El ámbito sentimental es probablemente de los que más preocupaciones genera en el ser humano. Nuestra habilidad para socializar nos ha llevado a la necesidad de buscar una pareja con la que sintamos el suficiente grado de complicidad y afinidad. Esta atracción surge por determinados procesos químicos que tienen lugar en nuestro cerebro y que se desencadenan cuando estamos con quien nos gusta.
Cuando conocemos a gente por primera vez (y hay cierta agradabilidad), sentimos curiosidad por saber sobre diferentes aspectos de su vida. En el plano emocional, esto ocurre de igual manera: antes y durante las relaciones que podamos establecer a este nivel, queremos conocer con más intimidad a quién hemos elegido como compañero/a sentimental.
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La base de toda relación
¿Cómo podemos lograrlo? La respuesta es sencilla: desarrollando y promoviendo un hilo de comunicación bidireccional, animándonos a establecer una dinámica de diálogo sin tapujos basada en el entendimiento, el respeto y la igualdad. Aunque es verdad que este no es el único ingrediente necesario para garantizar el éxito en nuestras relaciones, nos asegura que ambas partes buscamos algo similar.
En función de nuestra inquietud por averiguar más de nuestro partenaire, podemos preguntarle diferentes cuestiones acerca de su personalidad con los demás, sus aficiones o, por qué no, sobre sus preferencias sexuales, cuán pasional es a la hora de intimar o su disposición para nuevas experiencias. Antes de continuar, alentamos a todo aquél que lea estas líneas para dejar atrás muchos tabúes en referencia al sexo, pues aunque no lo parezca, sigue existiendo un estigma social muy poderoso del que muchos no han logrado desprenderse.
¿Qué puedes preguntarle a tu pareja?
Desde aquí proponemos una batería de preguntas conseguir mayor intimidad con tu pareja. Si bien no hace falta dedicarse a bombardear a nuestro interlocutor con todas ellas (puedes seguir el orden que quieras, saltarte las que no te importen o puedas dejar para otro instante) ni sonsacarle información de la que le provoque reparo hablar.
Teniendo en cuenta que, como hemos comentado, somos partidarios de normalizar cualquier tema de conversación, no negamos el hecho de que esto deba hacerse con cierto tacto y gradualmente. Así que: comprensión, respeto y buen tino.
Para despertar la libido en una persona no hay sólo que centrarse en el aspecto sexual (si bien es necesario) sino que conviene combinar con preguntas personales que destapen otros lados de quien tienes delante. Puedes ir jugando con esto en función de cómo estén los ánimos:
1. ¿Qué importancia tiene para tí el físico?
Mientras que algunas personas se focalizan en el afecto que reciben, la inteligencia o el nivel cultural; los hay que prefieren el atractivo físico por encima de otras características. Cuando estamos conociendo a alguien, conviene ser honestos con uno mismo y con esa persona para esclarecer este punto cuanto antes y así no contribuir a crear malentendidos.
2. ¿Consideras que se pueden tener relaciones íntimas con muchas personas?
Una de las cuestiones que pueden resultar polémica. De todas formas, aunque muchas personas no conciban que su compañero o compañera haya tenido diferentes encuentros antes de estar con ellos, se recomienda estar familiarizado con el grado de conservadurismo o liberalismo en ese sentido del otro, aunque siempre sin prejuzgar ni estigmatizar, si nos planteamos intenciones a largo plazo.
3. ¿Cómo valoras el sexo en la pareja?
De esta manera determinas el peso que el sexo tiene en tu relación para la otra persona. Aunque mucha gente tenga miedo a esperar una respuesta que sea algo como “apenas le doy importancia” o “valoro más otras cosas” (verdaderamente el sexo no es la piedra angular, pero es algo a tener en cuenta), los hay que se sorprenden para bien cuando se topan con alguien sexualmente activo como ellos.
4. ¿Cuáles crees que son los cuatro adjetivos que mejor te describen?
Así podrás enterarte de qué forma se percibe a sí misma y vea qué imagen transmite.
5. ¿Cambiarías algo de ti y por qué?
Durante nuestra existencia, vivimos experiencias que no siempre deseamos que nos hayan ocurrido y que nos afectan en cierto modo. Aquí se intenta abrir una vía comunicativa que nos permita expresar nuestro descontento y deseo de reconvertirlo en un logro.
6. ¿Qué tres aspectos de mi personalidad son los que más valoras?
Muy útil para detectar qué es lo que prioriza de ti y a qué le otorga más importancia. Esta incógnita la pueden plantear tanto parejas que estén comenzando, como las que tienen un largo recorrido. Nunca está de más saber de qué forma nos ven.
7. ¿Te atreverías a contarme una mala experiencia?
Cuando antes hemos mencionado el diálogo como base del entendimiento, no era aleatorio. Esta pregunta contribuye a crear un clima de confianza que fortalece nuestro vínculo; además de ayudarnos a familiarizarnos con diferentes facetas de la otra persona, de acuerdo con lo que nos cuente. Si te crees capaz, puedes incitar a tu pareja a que narre alguna de tipo sexual, ya que no siempre es fácil hablar de ellas pero es muy liberador.
