En torno a la capital de España, en medio de la naturaleza y cargados de historia, se encuentran los pueblos de Madrid con más encanto. Son ideales para una escapada en pareja o en familia, pues además de un goce para los amantes de la arquitectura y la historia, es una ocasión para hacer senderismo, ir en bici, montar a caballo o disfrutar de la gastronomía local.
Fuera de la capital, la Comunidad de Madrid atesora rincones rurales y familiares, históricos y mágicos, ideales para perderse un fin de semana. En los pueblos más bonitos de Madrid que te enumeramos a continuación encontrarás recintos amurallados, monumentos históricos y paisajes naturales de primera que no te puedes perder.
A 75 kilómetros al norte de la capital, en la Sierra, encontramos una auténtica joya que encierra dentro de un recinto amurallado en un entorno natural uno de los pueblos de Madrid con más encanto. Es Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural.
Conserva intactas las murallas defensivas de piedra que se alzan sobre el río Lozoya. El visitante que se adentra en el pueblo, de unos 1.800 habitantes, se encuentra maravillas como la Iglesia de Santa María, la Torre del Reloj y un castillo gótico-mudéjar del siglo XV.
Por si faltara poco, el pueblo alberga el Museo Picasso, con unas 60 obras del artista. La sensación del visitante es de encontrarse en un rincón medieval, y por eso no faltan las recreaciones históricas que dan más encanto al lugar. Como complemento, el entorno de la Sierra brinda la posibilidad de excursiones en bici, a caballo o senderismo.
Piragïsmo, rutas naturales en bici, a caballo, a pie, y una sugerente oferta cultural hacen de Aranjuez un enclave obligado para visitar en Madrid. No en vano Felipe II escogió este paraje para veranear: flanqueado por el río Tajo y el Jarama ofrece un marco natural privilegiado donde llenar los pulmones de oxígeno y resetear la mente.
Los reyes que sucedieron a Felipe II mantuvieron Aranjuez como residencia estival, incorporando nuevos estilos arquitectónicos de la época que lo convierten en un lugar muy atractivo para los amantes de la arquitectura y la historia.
Paseando por Aranjuez podemos visitar el Palacio Real y los Jardines, la Real Iglesia de San Antonio y la Iglesia de la Virgen de las Angustias, el Cortijo de San Isidro y la plaza de toros Bicentenaria. Además, es una zona con una cultura agrícola y silvestre muy potente, largas extensiones de huertas fértiles y con una arraigada tradición musical.
Existen dos Patones, pero es muy recomendable, una vez se llega a Patones de Abajo, al noroeste de la Comunidad de Madrid, coger la carretera que lleva a Patones de Arriba, donde descansa a los pies de una loma un pequeño pueblo de casas de pizarra.
Por estar sus casas construidas de este mineral, forma parte de un entorno de pueblos bonitos de Madrid y Guadalajara llamados lugares “de Arquitectura Negra”. Se trata de un pueblo muy antiguo con una gran presencia de restos arqueológicos del Paleolítico, como las cuevas del Reguerillo. Todo el conjunto lo convierte en uno de los pueblos con más encanto de toda la Comunidad de Madrid, y uno de los favoritos de los viajeros que se encuentran en la capital.
Puesto que se ha convertido en un centro turístico de primer orden (es el lugar con más puestos hosteleros por vivienda de toda España) es recomendable ir entre semana, o arriesgarse a quedar, en fin de semana, atrapado en un avispero de turistas.
El lugar más visitado del entorno de Madrid forma del conjunto de municipios que entran en la categoría de pueblo real. La joya de la corona (nunca mejor dicho) es el monasterio de El Escorial, un edificio imponente enclavado en un entorno natural que te absorbe.
Dentro de sus paredes se encierra buena parte de la historia de España. Sin ir más lejos, en la Cripta Real descansan los reyes más importantes del imperio, pero además el monasterio contiene pinturas, esculturas, figuras litúrgicas pergaminos y demás reliquias que lo convierten en un museo.
Por eso, una visita a este pueblo requiere tiempo y paciencia.
Y cuando se acaba la visita, es muy recomendable pasear por las calles del pueblo, llena de vida y gastronomía, o escaparse a los parajes naturales que rodean el lugar, entre los cuales destaca La Herrería, con la famosa Silla de Felipe II. Un camino apasionante por la historia y la naturaleza.
La localidad de Chinchón, situada al sureste de la capital, se encuentra entre los más coloridos y bonitos para visitar en la Comunidad de Madrid. No mentimos al decir que es uno de los más pintorescos, pues su Plaza Mayor ha sido siempre escenario de representaciones y espectáculos como comedias, corridas de toros y grabación de películas.
Con apenas 5.000 habitantes, Chinchón recibe de media 300.000 turistas anuales, que encuentran en la Iglesia de la Asunción una joya del arte: La condesa de Chinchón, de Francisco de Goya. Una ruta por el casco viejo permite también evocar el pasado en el Convento de las Clarisas o el castillo de los Condes.
Los Reyes Católicos concedieron al linaje de los Cabreja un extenso señorío al sur de la capital con centro en Chinchón, lugar escogido para erigir este castillo en el siglo XV.
