Las frases de Pablo Neruda sobre el amor que rescatamos aquí son la esencia de su obra, que enmarcada desde 1950 en el realismo socialista tuvo, sin embargo, como eje central, el amor como salvación.
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El compromiso político con el comunismo marcó una faceta de la vida de Pablo Neruda (1904-1973), pero su obra poética estuvo siempre marcada por el enaltecimiento del amor como motor de la vida. Su estilo poético estuvo marcado por el uso sencillo del lenguaje en metáforas y antítesis efectistas en los que se funden la mujer, la naturaleza y el tiempo.
De hecho, uno de los temas favoritos de Pablo Neruda siempre fue el olvido, la nostalgia, la ausencia y la pérdida, pero supo vaciar esos temas de tristeza y llenarlos de belleza y esperanza. Sus poemas suelen ser un juego de espejos en el que se confrontan la vida y la muerte, el amor y el olvido, el recuerdo y la esperanza.
Sus poemas románticos han enamorado generación tras generación, y su libro Veinte poemas de amor y una canción desesperada sigue siendo el poemario de amor más popular.
Te ofrecemos una selección de los mejores versos de Neruda sobre el amor, las mejores metáforas del que Gabriel García Márquez dijo que es el mejor poeta del siglo XX.
Una de sus frases más conocidas, la que mejor resume su concepción del amor: el único antídoto contra el pesimismo vital.
De su poesía de juventud brotaron los versos más románticos, como este recogido en su primera obra Crepusculario.
La antítesis era una de las figuras literarias preferidas de Neruda, y en este verso lo plasmó para expresar el dolor de la ausencia.
Así imaginaba el poeta a su “bella desnuda” en una de sus metáforas habituales.
Una frase de Pablo Neruda que habla del sentimiento humanista que embargaba el alma del poeta.
Uno de los poemas más románticos de Veinte poemas de amor y una canción desesperada en la que Neruda funde los dos amantes en un solo cuerpo.
“...Qué soledad errante hasta tu compañía!”, concluía el verso. Neruda convertía en belleza incluso el sufrimiento.
Una descripción alegórica y poética de las fases del amor ligadas a las fases de la vida.
De nuevo utiliza la antítesis, esta vez para expresar las contradicciones del amor.
Aquí el poeta nos invita a entregarnos en cuerpo y alma a la maravillosa aventura del amor.
Con los años se ha convertido en un eslogan de la lucha contra todas las adversidades y contra la represión. Un ejemplo de su compromiso político.
“...Te amo porque no se amar de otra manera”, dice otra de las citas de Pablo Neruda, recorriendo a lugares comunes y aparentemente sencillos con esa altura poética.
Con esta fuerza describe el poeta chileno la imagen metafórica de la amada ante el día que sucumbe, la figura del amor en el crepúsculo de fuego, la lucha entre la vida y la muerte.
El poeta recuerda a su amada el pasado otoño. Neruda se sentía cómodo en esa melancolía del amor y la ausencia, del recuerdo y el olvido.
En la poesía de Neruda la mujer y el amor se mezclan con el cosmos y la naturaleza, como lo reflejan estos versos de Veinte poemas de amor y una canción desesperada.
De nuevo la naturaleza está presente en una metáfora del amor incondicional que deja el poeta a merced de su amada.
Así hablaba de lo maravilloso que es el amor correspondido, y del poder del amor sobre el corazón de los seres humanos.
Aquí aparecen dos elementos que para Neruda estaban unidos a lo más íntimo del amor: el agua y los besos.
Pocos poetas como Pablo Neruda supieron expresar mejor y tan sencillo el dolor de la ausencia, la pérdida del amor.
Esta frase de Neruda forma de expresar, en la Canción desesperada, el poder salvador del amor.
“Cómo sabría amarte, mujer”, dice Neruda en este poema, en el que quiere decirnos que su amor no tiene fin.
El poeta expresa aquí el amor como el elemento que sacia la necesidad, a través de la metáfora de la sed y el hambre.
Y escribió los más hermosos: “La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos”.
En este soneto Pablo Neruda hace una exhibición de su talento describiendo con belleza el amor ante la muerte.
Una pregunta retórica que invita al compromiso del amor, que deja entrever que el sufrimiento del amor es mejor que no sentir nada.
