A continuación te presentamos una lista de frases del Papa Francisco que cambiaron la Iglesia. Desde que fuera elegido en el cónclave de 2013, este ha mantenido un discurso de proximidad a los pobres y austeridad de la iglesia, no exento de polémica: algunos le consideran un farsante, otros creen que va demasiado lejos.
Sin embargo es indiscutible que su doctrina progresista ha dado un viraje ideológico en el corazón del Vaticano, y sus frases célebres lo atestiguan.
Jorge Mario Bergoglio irrumpió en la cúspide de la iglesia católica en 2013 generando sorpresa por varios motivos: además de ser el primer Papa americano de la historia, llevaba consigo un código ético que rompía con el conservadurismo que habían marcado durante décadas los mandatos de Juan Pablo II y el Benedicto XVI.
No en vano escogió el nombre papal Francisco, remitiendo a Francisco de Asís y su predicación de la pobreza, pues en su discurso y en su forma de hacer siempre pone el énfasis en la necesidad de actuar como Jesucristo, siendo ejemplo de austeridad y acercándose a los pobres en todos los sentidos.
Durante su mandato, aún en vigor, el Papa Francisco defiende un concepto abierto e inclusivo de la iglesia católica, con una mentalidad progresista por lo que se refiere al papel de la mujer, la visión de la homosexualidad o el diálogo interreligioso, por bien que sigue condenando el matrimonio gay, el aborto y los métodos anticonceptivos.
Su mayor desafío ha sido la gestión de los escándalos de pederastia que sigue saltando a la luz periódicamente. Y aunque mucho discuten el verdadero cambio en las prácticas de la iglesia, sus frases sí muestran un gran viraje ideológico de la Santa Sede.
Jorge Mario Bergoglio nació en 1936 en el barrio argentino de Flores, hijo de un empleado del ferrocarril y un ama de casa, ambos con profundas convicciones católicas. En su juventud se graduó como técnico químico y trabajó realizando análisis bromatológicos para la higiene de los productos.
Su carrera religiosa empieza con 21 años cuando decidió convertirse en sacerdote bajo la orden de los jesuitas. Desde joven mostró interés por la política al integrarse en la Guardia de Hierro de la Resistencia Peronista.
También durante esos años fue muy influenciado por las enseñanzas de Juan Carlos Scannone, fundador de la Teología de la Liberación, que predicaba la función social de la iglesia y su acercamiento a la pobreza. Ya ordenado como sacerdote, fue nombrado provincial jesuita hasta 1979.
En 1992 fue ordenado obispo, y al fallecer el arzobispo de Buenos Aires en 1998 ocupó su cargo. En 2001 subió un peldaño más, pues Juan Pablo II lo ordenó cardenal. Durante esos años ostentó también la presidencia de la Conferencia Episcopal Argentina, enfrentándose al gobierno de Ernesto i Cristina Kirschner por el matrimonio homosexual.
Su conservadurismo doctrinal se mezclaba con un sentido de la justicia social y una austeridad que le merecieron el nombre de “Obispo de los Pobres”.
El 13 de marzo de 2013 Jorge Bergoglio fue escogido sucesor del papa Benedicto XVI, que había protagonizado un mandato especialmente duro, cerrado y conservador. Además de ser el primer papa americano y el primero de la orden de los jesuitas, empezó a romper esquemas con su doctrina progresista.
Una de las características del mandato del papa Francisco es su activa relación con los medios, pues concede numerosas entrevistas en las que explica su pensamiento y su opinión sobre temas muy variados.
De ahí que haya numerosas frases que ayudan a entender el cambio en la iglesia que ha introducido el Papa Francisco.
Perteneciente a la orden de los jesuitas, Francisco tomó sin embargo como nombre papal el del fundador de la orden de los franciscanos, y ha propugnado a través de su mensaje un acercamiento de la Iglesia a los pobres.
En una entrevista, el Papa Francisco explicó de esta manera su elección del nombre papal basándose en la figura del fundador de la orden de los franciscanos, Francisco de Asís, que predicó que la iglesia tenía que vivir como Jesucristo.
Una de las primeras decisiones del pontífice fue vivir en un apartamento lejos del lujo y rechazar los mayordomos.
Llama también a la comprensión del delincuente intentando analizar las raíces del mal en vez de apartarlos del rebaño.
El Papa quiere romper así con la imagen que tradicionalmente relaciona la Iglesia católica y el Vaticano con el lujo y el poder.
Durante estos años ha desarrollado la doctrina social de la Iglesia y su acercamiento a los pobres como los principales protegidos de la institución. La palabra “liberación” tiene aquí un significado muy profundo y rompedor.
En muchos de sus discursos ha incluido feroces críticas a un sistema que considera injusto por la mala distribución de los bienes y la riqueza. Sus reflexiones sobre el orden social remiten a la Teología de la Liberación.
La contraposición de la alegría es la tristeza, cuyas raíces se encuentran según el Papa en el capitalismo y la sociedad de consumo.
En esta frase resume su concepción de la sociedad moderna, que se ha ido separando de las necesidades espirituales para hundirse en la miseria material.
