrada en el navegador no quiere decir que los administradores de las webs de visitas no puedan verla. Google especifica que esto incluye “los anuncios y los recursos que utilices”. De todas maneras, en Firefox y Opera, el usuario puede solicitar a las páginas web que no lo rastreen, pero nunca de forma anónima.
Utilizar la navegación privada no implica que las compañías que gestionan tu conexión a Internet sean ajenas a tu actividad. Esto incluye la empresa para la que trabajas o el centro escolar desde dónde te conectas, en el caso de que quieran saber lo que haces. Por otro lado, el modo privado no te protege de keyloggers (programas que registran la que escribes en el teclado) o malware que pueda instalarse en tu ordenador.
Aunque todo el mundo piensa en contenido para adultos cuando hablamos de la pestaña de incógnito (y quien diga lo contrario miente), a continuación te proponemos varios usos útiles que quizás no habías considerado.
Cualquier amante de la tecnología o webmaster sabe que tendrá que lidiar con la memoria caché y las cookies cuando está probando su nueva página web. Navegar con el modo incógnito te permitirá ver cómo están quedando los cambios o cómo se ve tu web para cualquier visitante.
No tienes por qué ocultar nada a tus jefes, pero en el caso que estés navegando fuera de casa y no quieras dejar huella, el modo incógnito es la mejor solución. Cuando cierres el navegador y otra persona lo vuelva a abrir, las sesiones se habrán cerrado y en el historial no aparecerá las webs que has visitado. Perfecto para evitar que tus compañeros te trolleen o cotilleen en tus redes sociales.
Para evitar que tus datos personales sean recordados por el navegador, utiliza siempre la navegación privada. Hablamos de trámites y gestiones especialmente importantes, aquellas que afectan directamente a tu bolsillo.
Te vamos a desvelar un pequeño secreto: algunas webs comerciales varían sus precios según tu registro de navegación. Si estás comprando el billete de un vuelo o reservando la habitación de un hotel, te recomendamos que hagas el proceso de compra en una ventana privada. Además de mantener tus datos personales y bancarios a buen recaudo, los precios suelen ser inferiores. Haz tú mismo la comparación y te sorprenderás.
¿Quieres comprarle un regalo a tu pareja o estás planeando un viaje romántico? No cometas el error de navegar de forma pública, ya que después aparecerán anuncios comerciales relacionados con tu actividad en varias páginas, algo que le puede hacer sospechar. De igual modo, mantén la sorpresa a salvo evitando que tu actividad aparezca en el historial.
Puede que en tu trabajo controles varias cuentas de Gmail, un servicio que no permite mantener dos cuentas abiertas al mismo tiempo. Puede que le prestes tu ordenador a un amigo para que consulte sus mensajes en Facebook y no quieras cerrar tu sesión. En ambos casos, lo mejor será abrir una ventana de incógnito y varias cuentas abiertas de un mismo servicio.
En definitiva, el modo privado es para todas aquellas actividades que quieres mantener en privado. ¿Obvio, no? Cada uno es libre de navegar por las páginas que se le antojen (siempre con conocimiento, no vayamos a infectar el PC).
Para evitar que los usuarios que se conectan en tu red local utilicen el modo incógnito, existe un procedimiento en Windows 10.
1. Presionamos la combinación de teclas ‘Windows’ + R, escribimos “regedit” y presionamos Enter.
2. En la ventana que se ejecute, no dirigimos a la siguiente ruta: HKEY_LOCAL_MACHINE-SOFTWARE-Policies-Google-Chrome
3. Hacemos clic derecho sobre la carpeta Chrome, y en la pestaña “Nuevo”, seleccionamos “Valor de DWORD (32 bits)”.
4. A este nuevo valor, le ponemos de nombre “IncognitoModeAvailability”, le damos la Información de valor 1 con base hexadecimal.
5. Si queremos volver a habilitar el modo incógnito, repetimos el proceso y le asignamos al valor la Información de valor 0.
Para mantener por completo el anonimato mientras navegamos por la red nos podemos ayudar de tres herramientas: el navegador Tor, que encripta la navegación y nos cambia la IP por la de otro país, poner en marcha una máquina virtual dentro del mismo sistema operativo (con programas como Virtual Box) y utilizar una conexión VPN (red privada virtual). No obstante, ya advertimos en otro artículo de otros posibles riesgos de navegar en la red Tor y sumergirte en la deep web.