De un sentimiento apesadumbrado como la melancolía Neruda nos saca de la tristeza y nos aporta esperanza con la metáfora de la mariposa.
Siempre se mostró así de vital, empeñado en vivir de forma extrema los placeres de la vida aun a riesgo de caer en la locura.
Aquí el poeta ama desde lo más profundo del alma, jugando con el amor oculto y secreto.
Pablo Neruda estaba muy influenciado por el amor, pues vivió en Valparaíso y pasó muchas noches como un poeta contemplando el mar y el cielo estrellado.
También la noche, y la oscuridad, tenían para él un efecto poderoso sobre el amor como expresión de lo íntimo.
Neruda encontró el amor no solo en el mar y las estrellas, sino también de forma explícita en el cuerpo de la mujer, y sus poemas estaban llenos de descripciones físicas.
Otra descripción física de la amada, en este caso poniendo en valor su voz, que también era un recurso frecuente en sus versos.
Uno de los recursos frecuentes en su poesía era presentarse de forma humilde ante su amada, en este caso poniendo de relieve sus defectos propios.
Una metáfora romántica de la separación de los amantes: aunque el cuerpo viaje en la distancia, el alma permanece junto al amor.
Sobre la dimensión del amor que sobrepasa nuestra existencia, y la nostalgia de buscarlo en un pasado que ya no volverá.
Extraído de uno de los Cien sonetos de amor, hace una hipérbole donde da a entender que el amor lo es todo.
Una vez más evoca el amor del pasado, que es más fuerte que el desamor del presente.
Esta se ha convertido en una de las frases del poeta favoritas de los románticos.
Esta vez Neruda recurre a la metáfora para indicar de forma indirecta que los amantes se han convertido en una sola persona.
...hasta que mis huesos se vuelvan cenizas, y mi corazón deje de latir.
Así veía Neruda el mundo: el azul del mar, el rosa del amor.
Detrás de su poesía y de sus escritos, había también un poderoso mensaje filosófico lleno de optimismo y vitalidad.
Neruda nos enseña a aceptar nuestras circunstancias como un reto para superar las adversidades.
Una lección de vida, en la que el poeta chileno nos recuerda que lo que ocurre es la consecuencia de nuestros actos, y no tenemos que poner excusas.
La vida es un regalo maravilloso, nos decía Neruda, y hay que exprimirla al máximo. Viajar, leer y escuchar música son formas de aprovecharla.
Una reivindicación de su pensamiento contra lo material, partidario de la búsqueda de lo espiritual.
Pablo Neruda siempre fue un exportador de felicidad, una persona optimista con mensajes llenos de vitalidad.
Con esta ironía Pablo Neruda, el poeta del amor, se declaraba enamorado de la vida.
Toda una filosofía del arte y la vida: Neruda cree que la alegría es el absoluto, mientras que el dolor es un medio del que nace la poesía como expresión.
Una reivindicación de la vitalidad que construye un ser extrovertido, contra las limitaciones de la timidez.
Un cuestionamiento de la justicia burguesa al servicio de los poderosos.
La sabiduría está en la sencillez, la humildad, la discreción y la austeridad.
El motor que nos hace vivir es la fuerza de voluntad y el propósito de no rendirse nunca.
Es un canto a la amistad eterna, a la lealtad incondicional, y al valor de esa amistad para continuar adelante en la vida.
Reflexiona sobre el sentido de la poesía, que aunque esté escrita desde el alma tiene que tener un propósito concreto, terrenal. Una función.
Explica la concepción que Neruda tiene del ser humano, como productor de su propio destino, y no al revés. Una visión antropocéntrica.
Una frase sobre el paso inexorable del tiempo y cómo transforma a los seres humanos. De nuevo, la melancolía invade a Neruda.
Más que un verso de Neruda parece un proverbio, lo cual indica la sabiduría del maestro. En este caso nos advierte del peligro de precipitarnos.
Un manifiesto político, un compromiso con la conquista del socialismo por la igualdad y la justicia.
Así explicaba su proyecto político, que se basaba en el trabajo colectivo y no en las individualidades.
Colaborador íntimo y gran amigo de Salvador Allende, cargado de utopía, Neruda creía que esas eran las armas más poderosas para destruir al enemigo.