Insultar con estilo se ha convertido en todo un arte, y el castellano tienen el léxico adecuado para faltar con cultismos. En el Siglo de Oro se utilizaban expresiones y adjetivos que se han perdido con los años, por eso hemos recopilado una selección de insultos antiguos del castellano con su correspondiente significado. Coge papel y lápiz y prepárate para insultar como un caballer
Sin más dilación, los arcaísmos o cultos para insultar que captarán tu atención.
Seguramente habrá muchos ababoles en tu vida que no te aporten nada. Un ababol es una persona contínuamente infeliz y poco espabilada, que tiene pocas luces. Se utiliza, sobre todo, en Aragón.
Se utiliza para referirse a las personas torpes o sin maña.
No es que Apu de Los Simpson trabajara en un establecimiento con nombre de insulto, es que Badulaque también es un arcaísmo (recogido por la RAE) que se refiere a las personas despreocupadas e inconscientes, que no cumplen con sus compromisos.
La próxima vez que veas que alguien habla de más, sin tener ni puñetera idea de la que está diciendo, le podrás decir que es un auténtico baladrón. Algunos sinónimos son fanfarrón o bocazas.
No se refiere a un tonto con barba, sino a alguien con pintas de poco espabilado.
De naturaleza ruin, que comete delitos.
Un bodoque es un gañán de toda la vida. Alguien de poco entendimiento y aspecto rustico. Utiliza este insulto antiguo con cuidado, nunca se sabe si el castellano antiguo sigue vigente en ciertas partes del país.
El hombre ignorante es feliz en su ignorancia. Precisamente por eso se define un boto, por ser una persona corta de entendederas que no es consciente de su condición de tonto.
En la mitología griega, el bucéfalo es un caballo con cabeza de buey. Ya puedes imaginar que alguien con cabeza de buey no tiene demasiadas luces. Por lo tanto, sería un sinónimo de necio.
Probablemente lo hayas escuchado alguna vez como una forma despectiva de llamar homosexual a alguien, pero el término bujarra significa, en su origen, ramera o mujer de mala vida.
Que habla sin tener nada interesante que decir. De estos conozco unos cuantos.
Un curioso sinónimo de cobarde.
Algunos se sentirán identificados con este insulto. Significa persona holgazana que esquiva el trabajo como si fuera un nuevo disco de Melendi. Algunas acepciones son remolón o adulador.
Una palabra muy utilizada hoy día es “carca”. Significan lo mismo: persona de ideas retrógradas.
Este insulto se ha quedado bastante anticuado, ya que define a alguien que no tiene “formalidad en sus relaciones sexuales”. Hoy en día, sirve para referirse a alguien de “moral laxa”.
El que cata todos los caldos. Sería algo así como el que se dedica a muchas cosas pero no es especialmente destacable en nada. Cada empresa tiene su catacaldos.
El castellano tiene muchas palabras para definir a las personas sin entendimiento. Cermeño es una de ellas, y se utiliza para referirse, sobre todo, al hombre tosco, sucio o necio.
Si eres de los típicos que recorre kilómetros en círculos cuando está hablando por teléfono o que tiene el síndrome de la pierna inquieta, puede que te definas como un chisbagrís. En otras palabras: persona excesivamente inquieta.
Uno de los insultos antiguos que más se ha conservado, aunque cada vez lo utiliza menos gente. Un crápula es alguien que tiene costumbres poco morales, que lleva una mala vida.
No es que en el castellano antiguo hubiera una palabra para el que no tiene orejas, es que un desorejado es una persona vil que frecuenta prostíbulos.
Hay otra palabra del castellano que también se está perdiendo y que es sinónimo: pasmarote. Un estafermo es aquél que está parado sin hacer nada, con actitud despreocupada.
Que no comprende nada de nada.
Que habla y habla, pero su único propósito es embaucar a la gente. Dicho de otro modo: que siempre utiliza una charla prolongada pero insubstancial. Mucho ruido y pocas nueces.
Antiguamente se utilizaba la palabra follón, pero ésta derivó a felón. Se utiliza para describir a alguien de carácter traidor y desleal.
Igual que felón, un fermentido es una persona falsa y traidora. Si nunca te atreves a llamar a las personas por lo que son, puede que el vocablo “fermentido” sea la solución a tus problemas.
Deriva de la palabra “fuñicar” (otro vocablo que suena fatal), quiere decir echar las cosas a perder. Define a alguien de poca habilidad o traza, un manazas. Yo, por ejemplo, soy un poco fuñique.
