Los 25 micromachismos más habituales (que no conocías)

Una selección de micromachismos que cometemos a menudo aunque no nos demos cuenta. Porque todos hemos tenido algún pequeño gesto de machismo cotidiano.

Aún siendo conscientes de que la sociedad necesita un cambio para no quedar estancada en un sistema heteropatriarcal, cada día cometemos micromachismos y pequeños gestos que debemos erradicar. Es el llamado “machismo cotidiano”, tics de la sociedad muy arraigados que le hacen un flaco favor a las mujeres y al feminismo.

25 micromachismos presentes en la sociedad

A continuación te presentamos unos cuantos micromachismos que seguro habrás cometido más de una vez sin darte cuenta. De los errores se aprende.

1. La bebida fuerte es para él

Haced la prueba. Que un miembro de la pareja se pida una Coca-cola en un bar y otro una cerveza. En la gran mayoría de casos, el camarero o camarera dará por sentado que la cerveza (o la bebida más fuerte de las dos) es para el hombre.

2. La cuenta, también para él

Otra micromachismo muy común se produce cuando los camareros (no tenemos nada en contra de este colectivo, de verdad) traen la cuenta al hombre de la pareja. Es una manera de perpetrar el sistema patriarcal en el que la mujer es la dependiente económica.

3. ¡Vaya modelito lleva!

Hay infinidad de comentarios sexistas que se basan en juzgar la apariencia de una mujer y este es de los más comunes. Como normal general, no juzgamos la vestimenta de un hombre a menos que sea extremadamente llamativa.

4. Ellas no pagan entrada

Una práctica demasiado habitual es que los representantes de una discoteca decidan cobrar entrada a los chicos, mientras que las chicas entran gratis. Lejos de ser un gesto de cortesía, tratan de atraer a un público masculino con la presencia de mujeres.

5. Llorar “como una niña”

Las niñas lloran y los niños también. Admitir que el hecho de llorar es exclusivo del género femenino es un micromachismo y un macromachismo.

6. ¿Aún no tienes novio?

Parece que algunos tienen urgencia por ver a todas las mujeres con sus respectivas parejas, como si fuera un asunto de vida o muerte. Creednos, no tenéis por qué contestar a esa pregunta.

7. Explicar un fuera de juego

Damos por hecho que una mujer no tendrá ni idea de fútbol, y aprovechamos la mínima ocasión para explicar en qué consiste un fuera de juego o qué es el VAR. Si se da el caso, la mujer te tendría que explicar un par de cosas a ti primero…

8. “Ayudar” en las tareas del hogar

Un micromachismo muy habitual que todos hemos cometido alguna vez, admitir que “ayudamos” en las tareas del hogar, dando por hecho que la responsable primera es la mujer y, siempre que lo pida previamente, puede ser ayudada.

9. Describir una mujer como “poco femenina”

Una mujer es como es, y el atributo de la feminidad no es indicativo de nada en tanto que la belleza es subjetiva. Además, consideramos que un hombre también puede ser femenino, dependiendo de su identidad de género.

10. Nunca hablar con tus hijos de feminismo

El primer micromachismo que debemos eliminar es considerar que el feminismo es un tema tabú. Para que la sociedad cambie, es preciso que nuestros hijos se eduquen desde el respeto y la igualdad de género.

Suponer que las mujeres nunca beben cerveza es otra forma de micromachismo.
Suponer que las mujeres nunca beben cerveza es otra forma de micromachismo. | Imagen de: Kinga Cichewicz/Unsplash.

 

11. Callar ante comentarios machistas

Quien calla ante comentarios marcadamente machistas está permitiendo que la sociedad siga siendo machista.

12. El cambiador de bebés en el baño de mujeres

Una manera poco sutil de decir que la mujer es la única encargada de cuidar al bebé. Hombres (me incluyo), comprobad cuántas veces os habéis encontrado un cambiador de bebés en vuestro servicio y después decid si es o no un micromachismo.

13. Saludar con dos besos

Un formalismo un tanto anacrónico que, admitámoslo, representa un claro micromachismo. Saludar con dos besos a ella y dar la mano a él es un síntoma inequívoco de que aún vivimos en una sociedad patriarcal.

14. Prohibir una falda en el trabajo

Estamos en pleno siglo XXI, y lo ideal es que cada uno vaya como le parezca al trabajo, siempre dentro de unos límites razonables. Prohibir las faldas o los escotes es otro anacronismo como una catedral.

15. Regalar juguetes machistas

A las niñas se les regala un juego de cocina y a los niños una figura de acción, dando a entender el rol que tendrán de mayores. Con la cantidad de juguetes inclusivos que existen, eso no debería pasar nunca.

16. Manspreading

Cuando entráis en el metro, fijaos en la postura que adoptan la mayoría de hombres. Algunos abren las piernas como si no hubiera un mañana y relegan la mujer a unos pocos centímetros de espacio.

17. Cuando algo es una “mariconada”

La palabra “mariconada” es uno de esos términos homófobos y machistas que conviene erradicar del castellano. Estamos de acuerdo en que se puede utilizar en un contexto humorístico siempre que no pueda ofender a nadie.

18. “Ella aquí y sus hijos en casa”

Juzgar a una madre por salir de fiesta y haber dejado a sus hijos al cuidado de alguien es una absurdez enorme. A una hombre no se le juzgaría con la misma vara de medir ni de lejos, y es que es habitual que el hombre salga a "despejarse" para tomar unas copas.

19. Presentar a una mujer por su marido

Es decir, cuando presentamos a una mujer por ser “la mujer de” o “la pareja de”. Esto sucede a menudo con las esposas o parejas de algunos políticos y altos cargos. Asumimos que su principal actividad es ser cónyuges, ¿no?

20. Juzgar su maquillaje

Este es un punto que mucha gente no entenderá, así que vamos por partes.

Al juzgar el maquillaje de una mujer con frases como “te has echado demasiado pote en la cara”, estás juzgando su aspecto físico. Cuando estos comentarios se vuelven demasiado habituales, estamos asumiendo que una mujer siempre debe ir perfecta. ¿A que esta presión no existe para los hombres?

21. Ropa de color rosa

El rosa para las niñas y el azul para los niños, y cuando a un niño le gusta el rosa se le tacha de “afeminado”. ¿Qué tendrá que ver el color con la identidad de género o la orientación sexual?

22. Revistas en la sala de espera

En las salas de espera de servicios orientados a un público femenino siempre suelen haber revistas del corazón, de moda y de belleza. Ni rastro de otras temáticas de las que, suponemos, las mujeres no tendrán ni la más remota idea: Nótese la ironía.

23. Decir a una chica que “vaya con cuidado”

Si le decimos a una chica que vaya con cuidado cuando sale de noche, ¿por qué no le explicamos a los chicos lo que nunca deben hacer a una mujer que camina sola por la calle? El objetivo de ellas no es saber defenderse, sino llegar a vivir sin miedo.

24. Anteponer el placer sexual propio

También se producen micromachismos en el ámbito sexual. No debemos olvidar que el sexo es cosa de dos y, como tal, ambas partes deben disfrutar por igual.

25. Utilizar la palabra “feminazi”

Es cierto que un o una feminista puede equivocarse en sus argumentos, porque todo el mundo tiene derecho a equivocarse y rectificar. Sin embargo, la palabra “feminazi” se ha convertido en un recurso fácil para aquellos que quieren seguir viviendo en la sociedad más rancia y patriarcal.