15 poemas de Gloria Fuertes para adultos y pequeños

Os presentamos una selección de poemas de Gloria Fuertes, para adultos y para pequeños, que os descubrirán las virtudes de esta poetisa de posguerra.

Los poemas de Gloria Fuertes tratan temas de la literatura universal como el dolor y el amor, pero cualquiera que se pasee un rato por su obra descubrirá que esta poetisa madrileña destilaba rabia, desencanto e ironía por los cuatro costados. Hacemos un repaso a su poesía para ofrecerte algunos de los versos más sorprendentes.

Gloria Fuertes, versos para todos los públicos

Curiosamente, ese estilo literario de la posguerra española quedó en un segundo plano cuando, a partir de los años 70, pasó a la primera línea mediática por sus colaboraciones en programas infantiles. Siendo así, quizás muchos la recuerden por sus apariciones en espacios de Televisión Española como 'Un globo, dos globos, tres globos'.

Con todo, Gloria Fuertes defendió la igualdad sexual en una época difícil e hizo lo propio en la defensa de la paz y el medio ambiente, como se deja entrever en los versos que exponemos a continuación.

15 grandes poemas de Gloria Fuertes

Hemos querido diferenciar dos partes en la obra de Gloria Fuertes.

10 poemas de Gloria Fuertes para adultos

La primera se centra en los poemas más desgarradores y crueles de la madrileña, aquellos que hablan sobre el dolor, la autocompasión, el hambre o el desamor.

1. En las noches claras

En las noches claras, 

resuelvo el problema de la soledad del ser.

Invito a la luna y con mi sombra somos tres.


No hacen falta demasiados versos para que esta autora te sorprenda. Gloria Fuertes tiene la innegable capacidad de plasmar la soledad en muy pocas palabras.

2. Dediqué mi libro

Dediqué mi libro a una niña de un año,

y le gustó tanto,

que se lo comió.


Hay que leer entre líneas para ver todo lo que la autora nos quiere decir con estas palabras. Aquí pone en relieve el hambre en la posguerra y la precariedad del poeta.

3. Autoeutanasia sentimental

Me quité de en medio

por no estorbar,

por no gritar más versos quejumbrosos.

Me pasé muchos días sin escribir,

sin veros,

sin comer más que llanto.


Uno de los poemas de Gloria Fuertes más duros, dónde se abre en canal a sus lectores.

4. Y no sé por qué

Estoy triste... y no sé por qué;

he bebido amor,

y aún tengo sed.

Estoy sola... y no sé por qué

quisiera saberlo, mas no lo diré...

Estoy sola y no sé por qué,

quisiera besar, y no sé a quién.

Estoy enamorada... y no sé de qué.

Quisiera saberlo... y no puede ser.

Estoy triste y sola... y no sé por qué.


Hemos escogido este fragmento para ejemplificar la sinceridad y crudeza de la autora, una de las señas de identidad de su estilo.

5. Nací para poeta o para muerto

Nací para poeta o para muerto,

escogí lo difícil

—supervivo de todos los naufragios—,

y sigo con mis versos,

vivita y coleando.

Nací para puta o payaso,

escogí lo difícil

—hacer reír a los clientes desahuciados—,

y sigo con mis trucos,

sacando una paloma del refajo.

Nací para nada o soldado,

y escogí lo difícil

—no ser apenas nada en el tablado—,

y sigo entre fusiles y pistolas

sin mancharme las manos.


Un texto casi biográfico que deja entrever la España en la que creció Gloria Fuertes.

6. No hay salida

No hay salida

me estoy acostumbrando a tu saliva.


Uno de los muchos poemas dedicados al amor que nos dejó esta excelente poetisa.

7. Autobiografía

Gloria Fuertes nació en Madrid

a los dos días de edad,

pues fue muy laborioso el parto de mi madre

que si se descuida muere por vivirme.

A los tres años ya sabía leer

y a los seis ya sabía mis labores.

Yo era buena y delgada,

alta y algo enferma.

A los nueve años me pilló un carro

y a los catorce me pilló la guerra;

A los quince se murió mi madre, se fue cuando más falta me hacía.

Aprendí a regatear en las tiendas

y a ir a los pueblos por zanahorias.

Por entonces empecé con los amores,

-no digo nombres-,

gracias a eso, pude sobrellevar

mi juventud de barrio.

Quise ir a la guerra, para pararla,

pero me detuvieron a mitad del camino.

Luego me salió una oficina,

donde trabajo como si fuera tonta,

-pero Dios y el botones saben que no lo soy-.

Escribo por las noches

y voy al campo mucho.

Todos los míos han muerto hace años

y estoy más sola que yo misma.