Que se dedica a hacer pequeñas raterías o utiliza la picaresca de forma habitual. En definitiva, alguien de nula o escasa consideración social.
Arcaísmo para referirse las personas con malos hábitos.
Un ladrón de poca monta, que roba cosas de poco valor y con escasa habilidad.
Una palabra de sonoridad cuanto menos curiosa, pero que tiene un significado bastante despectivo. Un gaznápiro es aquél hombre de naturaleza torpe o simplona, que siempre está como ausente.
Que tiene malos hábitos (depende de lo que entiendas por malos hábitos). La Ra se refiere a beber contínuamente, apostar o fornicar. Como si esto último fuera un mal hábito.
Todos hemos sido un poco julays alguna vez. Dïcese de aquél que siempre acaba cargando con las culpas por fiarse en exceso de alguien. Un bobo.
Deriva de “lebrato”, que es una liebre pequeña. Eso ha dado lugar a este adjetivo que califica a alguien cobarde aunque astuto.
Si llamas a alguien lechuguino, es probable que ni se inmute. Sin embargo, sirve para referirse a cualquier joven imberbe que intenta seducir a las mujeres de su edad. Igual que las lechugas, aún está muy verde.
Después de leer este significado, cuenta cuántos magancés hay en tu vida. Ahí va la definición: individuo perverso y malévolo del que conviene apartarse.
Otro de esos insultos que, aunque es bastante infrecuente, puede que hayas escuchado. Se trata de un malhechor o ruin.
Malquisto no te sonará de nada, pero es uno de los insultos más heavys de la lista. Se refiere a alguien aborrecible y odioso, que provoca auténtico rechazo. Se usa de distintas formas.
Los mamacallos son hombres de pocas luces, pusilánimes. El término viene del verbo mamar y de los callos, el conocido plato madrileño. Un insulto compuesto bien curioso.
Otra vez, se trata de un insulto antiguo para referirse a las personas de pocas luces.
Poco civilizado o asilvestrado.
Un meliloto es alguien que no hace más que estorbar. Podríamos decir que también es un ababol o un boto. Insultos antiguos no te faltarán.
Merodeador o trotamundos. Vamos, que no es de fiar.
De carácter cuadriculado, que es muy cabezón.
También hace referencia a un tipo de ave, pero en sentido despectivo define a alguien de naturaleza simple, papanatas.
Este insulto se utiliza sobre todo en Andalucía, aunque no siempre de forma correcta. Parquela es aquél que parece una mujer en sus maneras. Sinónimo de amanerado.
Una persona que se preocupa en exceso por las apariencias y la moda y, por ese motivo, siempre está en actitud altiva.
Aquél que se dedica a pisar las malas hierbas.
Ahora en serio: pisaverde sirve para definir a alguien metrosexual, que se preocupa en exceso por su imagen.
Aunque es una palabra del castellano antiguo, los raspamonedas están de rabiosa actualidad. Significa ladrón de guante blanco.
No tiene nada que ver con el exjugador del Barça, sino que se refiere al típico chulo o matón de carácter violento.
Un lacayo, un pelota, un lameculos. ¿Te parecen suficientes adjetivos?
Un tonto que, además, se vanagloria de serlo.
Un tragasantos es un santurrón o un meapilas. Otra palabra que nos encanta por su sonoridad y su carácter compuesto.
No le busquéis un doble sentido. El tragavirotes es aquél que tiene una actitud muy recia y severa, aunque dicha actitud no va acorde con su estatus. El estirado de toda la vida.
Esta palabra que parece el nombre de un oficio significa persona que se dedica a hacer hazañas inútiles. El ejemplo perfecto es Don Quijote.
Que siempre está excitado, en el sentido sexual. El típico colega salido y verriondo.
Nada que ver con el programa de televisión donde salen mujeres y hombres operados. Significa persona indecisa que nunca sabe qué hacer o pensar.
Los insultos compuestos son mis favoritos. En este caso, se refiere a alguien muy pesado.
Un insulto muy similar a “palurdo”. El vilordo es aquella persona lenta y perezosa, que siempre se toma su tiempo para hacer cualquier cosa.
Si te dedicas a ir de un sitio a otro sin hacer nada de provecho, eres un zascandil de mucho cuidado.
Por último, puedes anotar en tu libreta de insultos cultos zurumbático como sinónimo de lento o atontado.
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