8. ¿Qué mejorarías de nuestra relación?
No tengas miedo a admitir que pueda haber problemas en tu relación. Cuando planteas esto, muestras humildad, voluntad para el cambio y ganas de que la cosa vaya por buen camino.
9. ¿Qué crees que alimenta el erotismo?
Aunque haya quien se empeñe en no verlo, el erotismo es una faceta que hay que mantener viva si se pretende que tener cierto grado de compenetración, así que no la pierdas de vista y no tengas reparos.
10. ¿Tienes alguna fantasía que te atrevas a compartir?
Admitámoslo: todos las tenemos. Se trata de averiguar si desprendemos la suficiente confianza a la otra parte para que nos las rebele y de si nos sentimos de igual manera para hacer lo propio si nos sugieren que también nos sinceremos.
11. ¿De qué forma llegas al éxtasis?
Una pregunta sin tapujos: ¿Qué es lo que más le excita en los momentos de intimidad? Su respuesta te puede dar pistas acerca de posturas o “maniobras” a realizar (creo que nos entendemos) que puedan hacerle estallar de placer cuando en el futuro os vayáis a la cama.
12. ¿Qué opinión tienes de las infidelidades? ¿Te han traicionado o has sido traicionado alguna vez?
Tal vez una de las preguntas cuyas respuestas más discusiones pueda generar en la pareja, pero que nadie se apure: si intuyes que va a generar más conflictos que beneficios, empléala en otro momento.
No obstante, nunca está de más conocer el punto de vista de tu pareja en cuanto a las infidelidades y hasta qué límite es capaz de tolerarlas. ¡Pero que tampoco le vaya a servir de excusa a nadie para cometer una!
13. ¿Qué piensas respecto a tener hijos? ¿Tendrías hijos conmigo?
Este es un terreno delicado, particularmente si ya tenemos una edad y buscamos la estabilidad con esa persona; más que nada porque llega un punto en que mencionar esta duda se aleja de la mera hipótesis y se plantea como una posibilidad de futuro.
Tristemente, para muchos es motivo de separaciones al no compartir este objetivo. Para otros, en cambio, puede suponer el impulso que les hacía falta para decidirse a formalizar una familia.
14. ¿Te parece bien que tenga amistades del sexo opuesto?
Seguimos caminando por superficies cenagosas. Y es que aquí se puede inferir si estamos con alguien celoso o no. Igual que el apartado de los hijos, hay parejas que no toleran que su compañero/a mantenga amistades del otro sexo y ven en ello intenciones sexuales ocultas, la mayoría de veces infundadas.
Sea como fuere, si su respuesta fuera negativa, nunca consientas que sus prejuicios te hagan alejarte de aquellos que consideres importante en tu vida. Parejas puede haber muchas; amigos, bien pocos.
15. ¿Qué te excita?
Una forma nada sutil y muy efectiva para entender cómo debes enfocar los preliminares.
16. ¿Cuántas veces a la semana te gusta hacer el amor?
Esto te proporcionará indicios con los que podrás calcular hasta qué punto puedes dar rienda suelta a tu lascivia o si, por el contrario, mejor tienes que contenerte y dejarla para otra ocasión.
17. ¿Qué es lo que más te gusta hacer y que te hagan en la cama?
A veces los clichés y topicazos cumplen una función social, por muy manidos que estén. Este caso es uno de ellos: por mucho que hayas oído esta frase, no es en vano. Explora las maneras de gozar que a los dos os exciten.
18. ¿Cómo reaccionarías si te encuentras a tu pareja dándose placer?
No todo el mundo reaccionaría igual ante esta situación: los hay que no se lo tomarían nada bien, mientras que para otros, puede ser la excusa perfecta para una sesión de sexo espontáneo.
19. ¿Cómo te gusta el sexo?
Necesitas indagar en las preferencias que tu cónyuge tenga para satisfacerlo cuando os acostéis. ¿Le interesa el sexo duro?, ¿prefiere una opción más tierna?, ¿o ambas cosas? No tengas reparos ni en preguntar, ni en escuchar algo que pueda no gustarte: ese debe ser el empujón que te motive para mejorar.
20. ¿Te gustaría probar cosas nuevas en tus relaciones sexuales?
Veamos hasta dónde somos capaces de llegar y si estamos dispuestos a ampliar fronteras para no estancarnos en la rutina y hacer del sexo algo que merezca la pena experimentar; o marquemos ciertos límites que preferimos no traspasar. Sea como sea, ¡habladlo!
Un último comentario
Ya has visto cómo puedes ahondar en el ámbito más erótico y personal; ahora te invitamos a que selecciones y utilices aquellas que consideres más oportunas o que más te inquieten.
Eso sí, cuidado con parecer que estés en una sala de interrogatorio, tienes que respetar los tiempos (tanto de tu pareja como de las circunstancias) y nunca forzar un tema de conversación. Y no olvides: las relaciones son cosa de dos, así que tu pareja también debería preguntarte.