¿Qué haríamos sin esta bendita bebida? El café nos da la vida por las mañanas o nos permiten disfrutar de un agradable momento de relax. Existen muchos tipos de café según su preparación e infinidad de variedades si hablamos del método de cultivo. Hoy en día, preparar un buen café está al alcance de cualquiera, no te conformes siempre con tomarlo solo.
Os presentamos los tipos de café que existen según se preparación, pequeños placeres que nos trasladan los sentidos.
Este tipo de café debe su nombre a las cafeteras espresso que se utilizan para su elaboración. Podríamos decir que el espresso es el café en su más pura esencia, un negro fuerte que crea una fina capa marrón dorado. Existen diferentes subcategorías según el agua que se añade.
El café en toda su sencillez, para los más puristas. Se extraen 30 mililitros de bebida a partir de 7 gramos de café. Los más detallistas afirman que el agua tiene que estar, exactamente, a 88 grados centígrados. Ni una más y ni uno menos.
El que lleva menos cantidad de agua (15 mililitros por 7,5 gramos de café) y por lo tanto tiene un sabor más concentrado. Los italianos suelen decir “poco ma buono”, que se traduce como “poco pero bueno”. Muy popular dentro de los tipos de café expreso.
A medio camino entre el simple y el doble. Obtenemos unos 40 mililitros de bebida de 7,5 gramos de café. Su sabor no es tan intenso, pero es ideal si el corto o simple te sabe a poco.
Si quieres que el placer nunca acabé, el doppio es lo tuyo. Como su nombre indica, es el doble de un espresso simple, por lo tanto se extraen 60 mililitros de bebida por 7 granos de café.
Muchos aseguran que su nombre se debe a que los americanos no digerían bien los tipos de café italianos, por lo que desarrollaron su propio método de preparación. En este caso, se añade el café molido a una taza de agua caliente (o a cualquier recipiente que nos venga bien). El resultado es un preparado más diluido y digerible.
Empezamos ahora con los tipos de café que incluyen leche en su preparación, y el más popular es el café con leche. En este caso, la proporción de leche es exactamente igual a la de café. Se puede utilizar cualquier tipo de café, no solo espresso.
Se diferencia del café con leche en la proporción. Para elaborar un buen latte, hay que añadir tres cuartas partes de leche vaporizada. Normalmente se utiliza una máquina de epresso y una válvula de aire para calentar la leche.
Hay que tener cuidado de no pasarnos con la temperatura. ¿Cuántas veces nos han servido en el bar un café más caliente que las puertas del infierno?
Uno de los cafés más fáciles en su preparación es el macchiato, conocido en algunos países como café cortado. Se trata de un espresso simple mezclado con 15 mililitros de leche, aunque las cantidades no suelen ser exactas. Algunos lo preparan con leche espumada o crema de leche e incluso añaden unas gotas de vainilla.
A una taza de leche caliente se le añade un chorro de café. La macchia es el pequeño sombrero de espumo que queda en la parte superior y que se puede decorar de distintas maneras, esparciendo sirope de chocolate, caramelo o espolvoreando cacao.
Muchos aseguran que el café pierde toda su esencia cuando se mezcla con otros ingredientes, que nos impiden captar el aroma de cada variedad. Al resto de mortales, que no somos catedráticos del café, no nos importa degustar un buen café bombón, en el que se sustituye la leche evaporada por la condensada.
Es importante verter primero la leche condensada y luego el café, para que queden dos capas diferenciadas, con texturas y sabor diferente.
Este tipo de café es muy popular, aunque en la mayoría de ocasiones se elabora de forma errónea. En su preparación se utilizan 150 mililitros compuestos de café, leche caliente y espuma de leche a partes iguales.
El capuccino también se caracteriza por una espuma muy espesa. Para ello, es necesario encender la salida de vapor hasta los 65 grados, cuando se empieza a formar un remolino en la parte superior. La mácula resultante se suele espolvorear con cacao o canela.
Si eres amante del café pero también sientes devoción por el chocolate, puedes fundirte de placer con un buen mocachino. Todo lo que debemos hacer es prepara un capuccino y añadir dos cucharadas pequeñasde chocolate, ya sea en jarabe, sirope o cacao.
Si te apetece algo refrescante pero quieres seguir tomando café, recuerda que hay muchas variedades que se pueden mezclar con hielo y quedan estupendas. La cadena Starbucks es experta en elaborar tipos de café helado como el frapuccino que, pese a ser una marca registrada, ya figura en algunas listas de métodos de elaboración. Las posibilidades son infinitas.