Hay miles de maneras de llamar a la marihuana: cannabis, María, hierba... Aunque se trata de una droga psicotrópica, hay países en los que su consumo es legal por varios motivos. Uno de ellos, quizás el más relevante, es que en la actualidad se investiga su uso para fines terapéuticos, algo que ha levantado ampollas entre los más escépticos. Sin embargo, su consumo reduce eficazmente el dolor y las náuseas producidos por tratamientos de quimioterapia o sida y ayuda a combatir la inapetencia, lo que resulta útil en los casos de anorexia.
Sea como sea, muchos afirman que la legalización de la marihuana supondría un cambio positivo e incluso un paso adelante en la lucha contra el narcotráfico, ya que la comercialización clandestina de cannabis dejaría de ser rentable. La cosa resulta más compleja de lo que parece, y es que plantea un dilema moral difícil de resolver.
Algunos países han dado un giro legal a esta planta psicotrópica, y lo han hecho por algunos de los siguientes motivos.
El aumento del consumo de cannabis de forma legal supondría un golpe para la delincuencia, ya que se regularía su comercialización y los usuarios tendrían acceso a ella sin más inconveniente. Los comerciantes ilegales se dedicarían a la venta de otras drogas, algunas de ellas más dañinas que la marihuana, pero el cannabis dejaría de ser un problema legal.
El gobierno de cada país obtendría un beneficio económico de la venta de la marihuana aplicando un impuesto. El precio estaría regulado por el Estado, lo que seguramente supondría un encarecimiento del cannabis, pero sería una gran fuente de ingresos para el gobierno de cada país, como lo es el tabaco o el alcohol en la actualidad.
Actualmente no existe control alguno sobre el tipo de hierba que se está vendiendo en las calles. La legalización de la marihuana supondría que las autoridades sanitarias tuvieran el control sobre el producto que llega a manos del consumidor. Un mayor control sanitario podría suponer un consumo más responsable o la mejoría en la calidad de la marihuana.
El cáñamo es la fibra que se obtiene de la planta de la marihuana y tiene múltiples usos. Se puede utilizar para elaborar productos textiles, materiales biodegradables, semillas, aceites e incluso combustibles ecológicos.
No obstante, hay quien prefiere mantener la marihuana alejada del marco legal. A continuación, exponemos algunos de los motivos para no legalizar el cannabis.
La marihuana, o más bien dicho el consumo de su flor o “cogollo” como se conoce comúnmente, no deja de ser una droga perjudicial para la salud. Muchos partidarios de la legalización afirman que se trata de una droga menos nociva que el tabaco o el alcohol, que sí están legalizados, no obstante es un hecho que fumar marihuana tiene efectos neuronales y es nocivo para algunos órganos.
El consumo de cannabis normalizado supondría un aumento del número de conductores que circulan bajos los efectos del mismo. Las drogas y el alcohol siguen siendo grandes problemas al volante que conviene evitar. Con la legalización de la marihuana aumentarían, teorícamente, los accidentes de tránsito por causas relacionadas.
Exponemos ahora una lista con los países en los que es legal consumir marihuana, casos concretos que han dado resultados muy diversos.
Portugal es uno de los primeros países europeos que legalizó la marihuana, aunque su consumo se limita a los 25 gramos. La persona que exceda este límite se enfrenta a sanciones administrativas. Por otra parte, está estrictamente prohibido en público.
Una de las cosas que más me sorprendió al visitar Holanda fue que, a pesar de la normalización del consumo de la marihuana, los problemas con la delincuencia relacionada son mínimos o inexistentes. Su consumo está limitado a los Coffe Shops aprovechando un vacío legal.
Resulta curioso que el cultivo, la provisión y posesión de marihuana constituyen delitos criminales. Resulta una contradicción similar a la que se da en la prostitución: en Holanda, mientras no molestes a los demás, todo está permitido.
Uno de esos países que nunca se ha planteado delimitar los marcos legales en los que se incluye la marihuana. Su consumo es casi nulo y, en consecuencia, ni el opio ni el cánnabis son considerados como drogas.
Igual que en muchos países que han regulado la venta de María, su consumo se limita a 5 gramos. Colombia es uno de los lugares más permisivos con las drogas, y es que el consumo de la cocaína también es legal siempre que no exceda el gramo.
Uno de los primeros países en valorar el uso medicinal de la marihuana para su legalización. Las persones enfermas pueden fumarla siempre que reciban un permiso especial del gobierno. La producción comercial y venta, por otro lado, están penadas con delitos de prisión.
Fumar marihuana es legal en Suiza desde el 1 de octubre de 2013, siempre en el ámbito privado y para cualquier persona mayor de 18 años. El límite son 10 gramos, algo más de lo que se permite en muchos lugares de Europa.
Cada uno de los estados de Estados Unidos desarrolla su propia legislación, también sobre la marihuana. Es el caso, por ejemplo, de Colorado y Washington, que permiten su consumo, su cultivo e incluso su venta. La distribución siempre está regulada por las autoridades.
La Corte Suprema de Justicia dictaminó, en 2009, que el consumo de la marihuana está permitido en personas mayores de 18 años, en el ámbito privado y siempre que no suponga un riesgo para la salud de terceros.
Otro de los países europeos sin límites en el consumo de la marihuana, aunque su uso está multado en el ámbito público.
Chile es uno de esos países que está dando sus primeros pasos en la despenalización de la marihuana. Aunque fumar cannabis se permite en el ámbito privado, la venta y el cultivo del mismo suponen un delito. Se prevé que en un futuro se regularicen estos aspectos.