En la Sierra de Guadarrama, durmiendo en las fauces del valle de Guadarrama, se esconde el pueblo de Rascafría como una perlo dentro de una concha. A muchos viajeros amantes de la naturaleza les gusta perderse por las callejuelas de este pueblo con encanto que muestra la arquitectura clásica de los pueblos de la sierra adornada por el río Lozoya.
En el pueblo destacan la Iglesia de San Andrés Apóstol y La Casona, ambos edificios del siglo XV, pero el gran reclamo turístico es el monasterio de Santa María, de 1390, que fue la primera cartuja del Reino de Castilla y hoy es residencia de una comunidad de monjes benedictinos.
Si lo que buscas es pura naturaleza, entonces tienes que ver las cascadas del Purgatorio, el bosque de Finlandia, y el puente del Perdón. En verano puedes darte un chapuzón en sus piscinas naturales.
El banquero navarro Juan de Goyeneche impulsó en el siglo XVIII la construcción de este hermoso pueblo del este de la Comunidad de Madrid (a 50 kilómetros de la capital), que lleva el topónimo del valle navarro del Baztán. Así lo bautizó este adinerado prohombre, que con los años desarrolló uno de los mejores centros históricos declarado Bien de Interés Cultural.
A las órdenes de Goyeneche se puso el arquitecto más prestigioso del momento, José de Churriguera, que proyectó dos monumentos arquitectónicos que no te puedes perder: el palacio de Goyeneche y la Iglesia de San Francisco Javier.
El palacio precedió, de hecho, al pueblo, y cuenta con un estilo barroco adornado con patios interiores, arcos de medio punto, importantes balconadas y dos plazas, una delante y otra detrás. Anexo a él está la iglesia del santo navarro San Francisco Javier.
Visitar la casa donde vivió Miguel de Cervantes, contemplar una de las universidades más famosas de España con su paraninfo i la Hospedería de Estudiantes, exponentes del estilo arquitectónico del siglo de Oro, recorrer la antigua judería o admirar el Corral de Comedias es posible a solo unos minutos del centro de Madrid.
En la provincia de Alcalá permanece el conjunto urbanístico en el que nació el escritor más importante de la literatura española, y ese alma cultural se respira en las callejuelas de este pueblo, por otro lado, muy encantador.
Además de la Casa Museo de Cervantes, el turista puede ver el Palacio Arzobispal en el que por primera vez se entrevistaron la reina Isabel y Colón y la Catedral de los Santos Justo y Pastor, y yendo un poco más atrás en el tiempo es posible ver los vestigios romanos del lugar.
Uno de los lugares más recomendables del turismo rural en Madrid: esta localidad ubicada en la Sierra, al norte de la comunidad, engulle al turista en una mezcla muy atractiva de ermitas, iglesias y fuentes árabes. Por cierto, si visitas este lugar no olvides preguntar a los nativos por qué hasta hace poco le llamaban Puebla de la Mujer Muerta.
Además, se mantienen muchos lugares de antiguos oficios rurales que permiten conocer cómo era la vida en el campo hasta no hace mucho, por lo que además de respirar aire puro y desconectar de la ciudad contaminada y ruidosa, podrás aprender y trasladarte en el tiempo.
Para matar el tiempo, nada como pasearse por sus callejas de piedra y admirar la tranquilidad con la que se vive en los pueblos madrileños y, concretamente, de la sierra. Cuando absorto por esa calma, contemples el cerro a cuyos pies está el pueblo, quizás descubras el por qué del viejo nombre...
Al no tener edificios emblemáticos y monumentos como algunos pueblos reales más famosos, La Hiruela es, además de uno de los pueblos de Madrid con más encanto, el más desconocido. Sin embargo, por su aislamiento ha conservado un ecosistema muy particular que desde 2005 forma parte de la Reserva de la Biosfera.
La Hiruela se encuentra en la Sierra del Rincón, en la provincia de Guadalajara, ofrece un paisaje quebrado de lomas y montes acariciado por el curso del Jarama cuyo conjunto natural puede admirarse desde el mirador del Puerto.
Al bajar al pueblo, el visitante puede perderse en las calles de este pueblo de piedra y admirar lugares tradicionales como la carbonera y el molino de harina. También tiene un Museo Etnológico que culmina la visita a este pueblo ideal para desconectar.
Esta localidad ubicada a los pies de la Sierra de Guadarrama y a la orilla del embalse que forma el río Manzanares está incluido en la ruta de castillos, fortalezas y atalayas de la Comunidad de Madrid, pues además de la naturaleza que lo rodea, este pueblo cuenta con un centro arquitectónico e histórico de primer nivel.
Si visitas Manzanares el Real no te pierdas el castillo de Mendoza, uno de los más importantes de España y que sorprende al visitante por su buen estado de conservación. Construido en granítico y en estilo románico-mudéjar, te dejará sin aliento solo con verlo.
Completan el conjunto el Castillo Viejo, la ermita de Nuestra Señora de la Peña Sacra, y la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves. La antigüedad del lugar se puede admirar en el museo arqueológico, y tras darse un paseo por sus rutas naturales, nada mejor que degustar la tierna carne que brindan los ganaderos del lugar y el pescado obtenido del embalse.
