Las frases de Stephen Hawking son siempre una fuente de iluminación acerca de la inmensidad del universo y cuestiones tan resbaladizas como la existencia de Dios. El genio astrofísico que contribuyó a numerosos descubrimientos, fue también conocido por estimular el debate intelectual e invitar a la reflexión existencial. Aunque nos dejó en marzo de este mismo año, Stephen Hawking nos deja su obra y su pensamiento, que intentamos resumir en las siguientes frases sobre Dios y el universo.
Medio centenar de frases llenas de ingenio y con carga de profundidad para que pienses y reflexiones.
Stephen Hawking siempre dejó la puerta abierta a la existencia de Dios, aunque de ser así la consideraba del todo innecesaria.
Para él, esto sería sinónimo de haber entrado en la mente de Dios.
“No sólo Dios juega con los dados, sino que a veces nos confunde arrojándolos donde no podemos verlos”, sugería el genio hablando de los agujeros negros.
De forma irónica Hawking considera que la ciencia es más atractiva que la religión, porque el reto de los descubrimientos es más interesante que el inmovilismo de los dogmas.
Qué fue antes, el huevo o la gallina. Hawking nos pone en la encrucijada trascendental.
La creación de Dios es un abstracto pero no resuelve ninguna de las cuestiones que la ciencia ha demostrado poder resolver.
El astrofísico británico creía que la teoría de la gravedad demuestra que el universo se creó a partir de la nada.
Aunque de forma irónica siempre intentó estimular la idea de su existencia, frases como estas ponen de manifiesta su escepticismo.
Para él, Dios son las leyes de la física, y no alguien con quién podemos tener una relación personal.
Fue una cuestión recurrente en su pensamiento: cuestionar el origen del universo proyectando la cuestión a lo que había anteriormente.
El genio de Cambridge dijo en una ocasión que su meta en la vida había sido conocer el universo, y no ser famoso. A eso dedicó todos sus esfuerzos.
Stephen Hawking consideraba que con la cantidad de planetas y estrellas que conocemos es poco probable que seamos la única forma de vida inteligente que existe en el universo.
Sugerente frase sobre el universo en la que invita a pensarlo como un caos desordenado.
Reflexión de carácter filosófico en la que invitaba a levantar la mirada hacia las estrellas y cuestionarnos sobre la propia existencia.
Stephen Hawking fue un revolucionario porque no veía en los agujeros negros las cárceles eternas, sino puertas que comunicaban varias dimensiones entre sí.
Para Stephen Hawking el universo siempre tuvo esa dimensión inabastable, inmensa y apasionante.
Un mensaje de esperanza acerca de las posibilidades de la humanidad en el futuro.
Sobre la inmensidad del universo, que sugiere que nunca podremos llegar a conocerlo del todo. Una invitación a la humildad del hombre.
Para Stephen Hawking el universo es algo inmenso que escapa a nuestras posibilidades. Esta frase sobre el universo nos invita a reconocer nuestra pequeñez.
Habló en varias ocasiones del pasado del universo, y a su vez de lo lejos que estamos aún de comprenderlo.
A pesar de ser consciente de su inmensidad, lo consideraba un espacio cognoscible y, como tal, animaba a su estudio para su comprensión.
Hablaba así de la capacidad de destrucción del hombre sobre la Tierra, que urgía a encontrar un nuevo hogar fuera del planeta.
Los describía como agujeros muy brillantes que desprendían un enorme calor. “Cuanto más pequeños son, más brillan”, decía.
Pocos científicos como él se atrevieron a hablar de forma tan abierta acerca de temas tabú como la existencia de vida inteligente fuera de la Tierra.
Pero nunca encontraremos mejores condiciones para la vida que en la Tierra, sugería. Siempre invitó a superar los límites mentales del aquí y el ahora.
Para él, el encuentro con los alienígenas sería un desastre, y recordaba la tragedia del encuentro de razas en diferente estadio de desarrollo en la Tierra misma.
La inferioridad de nuestro desarrollo sería fatal ante una invasión alienígena, dijo en 2010 este científico.
De las frases sobre extraterrestres esta es la más intrigante. Antes de morir dijo estar más seguro que nunca de que no estamos solos.
Así de inferior veía a la raza humana frente a esa supuesta civilización extraterrestre.
Él pensaba que si los extraterrestres quieren visitarnos lo harán de una forma más obvia.
A nuestra imagen y semejanza, ironizaba. Así describía nuestra forma de destruirnos a nosotros mismos.
Stephen Hawking sufría una enfermedad degenerativa, el ELA, que nunca fue para él un impedimento. Pero junto a su conocimiento del universo estimuló sus reflexiones sobre la vida y la muerte.
Frase filosófica sobre el sentido de la vida, que invita al realismo y al optimismo como dos caras de una misma moneda.
Siempre demostró su gran apego a la vida, insistiendo en que antes de abandonar este mundo tenía muchas cosas por hacer.
Creía que en esta vida hay que fijarse unos objetivos y perseguir los propios sueños.
Veía la existencia como una aventura apasionante que creamos nosotros mismos: apuesta por la capacidad de decisión.
En más de una ocasión dejó clara su idea de que todo tienes un principio y un fin.
Con esa mezcla de ironía y cruda realidad definía lo pequeños que somos en el universo.
Con esta paradoja reveló su genio filosófico, su exacta comprensión de la vida humana.
Creía que la vida era algo finito, y que no había nada más allá de eso. Una invitación a exprimir la vida en cada uno de sus instantes.
Otra de las frases célebres de Stephen Hawking acerca de que todo tiene un tiempo determinada y nada es eterno.
Invita a reflexionar sobre la dimensión del universo y nuestra humilde posición en él.
Parece una frase de un libro de autoayuda, pero toma más peso cuando quien la pronuncia es un científico de la talla de Stephen Hawking. Toda una lección de vida.
Como científico, el astrofísico británico fue siempre muy crítico con la destrucción del planeta y de nuestro entorno, y dejó importantes frases sobre el futuro.
Stephen Hawking hizo una serie de predicciones fatalistas entre las que se encontraba esta: que las nuevas máquinas acabarían con el ser humano.
Siempre tuvo en discurso de alerta y prevención de los efectos destructivos de nuestra acción diaria.
El ser humano tiene la extraña habilidad para crear las propias causas de su destrucción.
Invita a relativizar los efectos de un ataque terrorista ante las grandes amenazas de la humanidad, que son creadas por nosotros mismos.
Sobre la veloz e imparable capacidad de destrucción del ser humano.
Así de catastrofista lo planteaba este científico, teniendo en cuenta que en toda la historia de la humanidad mil años no son nada.
Con esa ironía Stephen Hakwing se sumaba a la crítica por la destrucción del planeta que tiene como consecuencia inmediata el cambio climático.
La constatación de la nueva forma de comunicarnos en el mundo actual.
Las tres causas son creadas por el hombre.
Alertaba del peligro de acabar como ese astro, con una temperatura de más de 250 grados y lluvia de ácido sulfúrico.
Y esta salvación reside en la creación de colonias humanas independientes en otros planetas.