Para muchos, la Constitución española es el marco legal, sagrado e inamovible, de una democracia llamada España. Sin embargo, ¿sabemos las veces que se ha reformado y para qué? Algunos instan a las autoridades a repasar los artículos del texto para que se adecuen a los nuevos tiempos, y es que consideran que la Constitución es un ordenamiento jurídico heredero del franquismo, un reglamente anticuado que hay que reformar de inmediato.
La Constitución se fundamenta en la “indisoluble unidad de la Nación española”, un concepto que se ha puesto varias veces en entredicho. El máximo símbolo de esta unidad es el rey de España, aunque el texto señala de forma explícita la división de poderes y sitúa en su base la soberanía nacional mediante el voto de todas y todos los españoles mayores de 18 años.
Aunque existían en España varios precedentes, el más importante de ellos es la Constitución de 1812, como respuesta liberal a la invasión de Napoléon. Sin embargo, el punto de inflexión para la aparición del texto es la muerte del dictador Francisco Franco, el 20 de noviembre de 1975. Eso marcó el inicio de una transición a la democracia.
De acuerdo con las leyes franquistas (la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado), Don Juan Carlos I fue proclamado rey de España. No fue hasta julio de 2016 que ese mismo rey designó al presidente Adolfo Suárez, quien fue reelegido en las Elecciones Generales de 1977, esta vez sí, mediante sufragio. El proyecto de Constitución fue sometido a referéndum en 1978, con una participación del 67% y una victoria fulminante del “sí”.
Fue sancionada el día 27 de diciembre por el rey y publicada en el BOE el 29 de diciembre. Se evitó el 28 de diciembre por ser el día de los Santos Inocentes. Una vez aprobado el texto, se celebraron las Elecciones Generales de 1979.
Los autores del marco que sigue vigente hoy día son varios ponentes, procedentes de los diversos partidos políticos con presencia en el Congreso de los Diputados en 1978. También han sido llamados "padres de la Consitución" o "padres de la Democracia".
El preámbulo de la Constitución fue escrito por Enrique Tierno Galván (PSOE).
A continuación repasamos las veces en que este marco jurídico ha sido modificado y el motivo por el que se ha llevado a cabo la reforma.
El primer cambio en la Constitución se produjo en 1992, fecha en que se hizo efectivo el Tratado de Maastrich por el que “todo ciudadano de la Unión europea que resida en un Estado miembro del que no sea nacional tendrá derecho a ser elector y elegible en las elecciones municipales del Estado miembro en el que resida…”. Es decir, que cualquier extranjero de la Unión podía ser alcalde en España.
De esta manera, se cambió el artículo 13.2 para añadir “y pasivo”, permitiendo el sufragio pasivo de extranjeros en elecciones municipales y ser elegibles.
La Constitución española se ha modificado una segunda vez. La propuesta fue realizada por José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno de España en 2011, quien contó con el apoyo mayoritario de su grupo, el PSOE, y el Partido Popular. Puesto que ambos grupos sumaban más del 90% de diputados y senadores, no fue necesario someter el cambio a un referéndum popular.
Por lo tanto, se modificó el artículo 135, estableciendo el concepto de “estabilidad prespuestaria” y determinando que la deuda pública fuese lo primero a pagar, antes que cualquier gasto del Estado. Antes de ser reformado, el artículo ya contemplaba el pago de la Deuda Pública, pero no lo otorgaba un carácter prioritario.
Sin embargo, lo que pocos conocen es que los límites de esa Deuda son maleables en los siguientes casos: “catástrofes naturales, recesión económica o situaciones de emergencia extraordinaria que escapen al control del Estado”.
De acuerdo con lo que se indica en el artículo 166 del texto, para que un proyecto de reforma de la Constitución prospere debe ser aprobado por una mayoría de tres quintos, tanto del Congreso como del Senado. La reforma será sometida a un referéndum si así lo requieren una décima parte de los miembros de cualquiera de las Cámaras. Posteriormente, se procederá a la disolución inmediata de las Cortes.
No son pocos los políticos que en la actualidad se plantean una reforma sustancial de la Constitución, pero un panorama político más fragmentado (con presencia de más partidos) también implica mayor dificultad para llegar a un acuerdo. Mientras algunos creen que estamos condicionados por unas leyes arcaicas que no se ajustan a los tiempos actuales, otros consideran que este escrito de 1978 seguirá siendo válido durante años. ¿Pero cuantos?
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