Los 14 tipos de dolor que puede sentir el ser humano

El dolor puede ser de muchos tipos y no siempre tiene la misma causa u origen. Te presentamos los 13 tipos de dolor que existen en distintas clasificaciones, como la patogenia, la fuente, la duración, la localización y la intensidad. Este mal en nuestras vidas nos previene de los múltiples peligros que nos rodean.

El cuerpo humano, y el de los animales, puede experimentar dolor por causas muy diversas. Lo más común es que sintamos dolor por una lesión o una herida, aunque no es el único motivo. A continuación os presentamos los distintos tipos de dolor que el ser humano puede experimentar.

El dolor es una sensación molesta y en los casos más severos se puede volver insoportable, pero  si no existiera seriamos incapaces de evitar lesionarnos, y es que el dolor representa también un aviso de los peligros que nos rodean. Nos indica que algo nos puede hacer daño y que debemos intentar evitarlo

  • Te puede interesar: ¿Cuáles son los peligros de las vacunas infantiles y adultas?

Los 14 tipos de dolor

No existe una único tipo de dolor porque puede estar causado por varios factores o afectar de manera muy diferente.

1. Según su patogenia

La patogenia estudia las causas y el desarrollo de las enfermedades. En este caso concreto, trataremos de analizar el origen del dolor.

1.1 Nocioceptivo

Sentimos este tipo de dolor cuando hay un daño en el tejido del organismo y se produce un estímulo de respuesta. Es un mecanismo de defensa que actúa como protección frente a los peligros y permite la reparación del tejido dañado.

1.2 Neuropático

En este caso se produce un daño o enfermedad que afecta a cualquier parte del sistema nervioso, aunque la causa del mismo no es siempre visible. Justo después de sufrir una lesión, podemos sentir una sensación de quemazón, hinchazón o dolor punzante.

1.3 Psicogénico

Tiene que ver con el ambiente psico-social del individuo y, por lo tanto, su causa es psicológica y requiere tratamiento psiquiátrico. En este tipo de dolor pueden influir factores como el miedo, las emociones o los recuerdos.

2. Según la fuente

El dolor no siempre se traduce en una sensación física molesta, sino que puede representar un estado emocional o una consecuencia de este.

2.1 Dolor físico

Tanto si es una lesión leve y superficial como si es un traumatismo grave, todo el mundo puede ser capaz de identificar el dolor físico (excepto los que padecen insensibilidad congénita al dolor con anhidrosis). Cuando nos hacemos un corte en la piel, se produce un estímulo nervioso del tejido dañado y lo sentimos.

2.2 Dolor emocional

No se trata de una molestia física sino de una experiencia subjetiva desagradable o muy desagradable. Tiene su origen en la incapacidad para gestionar emocionalmente una nueva situación, como un despido del trabajo o una ruptura amorosa.

2.3 Dolor psicológico

Puede parecer el mismo que el anterior pero no lo es. Este tipo de dolor es la consecuencia de un estado emocional negativo y se puede notar. Por ejemplo, el estrés puede causarnos una enfermedad que nos provoque dicho malestar. Es lo que se conoce como “somatización” o manifestación física del dolor.

3. Según su intensidad

El dolor puede ser diferente en función de su intensidad, que podemos clasificar en estas tres categorías.

3.1 Leve

El tipo de dolor menos intenso de todos y que todo el mundo puede soportar, tenga más o menos tolerancia para gestionarlo. En la mayoría de casos dura muy poco aunque puede ser síntoma de un problema o patología grave.

Puede suceder que estemos centrados en cualquier otra actividad y nuestro cerebro lo obvie. Por ejemplo, cuando estamos jugando un partido de futbol y sufrimos un rasguño, quizás estamos tan centrados en la actividad física y mental que lo pasamos por alto.

3.2 Moderado

Aunque puede producirse como consecuencia de actividades cotidianas, tiene cierta intensidad y puede resultar molesto. Se puede tratar con opioides menores.

3.3 Severo

El dolor más intenso de los tres. No solo incapacita a la persona que lo padece para seguir llevando a cabo una actividad normal, sino que interfiere en el sueño y el descanso del individuo. Requiere un tratamiento de opioides mayores.

4. Según su localización

El dolor también puede depender de la localización o de la relación con el lugar dónde se originó. Se trata de un proceso complejo que también se puede clasificar de la siguiente manera.

4.1 Somático

Alteración en los receptores somáticos de la piel, los músculos, las articulaciones, los ligamentos y los huesos. Suele ser fácil de localizar y puede ser tratado con antiinflamatorios.

4.2 Visceral

Este es un caso más complejo, y es que puede que no se note en el mismo lugar en el que se originó. Los cólicos o el cáncer hepático son ejemplos de este tipo de dolor que requiere opioides.

5. Según su duración

La última clasificación responde a la duración del dolor o lo que tarda en desaparecer.

5.1 Agudo

Es la consecuencia de un dolor real e inminente y tiene una duración corta. Se dice que tiene un escaso componente psicológico y es que no da tiempo a considerar las implicaciones de una lesión. Un ejemplo claro es cuando nos rompemos algún hueso.

5.2 Crónico

Si dura más de seis meses se considera dolor crónico. Tiene un fuerte componente psicológico, y es que el individuo recuerda constantemente que alguna cosa no funciona correctamente en su cuerpo. Es el que padecen los pacientes de cáncer.

6. El dolor fantasma

Este es un campo complejo en el que aún quedan cosas por descubrir. Más allá de las diferentes categorías y tipos, existen dolores que han suscitado el interés de la comunidad científica. Un ejemplo claro es el dolor fantasma, que sienten personas que han perdido alguna articulación u órgano y afirman sentir dolor en la parte del cuerpo que ya no poseen.

  • Te puede interesar: Metabolismo celular: qué es, cómo funciona y tipos.