He publicado versos en todos los calendarios,

escribo en un periódico de niños,

y quiero comprarme a plazos una flor natural

como las que le dan a Pemán algunas veces.

Felicidades Gloria, te queremos.


Nunca encontrarás una biografía de Gloria Fuertes más sincera y certera. Así quiso ser recordada y así la recordaremos.

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8. La pobre

Soy tan pobre tan pobre,

que no tengo ni madre.

Soy tan pobre tan pobre,

que no tengo ni nadie.

Que no tengo ni abrigo

que llevarme a los hombros.

No tengo ni belleza

que llevarme a los hombres.

Soy tan pobre tan pobre,

que no tengo ni labios

que llevarme a la boca.

¿Tenéis una mirada de ternura?

¿Os sobra algo de vino en la copa?

¡Un poquito de pez, que tengo hambre..!

Aunque sólo sea una mirada,

soy tan pobre, tan pobre,

que no tengo una sábana blanca...

pero si no la tengo no te vayas.

No tengo un hombro donde llorar a gusto.

No tengo un hombre donde zurcir palabras.

Unas manos, por caridad,

para las mías largas,

que tengo a mi corazón enfermo

y no tengo que darle una cucharada.


La bebida, la soledad o el llanto son constantes en su obra.

9. Aunque no nos muriéramos al morirnos

Aunque no nos muriéramos al morirnos,

le va bien a ese trance la palabra: Muerte.

Muerte es que no nos miren los que amamos,

muerte es quedarse solo,

mudo y quieto

y no poder gritar que sigues vivo.


Otra muestra de la crudeza en sus poemas. Sus versos han conmovido a millones de lectores en todo el mundo.

10. Somos tan...

Somos tan... crueles

que prefieres estar unas horas con quien quieres

que toda una vida con quien te quiere,

- o al revés -.


A pesar del pesimismo que se desprende de estos versos, los españoles conocieron la cara más afable de la poetisa.

5 poemas de Gloria Fuertes para niños

La otra mitad de la obra de Gloria Fuertes está dedicada a infundir el amor por la poesía a los pequeños. Y qué mejor manera que con estos poemas.

1. Cómo se dibuja a un niño

Para dibujar un niño

hay que hacerlo con cariño.

Pintarle mucho flequillo,

—que esté comiendo un barquillo—;

muchas pecas en la cara

que se note que es un pillo;

—pillo rima con flequillo

y quiere decir travieso—.

Continuemos el dibujo:

redonda cara de queso.

Como es un niño de moda,

bebe jarabe con soda.

Lleva pantalón vaquero

con un hermoso agujero;

camiseta americana

y una gorrita de pana.

Las botas de futbolista

—porque chutando es artista—.

Se ríe continuamente,

porque es muy inteligente.

Debajo del brazo un cuento

por eso está tan contento.


Este sencillo poema de Gloria Fuertes es toda una lección de poesía para los más pequeños.

2. Mi cara

En mi cara redondita

tengo ojos y nariz,

y también una boquita

para hablar y para reír.

  

Con mis ojos veo todo,

con la nariz hago achís,

con mi boca como como

palomitas de maíz.


Hay poemas ideales para que un niño descubra que la literatura también puede ser entretenida.

3. Los juguetes son para jugar

Los juguetes son para jugar (de verdad)

No para Jugar a Matar (de mentira)

Las pistolas (ni de agua)

El revolver (ni de broma)

La escopeta (ni tocarla)

Los juguetes para todo

Y las armas para nada.


La madrileña se hartó de las miserias de la posguerra e  hizo siempre gala de su pacifismo.

4. La pata mete la pata

La pata desplumada, cua, cua, cua, 

como es patosa, cua, cua, cua, 

ha metido la pata, cua, cua, cua, 

en una poza. ¡Grua!, ¡grua!, ¡grua!

En la poza había un cerdito vivito y guarreando, 

con el barro de la poza, el cerdito jugando.

El cerdito le dijo: saca la pata, pata hermosa. 

Y la pata patera le dio una rosa.

Por la granja pasean comiendo higos. 

¡El cerdito y la pata se han hecho amigos!


Un conocido poema que bien podría ser una canción de cuna.

5. Doña Pitu Piturra

Doña Pito Piturra tiene unos guantes; 

Doña Pito Piturra, muy elegantes.

Doña Pito Piturra tiene un sombrero; 

Doña Pito Piturra, con un plumero. 

Dona Pito Piturra tiene un zapato; 

Doña Pito Piturra, le vino ancho. 

Dona Pito Piturra tiene unos guantes; 

Doña Pito Piturra, le están muy grandes. 


Terminamos esta selección con un célebre poema de Gloria Fuertes que muchos recordarán, quizás de su infancia.

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