La explicación científica de por qué fumar marihuana da hambre

Muchos saben por experiencia que fumar marihuana da hambre, pero ¿por qué? En este artículo analizamos cómo se relaciona fumar cannabis con el apetito.

La explicación de por qué la marihuana da hambre en este artículo.
La explicación de por qué la marihuana da hambre en este artículo. | Imagen de: Unsplash.

 

Fumar marihuana o hachís es una práctica habitual entre jóvenes. Los efectos de esta droga son popularmente conocidos. Sin embargo hay uno que destaca por encima de los demás por su peculiaridad: el aumento de la sensación de hambre. Es una imagen arquetípica la del fumador de marihuana atacando la nevera para atiborrarse.

Pero, ¿por qué ocurre esto? ¿Por qué fumar marihuana da hambre? La ciencia responde.

¿Por qué fumar cannabis da hambre? 5 claves para entenderlo

Aquí tienes la explicación desgranada de por qué el cannabis aumenta el hambre cuando se consume:

1. Base neurológica

No es aleatorio que la maría o el cannabis aumenten el apetito, pues la razón de ello es biológica. Cuando se despliegan los efectos de esta droga en el cerebro,  se activan las señales cerebrales que controlan ciertas funciones, como las que inciden en el hambre y las que actúan sobre la memoria y las emociones.

Ahora bien, lo extraño es que fumar cannabis activa los circuitos neuronales encargados de quitar el hambre y, como hemos dicho, el efecto es justo el opuesto: crecen las ganas de comer. ¿Por qué?

2. Modificación del comportamiento neuronal

La reacción del cannabis en el cerebro altera la acción de las neuronas encargadas de inhibir el hambre. De esta manera, la droga tergiversa la función de las neuronas serotoninérgicas (encargadas de regular la saciedad cuando comemos), estimulándolas y provocando que la persona fumadora sienta ganas de comer. Así pues, la droga confunde una de las funciones del sistema nervioso central.

Aun habiendo comido y no tener más hambre, si una persona consume marihuana o hachís, sentirá otra vez antojos y, seguramente, acabe llevándose algo a la boca, con la consecuente posibilidad de sufrir una indigestión severa por tratar de saciar su apetito.

3. Acción sobre la leptina

Además de su acción sobre la acción serotoninérgica, fumar también tiene repercusiones sobre la de determinadas hormonas, como la leptina, una proteína que también se encarga de regular el hambre.

Cuando ingerimos nutrientes suficientes, el cuerpo humano libera leptina, que viajará a través del torrente sanguíneo hasta llegar al hipotálamo, para que detenga el hambre. Al contrario,  cuando nos falta energía, la producción de leptina baja, lo que servirá como estímulo para que el hipotálamo genere las ganas de comer que comentamos. Además, la leptina controla también el peso corporal.

De modo que, ante la presencia de cannabis en el organismo, la leptina deja de producirse, teniendo más hambre.

4. Influencia sobre la percepción de los sabores

Además de dar hambre, fumar influye en la percepción del gusto. De acuerdo con varias investigaciones,  el sabor más afectado por el efecto del cannabis es el dulce, que se ve multiplicado.

Así pues, es frecuente que cuando se ha fumado, los atracones consten básicamente de alimentos dulces, pues los receptores de este sabor están siendo alterados, dando un antojo repentino por todo lo azucarado.

5. Mayor percepción olfativa

Probablemente el hambre aumente por el consumo de THC en parte porque éste también estimula los receptores olfativos del cerebro. La capacidad de que se captan olores de forma más sensible termina por abrir el apetito.

¿De qué sirve saber todo esto?

Además de ofrecer una explicación científica a por qué fumar cannabis da hambre, este hecho podría servir para la búsqueda de posibles tratamientos para enfermedades cuyos síntomas hacen que se pierdan las ganas de comer.

Sin ir más lejos, la quimioterapia empleada en pacientes enfermos de cáncer suele provocar un descenso de peso debido a que el tratamiento quita el hambre. ¿Cabría la posibilidad de diseñar algún fármaco que, sin incidir en la acción de la quimioterapia sobre las células cancerosas, sí que repercutiera favorablemente para que el enfermo no dejara de comer?

Por otro lado, enfermedades como la obesidad podrían ser paliadas si se bloquearan los mecanismos del hambre (ya hemos hablado de la leptina y su efecto saciante). Saber en qué circuitos actúa el THC podría servir para diseñar un bloqueador de los mismos.

Otros efectos del cannabis

Ya sea fumado en un porro, en pipa, en infusión o en un pastel, los efectos físicos del cannabis son:  euforia en la primera fase del efecto y sedación hacia el final, sequedad de boca, enrojecimiento de los ojos, posibles jaquecas y descoordinación motora. Ahora bien, también tiene afectación sobre  la memoria a corto plazo (produce incapacidad por recordar los elementos en una serie, por ejemplo), aunque la memoria a largo plazo se mantiene intacta.

Un concepto muy relacionado con el consumo de marihuana o THC es el de la “tolerancia”, que alude a que cuando se consume con mucha frecuencia, hay que ir aumentando progresivamente la dosis hasta alcanzar el efecto deseado, pues el organismo se ha aconstumbrado a ellos. Aunque no se han reportado casos de muerte por consumo excesivo, sí que hay riesgo de un “mal viaje”, o dicho de otro modo, crisis de pánico.

Es posible desarrollar dependencia psicológica y física en caso de retirarse la droga. Si se opta por dejar de consumir cannabis, deberá hacerse pautadamente, para evitar síntomas los desagradables que conlleva una retirada brusca (temblores, ataques de ansiedad, pesadillas y sudoración excesiva).

Riesgos del cannabis

En primer lugar, el THC está contraindicado tomarlo junto con alcohol, pues se desconoce qué consecuencias puede tener esta combinación en cada persona. Especialmente para aquellas con predisposición a desarrollar algún tipo de enfermedad mental, el consumo de esta droga puede desencadenar los síntomas de dicha enfermedad.

Por otro lado, aunque muchos defensores de la marihuana argumentan que es más saludable que fumar tabaco, lo cierto es que ésta contiene hasta 5 veces más alquitrán. También se cree que por aguantar el humo en los pulmones sin exhalarlo al momento, aumentará el efecto; sin embargo, esta práctica es muy perjudicial para la salud.