De nuevo aquí hace un ataque al sistema capitalista como fuente de injusticia y sufrimiento, muy en la línea del discurso de la teología de la liberación.
Ha acompañado sus palabras de algunos gestos simbólicos como el lavado de pies de algunos prelados o el acercamiento a enfermos y pobres.
Rompe así la imagen de connivencia del papado con el poder político y financiero, y les exhorta a trabajar por crear empleo y condiciones dignas de vida.
Muchos lo consideran el Papa de la juventud, porque ha intentado rejuvenecer el espíritu y la imagen de la Iglesia ofreciendo un mensaje de optimismo y alegría.
El Papa Francisco se ha acercado al público más joven para dar una imagen más dinámica, más cercana, y de plena renovación tanto espiritual como real.
Junto a todas esas cuestiones que pretenden ir abriendo la Iglesia, el Papa Francisco ha querido ofrecer un mensaje de esperanza para la humanidad.
Vincula la renuncia a lo material y a la riqueza con el amor y sustenta toda su doctrina de justicia social y generosidad al concepto del amor como prioritario.
El concepto de la alegría ha sido desde el principio de su mandato un elemento crucial para revitalizar la iglesia, rejuvenecerla y dotarla de más dinamismo.
Ha sido una obsesión del Papa Francisco extender la popularidad de la iglesia entre una población cada vez más alejada de la religión, y para ello ha querido modernizar, rejuvenecer y dinamizar su imagen.
Aquí vemos una expresión que resume todo el pensamiento de este Papa: lejos del dogmatismo de poner etiquetas, hay que trabajar cada día para ser un mejor católico.
Aunque las estructuras de la jerarquía eclesiástica siguen intactas, el Papa Francisco ha ido introduciendo la idea de la necesidad de la reforma de la Iglesia, haciendo hincapié sobre todo en el cambio de las homilías.
El Papa Francisco ha insistido a menudo en una organización más horizontal de la Iglesia que dé prioridad a su función evangelizadora alrededor del mundo.
Ha hecho mucho hincapié en hacer la homilía más atractiva para recuperar el público perdido. Ha mandado hacer homilías más cortas y orientadas a los problemas reales.
Según él, mucha gente se ha alejado de la Iglesia porque en los últimos años esta se ha dedicado solo a aleccionar y hablar desde el púlpito sin escuchar las necesidades de la gente.
En ese intento de acercar la Iglesia al pueblo, ha puesto el acento en acomodar el propio discurso a las necesidades de los fieles.
El Papa ha reflexionado también sobre el papel de la mujer en la sociedad y en las estructuras de la Iglesia católica.
Aunque algunos lo consideran pura fraseología vacía, no cabe duda que el Papa Francisco ha colocado la mujer en otra posición en el ideario eclesiástico.
Aún no ha encontrado la fórmula de cambiar esta situación, pero la sola proclama de la necesidad de extender el papel de la mujer en la Iglesia ha hecho temblar los cimientos de la misma.
Un tema tabú para la Iglesia católica no ha amedrentado tampoco a Jorge Bergoglio, que ha reflexionado sobre la aceptación de los homosexuales en el seno del cristianismo.
Pronunció esta frase al principio de su mandato y se ha convertido en una de sus citas más célebres. Aunque aún queda un largo camino para el reconocimiento de derechos homosexuales como el matrimonio, esta frase suponía un salto de gigante en la Iglesia católica.
Y añadió: “No solo a los homosexuales, sino también a los pobres, a las mujeres explotadas, a los niños explotados por su mano de obra, tienes que pedir perdón por haber bendecido muchas armas”. Poco hay que añadir.
Tampoco ha podido quedarse al margen de los reiterados casos de abusos sexuales por parte de representantes de la Iglesia a niños y niñas menores de edad.
Expresaba así su preocupación por la proliferación de casos de pederastia en la Iglesia, y aseguraba que por mucho que quieran curarse vuelven a recaer.
Aún no ha despenalizado moralmente el aborto en la comunidad católica, pero ha dado algunos pasos para reconocer algunas excepciones.
Nótese que sigue considerando aquí el aborto como un pecado, pero da un paso más al conceder el perdón entendiendo que hay algunas razones que lo justifican.
Lo dijo después de que se dieran los primeros casos del virus zika y trató de ser comprensivo con las mujeres que abortaban para evitar el virus. Marca una distancia con la doctrina más conservadora de la Iglesia que no contempla excepciones.
Durante su mandato se ha producido la ofensiva del yihadismo islamista, que ha convertido en una razón más para promover la paz a través del diálogo interreligioso.
El mensaje del Papa Francisco ha sido claro y ha impactado en la polémica de los refugiados que ha sacudido Europa en los últimos años.
Ante la oleada de atentados yihadistas en Europa, el pontífice llamó a una mejor comprensión de la comunidad islámica y llamó al Corán una religión de paz.
Durante su mandato, además, ha reforzado el encuentro con líderes de otras creencias religiosas, extendiendo el mensaje de la comprensión y el diálogo entre religiones.
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