Cuando negociamos un contrato de trabajo, es importante dejar las condiciones claras para evitar malentendidos. Una de las cosas más importantes es aprender cuál es la diferencia entre salario bruto y salario neto, algo que se verá reflejado en lo que cobramos cada mes. También te enseñaremos a calcular el salario neto para que sepas lo que realmente percibes por tu trabajo.
Todos tenemos más o menos claro lo que es un salario: una cantidad económica que percibe un trabajador por prestar sus servicios a una empresa o entidad. A continuación te explicamos la diferencia entre salario bruto y salario neto.
Podemos definir el salario bruto como la cantidad de dinero que la empresa o entidad nos devuelve por nuestro trabajo antes de restar las retenciones fiscales y cotizaciones. Por lo tanto, no es la cifra que finalmente acabaremos percibiendo.
Al salario base (la cantidad exacta que se ha pactado) debemos sumar conceptos que no están sujetos a estas retenciones fiscales, como los costes de desplazamientos, los complementos salariales, el plus por antigüedad o cualquier tipo de complemento que hayamos pactado en el contrato. El resultado es el salario bruto.
El siguiente paso es restar al salario bruto toda esa cantidad de pagos y retenciones fiscales a las que antes hacíamos mención. Por lo general, hay dos tipos de retenciones: el pago a la Seguridad Social y el Impuesto de la Renta sobre las Personas Físicas, también llamado IRPF.
Una vez hayamos restado estas cantidades, obtendremos el salario neto. Esta cifra es especialmente relevante en el contrato de trabajo, y es que es el dinero que finalmente recibiremos en nuestra cuenta corriente. En definitiva, el salario que nos permitirá llevar una vida normal.
Una vez explicada la diferencia entre salario bruto y salario neto, te ayudamos a calcular el salario neto. Para obtener una cifra definitiva, debes seguir estos sencillos pasos que te ayudarán a saber lo que percibes cada mes.
Lo primero que debes saber es el tipo de contrato que tienes (temporal o indefinido). El caso es que según el tipo, la Seguridad Social te restará un porcentaje u otro. La diferencia no es muy significativa, pero no deja de ser importante para calcular lo que cobrarás exactamente.
Si tienes un contrato temporal, te retendrán un 6,4%, mientras que la retención de un contrato indefinido es del 6,35%. Esto significa que si, por ejemplo, tienes un salario bruto de 1000 euros, al menos 63,5 euros serán para la Seguridad Social.
A continuación debemos calcular el IRPF, el monstruo de las nóminas y devorador de salarios. El porcentaje no debe ser menor del 2% ni mayor de 46%, y varía en función de la cantidad percibida. Asegúrate de tener este número claramente especificado en tu nómina y contrato.
Cuando hayas calculado estas dos retenciones, es hora de sumarlas y luego restar la cifra resultante al salario bruto. La cantidad total es el dinero que recibirás en la cuenta corriente.
Puede que las cantidades que te han retenido a lo largo del año excedan lo permitido o se queden cortas. En función de esto, Hacienda te devolverá dinero o te hará pagar cuando hagas la Declaración de la Renta. La cantidad depende de muchos factores, como tu salario bruto, las retenciones mensuales o el número de contratos que hayas tenido en un año. La página de la Agencia Tributaria dispone de más información.
Ya hemos visto que existe una diferencia sustancial entre salario bruto y salario neto y que podemos calcular lo que realmente cobramos cada mes encontrando el porcentaje de las dos retenciones. Teniendo esto en cuenta, ¿es mejor negociar con el empresario el salario bruto o el salario neto?
Muchos pensaréis que lo mejor es negociar en base al salario neto, pero lo cierto es que durante una negociación no se tienen en cuenta las retenciones, así que el salario bruto es la cifra que se pone sobre la mesa. A partir de ahí, debes tener en cuenta el tipo de contrato (para el pago a la Seguridad Social) i saber que un salario más elevado implica mayor pago de IRPF.
Ahora que tenemos claros estos conceptos, tenlos en cuenta cuando vayas a firmar tu próximo contrato y deja claras las condiciones desde un principio. Como hemos podido ver, no es tan complicado como parece.