Los viajeros suelen sorprenderse ante los tesoros escondidos de Ayllón, que recibe al visitante con una muralla por la que atraviesa el río Aguisejo y que conduce al centro de la villa. Su centro histórico medieval, sus calles de piedra, el puente también de piedra con tres arcos y la cantidad de iglesias por metro cuadrado lo convierten en una maravilla visual.
El centro neurálgico de Ayllón es la Plaza Mayor, que conserva los viejos soportales de madera y está embellecida por una fuente de estilo románico con cuatro salientes construida en 1892. El Convento de las monjas Concepcionistas y el ayuntamiento también son especiales.
Para admirar con plenitud la bella del lugar es preciso subir a lo más alto y contemplar el enjambre de callejuelas atravesadas por el río y rodeado todo por la meseta.
Guadarrama es una simpática localidad al noroeste de Madrid, pero sin duda lo que la hace tan encantadora es el entorno natural. Puede servir como escapada para unos días, en los que podrás hacer varias actividades y ver paisajes únicos.
Es muy recomendable el Embalse de la Jarosa, a dos kilómetros del pueblo, donde además de relajarte y disfrutar de las vistas, el silencio y el aire, puede hacer recorridos a pie o en bici. Con una buena condición física se puede ir hasta el Valle de Cuelgamuros y el Puerto de los Leones. Para los amantes de la fotografía, es altamente recomendable.
Naturaleza a parte, el lugar tiene mucho interés sobre todo si te gusta la historia, porque tiene restos de edificaciones de la guerra civil, así que es muy interesante transportarte a aquel momento crucial de nuestra historia.
En la frontera de Madrid con Ávila encontramos otro de los pueblos con más encanto de la Comunidad, uno de los más bonitos sin duda por la majestuosa presencia del Castillo de Coracera, una fortificación del siglo XV restaurada en 1940. La estructura del castillo, sobre todo la torre del homenaje, es de época y lleva al visitante a un viaje en el tiempo.
Además, San Martín de Valdeiglesias cuenta con el privilegio de contar con la conocida como “playa de Madrid”, el Embalse de San Juan. También cuenta con un paisaje silvestre maravilloso muy atractivo para visitar con los niños, cuyo nombre lo dice todo: el Bosque Encantado.
Es un sitio ideal para una escapada de fin de semana, preferiblemente en verano porque el embalse permite darse un chapuzón y hacer deportes acuáticos.
Al norte, en la Comunidad de Madrid, se encuentra Miraflores de la Sierra, un pueblo de poco más de 5.000 habitantes y 57 kilómetros cuadrados que cuenta, por una parte, con unas fuentes naturales muy atractivas para la vista y, por otro lado, con edificios emblemáticos como la Casa de la Cultura y la parroquia de Nuestra Señora de la Anunciación.
El tronco de un álamo muy antiguo preside el centro de esa localidad madrileña de la que, por cierto, se enamoró el poeta Vicente Aleixandre. Aunque como todos los pueblos más bonitos de la sierra, lo mejor es el marco incomparable en el que se encuentra este pueblo rural.
El pueblo vive de la ganadería y, con el aumento del turismo rural en los últimos años, sus habitantes han evolucionado su oferta gastronómica por lo que, además de ver un pueblo de piedra encantador y disfrutar de la naturaleza, comerás como un rey.
Cerca de Castilla y León, al noroeste de la Comunidad de Madrid, está la villa de Cercedilla, cuya antigüedad podrás descubrir visitando la antigua Calzada Romana y avanzar por los siglos con la ermita de Santa María, la Iglesia de San Sebastián, y la estación del ferrocarril del siglo XIX. Todo ello con la Sierra de Guadarrama como telón de fondo.
Por eso, lo mejor de Cercedilla son sus parajes naturales. Lo mejor es escaparse hasta el Valle de Fuenfría, donde se puede contemplar un paisaje fresco y limpio por donde atraviesa el arroyo de la Venta que cruza tres puentes romanos. También puedes visitar el Puerto de Fuenfría, un paso de montaña que atraviesa la sierra.
En el pueblo, paseando por sus calles, es muy fácil quedar prendado de la colección de puentes de piedra y fuentes como la de los Geólogos y la del Bolo.
Localidad muy popular en la Comunidad de Madrid que tiene el estatus de real, pues allí se ofició el matrimonio entre el rey Felipe IV y su sobrina María de Austria. Es recomendable visitar Navalcarnero el segundo fin de semana de cada mes, pues se celebra una fira artesanal ideal para ver con la familia.
También es un sitio ideal para degustar la mejor gastronomía local pero, además, los vinos. Navalcarnero es una área viticultora y forma parte de la denominación de origen de vinos de Madrid, por eso es sede de muchas bodegas.
Si visitas esta localidad al sur de la Comunidad de Madrid tienes que ir a la plaza de Segovia, que está rodeada por edificios históricos levantados a partir del siglo XVI en el ensanchamiento creado por el cruce de las dos arterias que atravesaban la ciudad.