Una explicación sencilla del método fordista.

Fordismo: qué es, definición y ejemplos

En una época en la que cada vez el trabajo depende más de máquinas merece la pena saber qué es el fordismo.
Una explicación sencilla del método fordista.
Una explicación sencilla del método fordista. | malba.com.ar

 

Aunque no lo parezca por su nombre, el fordismo es un invento de Ransom Eli Olds, un estadounidense pionero del negocio de los automóviles que diseñó y comercializó el Curved Dash, el primer automóvil de bajo coste de la historia.

¿Qué es el fordismo?

Si tuviéramos que dar una definición de fordismo en pocas palabras diríamos que el fordismo es una corriente socioeconómica que toma su forma de las  técnicas de producción en serie pioneras en el mundo y que sigue vigente hasta nuestros días.

Se llama así por Henry Ford, el fundador de la empresa de automóviles Ford. El nombre se lo puso el teórico marxista Mateo Gramsci, que en uno de sus libros, ‘Americanismo y Fordismo’, estudió esta forma de entender la producción y la economía.

El fordismo se basa en una industria nueva, en la cual priman sobre todo la especialización, la división del trabajo y la reducción de costes. Esto cambió la forma de producir cualquier producto del mercado.

Antes, en las empresas, los trabajadores se encargaban de hacer el producto de forma “vertical”: desde el principio hasta el final, un mismo trabajador hacía un producto y controlaba los tiempos de la producción (si se tardaba un día en hacer una puerta se tardaba un día). Desde la aparición y popularización del fordismo, se instauró la idea de una cadena de montaje en la cual cada trabajador desempeñaba una función  concreta y le pasaba el producto más elaborado al siguiente.

Un ejemplo de fordismo

Podremos verlo más fácilmente con un ejemplo. Antes, para hacer una puerta un mismo empleado (que era artesano) tenía que encargarse de seleccionar la madera, darle forma, embellecerla e instalarla. Con el fordismo, en cambio, un trabajador cogía la madera, otro la cortaba y se la pasaba a otro que la embellecía… así hasta que estaba terminada y otro se encargaba de instalarla.

Esto es una producción “horizontal”, en la que cada uno de los trabajadores solo tiene una función, por lo que el tiempo de producción se aceleraba y se conseguían abaratar costes, lo que hacía que los productos se pudieran vender por menos dinero y que más gente los comprara. ¿Qué gente? Los muchos trabajadores que entraron a formar parte de cadenas de montaje durante el primer tercio del siglo XX.

En la película Tiempos Modernos, de Charles Chaplin, se puede ver perfectamente. Os dejamos con esta definición de fordismo audiovisual (visto desde una perspectiva cómica y agridulce)

Fordismo y Taylorismo

Pero el Fordismo tenía una trayectoria previa.  Viene del Taylorismo, un sistema promovido por el estadounidense Frederick Taylor. En un intento de fordismo primitivo ideó un sistema que para que los empresarios controlaran los tiempos de producción.

Igual que en el fordismo, el taylorismo intentó aumentar la habilidad de los obreros gracias a la especialización, se controló (como decíamos) los tiempos en planta de la forma lo más científica posible. Sin embargo Fordismo y Taylorismo se diferencian en muchos otros aspectos. Sobre todo en las consecuencias de esas características.

  • Mientras que el fordismo hizo que aumentaran los obreros el taylorismo disminuyó el número de trabajadores.
  • Pasó igual con los salarios: el fordismo los aumentó gracias a las primas por rendimiento y el taylorismo los redujo.
  • Las innovaciones más importantes se dieron al dividir y mejorar cuestiones laborales en Taylorismo y Fordismo. En el caso de los primeros se centraron en las tareas del proceso de producción y en control del tiempo; en el de los segundos el trabajo y el tiempo más productivo del obrero.

La crisis del fordismo

Como podrás ver en el vídeo de Chaplin, el fordismo implicaba un desgaste del trabajador muy alto. A pesar de ser muy práctico, los empleados que trabajaban en este tipo de industrias y fábricas acabaron hartándose. A esto se sumó la llegada de otros modelos socioeconómicos: el Keynesianismo y el Toyotismo.

John Keynes fue un brillante economista británico cuyas teorías se hicieron muy populares debido al Crack del 29. Keynes decía que la economía liberal no acababa solucionando todas las crisis del mercado y que la acción de la ‘mano invisible del mercado’ dependía de muchos otros factores. Es decir, la industria y las empresas no eran garantes del equilibrio económico y del bienestar de los trabajadores.

Propuso una redistribución de los ingresos de los que más ganaban mediante políticas fiscales (impuestos) para que los trabajadores vieran devueltos parte de lo que le hacían ganar al empresario para el que trabajaban mediante servicios.

Pero esta no fue la única teoría que participó en la crisis del fordismo.

Fordismo y Toyotismo

Después de años manteniendo un modelo productivo que traía como locos a los trabajadores, que se sentían explotados el fordismo estalló. Tampoco el Keynesianismo había solucionado los problemas que tan certeramente había diagnosticado.

Para contrarrestar la posible ruptura del pacto entre trabajadores, empresarios y estado, en los años 70 se popularizó una nueva filosofía de trabajo que empezó a funcionar en Japón después de la II Guerra Mundial. Fordismo y Toyotismo forman una moneda de dos caras, cuando una dejó de funcionar la otra se mostró como una solución más que válida.

El Toyotismo promulgó unas  soluciones a los problemas que planteaba el fordismo  sin tener que depender de políticas estatales como el Keynesianismo, algo que no era, desde luego, del gusto de empresas y empresarios que siempre han visto como algo negativo la intromisión del Estado y la Administración en la economía. Las claves del Toyotismo son las siguientes:

  • Más flexibilidad en las condiciones laborales y más rotación entre los puestos de trabajo
  • Estímulos sociales a través del fomento del trabajo en equipo y la identificación transclase entre jefe-subalterno.
  • Cambiar la forma de entender el negocio con una producción más ajustada a la demanda real. Objetivos menos altos de producción + mayor libertad para el empleado + eliminación de costes de almacenaje = Más satisfacción para el empleado y mismo beneficio para el empresario.
  • Con la reducción de precios en la producción también se reducen los precios de venta. Ayudando así a que la economía se active más, poniendo en circulación más dinero.
Trabajadores de una fábrica de producción fordista.
Trabajadores de una fábrica de producción fordista. | Cedida

 

Pero, claro, para que este sistema se lleve a cabo necesita  un país o un entorno económico con unas características concretas. A saber:

  • Se produce si y solo si hay demanda. No se producen excesos de stock.
  • Funciona si y sólo si se cumplen  los “cinco ceros”: cero error, cero averías (de máquinas de producción), cero demoras, cero papel (reducción al máximo de la burocracia) y cero existencias (el stock no se acumula).
  • Diversificar los productos que vendemos. No centrarnos en un sólo tipo. En esto se diferencia del fordismo.
  • Los trabajadores deben ser multifunción para cumplir el punto anterior sin excesos de gasto.
  • Producir lo que se va a vender. No más.
  • Invertir en mejoras en la maquinaria para alcanzar ese objetivo de “cero averías”.

Esto es todo por hoy, en este repaso de lo que es el fordismo; pasando por sus orígenes y sus referentes históricos, viendo lo que lo llevó a la quiebra e incluso qué modelos le sustituyeron.

Referencias bibliográficas

Coriat, B. (2000). El taller y el robot: ensayos sobre el fordismo y la producción en masa en la era de la electrónica. siglo XXI.