Uno de los fenómenos psíquicos que más controversia ha generado es la hipnosis. Mucha gente se pregunta qué hay de verdad en este estado mental y qué parte de la hipnosis es una simple estafa, aunque la mejor manera de comprobarlo es someterte a una sesión de hipnotismo. En primer lugar, cabe destacar que para ser hipnotizado primero hay que llevar a cabo una serie de acciones que llevan al sujeto a un estado de sugestión del que puede salir en cualquier momento, al contrario de lo que mucha gente piensa.
La polémica en España surgió a raíz de la emisión del programa 1,2,3 Hipnotízame, un espacio protagonizado por el hipnotista Jeff Toussaint que ha sido acusado por muchos doctores de estafa. De hecho, la Asociación para el Avance de la Hipnosis Experimental y Aplicada se puso en contacto con varios medio para denunciar los abusos y engaños que se cometen en el programa. A continuación exponemos ocho motivos que demuestran que la hipnosis que se ve en televisión es una gran mentira.
Estos espacios en los que supuestamente se hipnotiza a los colaboradores han sido ampliamente criticados en las redes sociales, y es que muchos espectadores se han percatado de incoherencias importantes. Por otro lado, varios usuarios señalaron que las personas que aparecían en 1,2,3 Hipnotízame ya habían aparecido en otros platós de la cadena, y por lo tanto son actores. A pesar de las sospechas, los responsables se burlaron de los críticos.
Aunque el hecho de cerrar los ojos ayuda a mantener una mayor concentración en el sujeto, no hace falta estar constantemente con los ojos cerrados, como los ocurre a los colaboradores del programa. Ser hipnotizado es mantener un estado mental de sugestión.
Los expertos han demostrado que las personas bajo los efectos de la hipnosis están despiertas y mantienen una actividad cerebral constante. Esto desmiente el falso mito de que la hipnosis es muy similar al sueño o lleva a la fase REM, algo que asegura el hipnotista Jeff Toussaint en el programa. Suena a estafa.
Aunque hay una preparación previa para que el paciente esté sugestionado y el ambiente del programa incita a los colaboradores a dejarse llevar por las circunstancias, bajo ningún concepto un hipnotista puede alterar la voluntad del hipnotizado. Algunos ejemplos que se han repetido en televisión son reír sin motivo o repetir una palabra cuando se produce un sonido.
Si en algún momento el sujeto es obligado a hacer algo que no quiere, este abandonará el estado de hipnosis de inmediato. Este ha sido uno de los puntos más polémicos en el programa de Atresmedia, y es que los colaboradores accedían a los deseos de Jeff sin oponer resistencia.
Cuando en 1,2,3 Hipnotízame le preguntaban al famoso en cuestión por lo que había sucedido, siempre contestaba que no recordaba absolutamente nada, y por lo tanto le tenían que pasar unas imágenes que contemplaba con extrañeza. Esto es difícil de creer, ya que el sujeto recuerda lo que ha pasado durante la hipnosis en la gran mayoría de casos (un 98,5%), aunque puede alterar la percepción de su realidad durante el proceso.
Existe la creencia generalizada de que las personas sugestionables, y que por tanto son más fáciles de hipnotizar, son menos inteligentes. No existe una correlación entre sugestionabilidad e inteligencia, y por lo tanto son dos cosas muy diferentes.
Las personas hipnotizadas en televisión no salen de ese estado mental a menos que el hipnotista lo ordene, normalmente con un chasquido o con una palabra concreta. Como ya hemos remarcado antes, el hipnotizado puede salir del estado mental si esa es su voluntad, ya que es plenamente consciente sobre su mente y su cuerpo. Además, es imposible despertar a alguien que ya está despierto, porque hipnosis no es sinónimo de sueño.
Los usuarios en redes sociales ya les han cazado en más de una ocasión. El programa de Antena 3 estaba bajo sospecha por hacer aparecer entre el público a personas que ya habían sido contratadas como actores en otros programas.
En ocasiones, las actuaciones del Monaguillo, Mario Vaquerizo y compañía han sido incluso menos creíbles que el propio programa. La capacidad de Toussaint para controlar a decenas de personas con solo un chasquido estaba sobredimensionada y, en definitiva, el espacio estaba demasiada teatralizado.
En un momento dado, obligaron a El Monaguillo a hacer creer a los espectadores que él mismo estaba inmerso en un encuentro amoroso, entre cuatro paredes de cartón que simulaban una habitación. ¡Y sin techo!
La hipnosis ha demostrado su eficacia (aunque no es un método efectivo al 100%) en el campo de la medicina. Puede ser usada para controlar el dolor, el peso o la adicción a según qué sustancias, siempre que se acompañe de un tratamiento adecuado y siempre que el sujeto sea sugestionable. Sin embargo, es imposible curar con este procedimiento, ya que en la mayoría de los casos se ha demostrado que actúa como efecto placebo. En definitiva, no se trata de una terapia sino de una práctica complementaria.