El punto R masculino: dónde está y cómo estimularlo

Esta zona consigue los orgasmos masculinos más intensos, pero no todos se atreven.
El placer puede alcanzarse de muchas formas, pero para el hombre, la mejor es el punto R.
El placer puede alcanzarse de muchas formas, pero para el hombre, la mejor es el punto R. | Imagen: Stokpic.

Son muchas las personas que defienden la idea filosófica de que la vida es muy corta y en ella, solo estamos de paso. Pero durante nuestro corto periodo de existencia tenemos la posibilidad de disfrutar y vivir experiencias increíbles. Aquí es donde radicaría pues el propósito de la vida para estas personas.

Una de las grandes maneras de disfrutar de la vida es sin duda manteniendo relaciones sexuales (por supuesto, las cuales no implican únicamente penetración vaginal) y todo tipo de juegos eróticos que permitan experimentar grandes placeres de manera natural.

Por tanto, ya seas hombre y busques nuevas formas de estimularte, como si eres mujer (o no) y quieres sorprender a tu hombre (u hombres), este artículo puede suponer un verdadero cambio en tus experiencias sexuales.

¿Qué es el punto R?

El punto R es una zona especialmente sensible y adecuada para la estimulación sexual del varón. Este punto se sitúa en un órgano glandular del aparato genitourinario del hombre, al que se puede acceder mediante el recto.

Tiene una forma similar al de una castaña, aunque variará dependiendo del hombre y su edad. Se caracteriza además por tener una  gran cantidad de terminaciones nerviosas.

No son pocos los hombres que aseguran tener “los mejores orgasmos de sus vidas” estimulando esta área durante las relaciones sexuales o practicando el onanismo.

Dadas las características biológicas de esta zona, una vez dominada la técnica, permite tener orgamos más intensos que los que se conseguirían estimulando únicamente el pene. Incluso, muchos hombres aseguran eyacular mayores cantidades de esperma al estimular el punto R.

¿Dónde está el punto R?

Como hemos dicho, a este punto se accede a través del ano. Está concretamente alrededor de la uretra, en el cuello de la vejiga.  Esa zona o punto, permite acceder a la próstata estimulándola con mucha intensidad.

El punto R eclipsado por el punto G

La sexualidad se suele encontrar casi siempre en un punto de inflexión en el cual, las ganas y la curiosidad casi innatas del ser humano por conocer y experimentar, se ven disminuidas por los tabúes sociales.

La práctica de la sexualidad en todas sus vertientes es con diferencia lo más reprimido de la sociedad (aunque cada vez menos). Pero dentro de la multitud de prácticas que podemos encontrar, no todas son igual de “vergonzosas”.

La penetración anal así como la estimulación, han sido considerado desde hace tiempo prácticas indecorosas (probablemente “gracias” a la religión y a su relación con la homosexualidad). Especialmente en el caso de los hombres, ya que esta práctica sexual se asocia a la sumisión, rasgo estereotípicamente asociado a las mujeres.

Esto, sumado a las dificultades que tienen muchos hombres de satisfacer a las mujeres, así como que estas, tienen cuerpos sexualmente más complejos y podríamos decir, variados (en lo que respecta a posibilidades de estimulación), han convertido al punto G en el santo grial que todos/as buscan, eclipsando a nuestro punto R.

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Cómo estimularlo

Esta es una zona especialmente sensible que requiere de preparación. En el siguiente punto te daremos algunas pautas para conseguir mejor desempeño.

La técnica, una vez encontrado el punto R, es relativamente sencilla ya que consisten en masajear suavemente la zona. Para encontrar el punto R, por ejemplo, colocando al hombre boca abajo sobre sus rodillas y manos, la pareja deberá introducir su dedo, con la malma de la mano hacia abajo. La longitud de este deberá equivaler a las dos primeras falanges del dedo.

En esta posición y flexionando el dedo, deberemos buscar la zona descrita. El mejor consejo que podéis aplicar es el de mantener  una buena comunicación con vuestra pareja, quien deberá ir indicando sus sensaciones.

Punto R: precauciones y consejos

Si no has practicado anteriormente ninguna técnica ni juego sexual que implique el ano, tanto si eres hombre como mujer, debes tener en mente ciertas indicaciones y sobre todo, no tener prisa por querer llegar, al fondo de la cuestión (si se nos permite el juego de palabras).

Lubricante

El uso de lubricantes será esencial para el buen desempeño de la tarea en cuestión. Especialmente al principio, estos líquidos viscosas permitirán acceder al punto R con mayor facilidad, reduciendo la posible incomodidad.

Aconsejamos comprar lubricantes destinados a esta función exclusivamente en centros especializados como farmacias o sex shops. Por el contrario, desaconsejamos el uso de los “lubricantes caseros”.

Ducha de agua caliente

Una buena ducha puede permitir al varón relajar los músculos y en especial el esfínter del ano. Sin una correcta relajación, la práctica puede resultar molesta y dolorosa. No debemos olvidar que es una zona igualmente delicada que puede sufrir desgarros y otras lesiones.

Practica con antelación

Antes de querer alcanzar el punto R, deberemos dedicar antes de cada práctica (si se requiere) un tiempo para la estimulación superficial del ano e introducir posteriormente en poca profundidad un dedo (por ejemplo).

Sobre todo, antes de la primera práctica, será normal necesitar varios encuentros para conseguir llegar hasta el punto R. Así pues,  lo recomendable es ir con cada práctica preparando la zona y permitiendo que el hombre se acostumbre a las sensaciones. Una opción recomendada es utilizar un enema estrecho, antes que empezar directamente a usar el dedo.

Higiene

Por descontado, no debemos olvidar que estamos tratando con una zona que cuenta con otras funciones conocidas por todos. Tanto si la estimulación del punto R se hace de manera individual como si hay varios implicados en el juego,  todos deberán estar pertinentemente limpios  y en el caso de usar objetos, asegurarse de que estos también lo están.