Hace algunos años que los emos pasaron de moda, pero si aún recuerdas aquél boom de flequillos largos, cuadraditos en blanco y negro y la falsa creencia popular de una generación suicida, te explicamos con todo lujo de detalles en qué consistió aquella boga y por qué ha entrado en decadencia.
Los emos han sido relacionados popularmente con una cierta estética, pero descubriremos que es (o fue) mucho más que la moda de llevar flequillo largo. En primer lugar, podemos establecer dos corrientes muy diferenciadas: el movimiento emo basado en la estética y el género musical derivado del hardcore y el punk.
En primer lugar analizamos el concepto puramente estético, aquél que se relaciona con una forma de vestir y que tuvo más impacto en la cultura popular. Dicha moda también era conocida como scene y se basaba en estos rasgos característicos:
Este es, quizás, el rasgo más distintivo de la estética emo. ¿Quién no recuerda aquellos flequillos imposibles de varios centímetros de largo? Algunos eran auténticas obras de ingeniería y requerían toneladas de laca para mantenerse en su sitio. También se aceptaban mechas de colores.
Uno de los primeros nombres asociados con la estética emo, aunque distando mucho de lo que acabó siendo, fue Justin Pearson, el vocalista de grupos como Retox o Dead Cross.
También había una cierta obsesión por los complementos y las prendas de vestir con cuadraditos, normalmente en blanco, negro y rosa.
Si hay una marca de ropa, y especialmente de zapatillas, que ha acompañado la estética emo a lo largo de su breve historia, esa ha sido Vans. Las zapatillas low-top con suela doble (y en especial las de cuadraditos en blanco y negro) son ya todo un clásico.
No olvidemos que la estética emo tiene un cierto paralelismo con la cultura punk o la música punk hardcore. Por lo tanto, incorpora elementos estéticos como los pantalones skinny o pitillo y las camisetas ajustadas (normalmente merchandising de bandas).
Este movimiento cultural también fue relacionado con una cierta actitud autodestructiva y una visión pesimista de la vida. El suicidio y la depresión era un tema recurrente en ciertos ámbitos o en algunas bandas, aunque muy pocos son los casos de autolesión o suicidios. En este caso, la creencia popular superó la realidad.
En este punto debemos remarcar que el género musical que describimos a continuación no tiene porqué guardar relación con la corriente estética, aunque sí hay una asociación en el caso inverso.
La música emo se caracteriza por un fuerte componente emocional. En su origen, aprovecha las mismas fórmulas del hardcore punk, pero las mezcla con un sonido más lento y melódico. Para lograr mayor emotividad en las canciones, utilizan cambios bruscos de ritmo, gritos agudos (en algunos casos) y crescendos instrumentales. Podemos diferenciar tres fases de la música emo.
A mediados de los años 80 comenzó a surgir un movimiento contracultural en Washington D.C conocido como emo-core, una abreviación de “emotive hardcore”. Dicho movimiento trataba de redirigir toda la rabia y la energía de la música punkhardcore hacia temas más oscuros e introvertidos. Aunque bandas como Fugazi o Minor Threat son el precedente del género, no han querido ser etiquetados como tal.
Ya entrada la década de los 90, la música emo comenzó a diferenciarse del resto. Bajo la filosofía “Do It Yourself” y el influjo del punk hardcore surgieron bandas como Mineral o Sunny Day Real Estate, más pausadas y melódicas. A finales de la misma década, el movimiento dejó de ser underground para convertirse en un fenómeno mundial.
Bien entrado el cambio de siglo, ya no se sabía a ciencia cierta a qué se correspondía el término emo. Muchos lo atribuyeron a la estética que antes hemos descrito, aunque en lo musical muchas bandas con influencias de lo más diversas (punk, metal o incluso pop) fueron etiquetadas en el emo. Algunas de las más importantes son American Football, Thursday, Taking Back Sunday o Into It. Over It.
No obstante, otros grupos más comerciales como My Chemical Romance fueron relacionados con el género musical. Cabe destacar que el significado y la etiqueta de emo se han diluido con el tiempo, y quizás es esa falta de una identidad común la que ha provocado la decadencia de esta tribu urbana.
En la actualidad, es muy poco común ver gente por la calle que lleve una estética emo, y es que las modas pasajeras vienen y van. Lo que queda es la gran cantidad de bandas que surgieron de aquella época y que, afortunadamente, aún siguen en activo. Sea lo que sea el emo, algo bueno salió de todo aquello.