El miedo es una de las fuerzas más poderosas que existen, y es incluso capaz de cambiar la conducta y la percepción de las personas. No hay mejor manera de infundir terror a alguien que contando una historia de miedo y haciendo que parezca real. Es lo que sucede con el creepypasta, un nuevo género surgido de los foros de Internet que se ha popularizado en los últimos años.
En términos generales, las creepypasta son historias de miedo que se han viralizado en Internet, haciendo que muchos se cuestionen si son ciertas o no. En cierta manera, se parecen a las leyendas urbanas de toda la vida, pero van mucho más allá de una simple narración.
El creepypasta puede pasar a formar parte de la cultura popular con un vídeo en las redes sociales, con un videojuego o con una simple imagen que, sin previo aviso, se hace viral. Otra característica importante es que cualquiera puede formar parte de esa historia y agrandar el mito, siempre que se ajuste al relato original.
El término viene de la expresión coloquial “copypaste”, que hace referencia a la acción de copiar y pegar un texto digitalmente. Juega también con la palabra “creepy”, que se puede traducir como “espeluznante”. De igual manera, las historias creepypastase copian y pegan en las distintas plataformas de la red, como foros y redes sociales, hasta que algún usuario la adapta a un nuevo formato.
Entre los temas más habituales, encontramos personajes demoníacos que deben ser invocados, imágenes o vídeos encantados que atormentarán al espectador hasta su muerte (véase ‘The Ring’), e incluso “episodios perdidos” de algunas obras de ficción.
Para que etendáis mejor en qué consiste este tipo de relato en la red, os presentamos los ejemplos más famosos de historias de terror virales.
Un ente esquelético con un enorme parecido a Michael Jackson se te aparece a las 3 de la noche en tu habitación si aún no te has dormido. Es lo más nuevo de los creepypasta, pues la perturbadora imagen del “Rey del Pop” ha sido objeto de una cadena interminable de memes convirtiendo la historia en lo más viral.
Si te fijas, “Ayuwoki” no es más que una traslación fonética de la frase “Annie, are you ok?” que aparece en la canción Smooth Criminal. También según esta leyenda urbana, el Ayuwoki se te aparece gritando “Hee Hee”, como hacía Michael Jackson en las canciones.
El origen de una historia tan rara se remonta al video aparecido en Youtube en 2009 titulado “My Ghoul Jackson”, en el que se ve al muñeco en el que se inspira el Ayuwoki moviéndose por sí mismo.
Como suele pasar en esos casos, aunque en su momento esta figura animatrónica apenas tuvo eco en las redes, algunos años más tarde un usuario lo ha convertido en viral.
Slenderman o el “Hombre Delgado” es el fenómeno creepypasta por excelencia. Todo empezó en 2009, cuando un usuario llamado Victor Surge colgó una serie de fotos editadas en un foro llamado Something Awful. En el fondo de esas instantáneas se podía apreciar un hombre alto, con traje negro y de rostro blanco sin facciones.
El objetivo de Victori era ganar un concurso de Photoshop, pero lo que sucedió a continuación ha cambiado la historia de Internet. Las imágenes se hicieron virales y muchos usuarios se comenzaron a preguntar si Slenderman era un caso real. Con el tiempo, el personaje pasó a ser una leyenda urbana: la de un hombre que secuestraba y traumatizaba a las personas, en especial a los niños.
El fenómeno ganó popularidad cuando en 2012 el desarrollador Mark J.Hadley lanzó el videojuego ‘Slender: The Eight Pages’, pero dos años más tarde el mito creepypasta se cobró su primera víctima.
El 31 de mayo de 2014, Morgan Geyser y Anissa Weier, dos adolescentes de 12 años, apuñalaron a su amiga Payton Leutner hasta en 19 ocasiones. El mito arraigó en las mentes de las menores hasta que sintieron la necesidad de “contentar a Slenderman”. Afortunadamente, la víctima se recuperó del ataque y sus dos amigas fueron acusadas de asesinato en primer grado.
Este escalofriante caso lo podéis encontrar en el documental de HBO ‘Beware the Slenderman’.
Algunos aseguran que el mito de Slenderman es el origen de este fenómeno en las redes, aunque lo cierto es que la tradición de copiar y pegar historias de miedo virales se popularizó (cómo no) en el foro de discusión 4chan.
Este portal ha sido la cuna de otros movimientos como Anonymous y se define como una web de libre circulación de información. De hecho, encontramos las primeras referencias al término creepypasta en 2007 en algunos hilos de discusión de la web.
Recientemente, la Policía Nacional española ha alertado de la propagación de una serie de vídeos, alguno de contenido infantil, que se han hecho virales en las redes y que representan un peligro porque se presenta como un reto que incita al suicidio.
Momo (así es como se llama este creepypasta) es un viejo conocido de los profesionales de las redes. Fue en el verano pasado cuando se hizo famoso gracias a su extensión por Whatsapp, y puso en alerta a los cuerpos policiales porque proponía una serie de pruebas de carácter autolesivo que podía acabar en el suicidio.
Entonces saltaron todas las alarmas, pues no hacía tanto que había salido a la luz el caso de alguno suicidios instigados por el peligroso juego de la “Ballena Azul”, que había nacido en Rusia y se había propagado a otros países.
Los expertos lo catalogan como “farsa viral” al constatarse de que el “Momo Challenge” (El reto de Momo) no era más que una leyenda urbana basada en un reto inexistente de un supuesto cibernauta que incitaba a los adolescentes a realizar pruebas peligrosas. Después de realizar una investigación, la policía no halló un solo caso de afectados por este reto.
Lo cual no quita para varias asociaciones pusieran en alerta a la comunidad de padres y madres para proteger a sus hijos de este tipo de retos virales que pueden despertar la curiosidad de los jóvenes por esas prácticas.
Aunque según los expertos Momo Challenge fue solo un caso típico de pánico moral favorecido por algunos medios sensacionalistas, está demostrado que durante el verano de 2018 algunas cuentas falsas de Whatsapp viralizaron la imágen de una escultura japonesa inspirada en un fantasma para atemorizar a los adolescentes y obligarles a jugar.
Ahora parece que esta inquietante figura vuelve con nuevos retos, y muchos padres y madres se preguntan cómo proteger a sus hijos de ese material sensible en Internet.
La educación y hablar con ellos es fundamental, pero también utilizar los sistemas parentales y otras medidas de seguridad en la red. En Youtube, por ejemplo, hay cinco reglas básicas:
Activar el modo seguridad o restricción por edad, que bloquea los vídeos con contenido sexual y violento.
La opción de bloquear usuarios podemos bloquear a cualquier usuario que creamos que está ejerciendo ciberacoso contra nuestros hijos.
Reportar casos de ciberacoso y vídeos de contenido inapropiado al Centro de Seguridad de Youtube garantiza la protección general de red.
En el caso de tus hijos tengan su propio canal de Youtube, hay una opción para inhabilitar comentarios y regular los mensajes que reciba.
Enseñar a tu hijo a hacer listas de reproducción es un método muy útil para que puedas revisar periódicamente qué tipos de vídeos visualiza.
En junio de 1972 una mujer apareció en el Hospital Cedar Sinai, en Los Ángeles, ataviada sólo con un vestido blanco lleno de sangre. Esto tampoco es tan extraño, pues podría haber sido una víctima de un accidente que busca ayuda en el centro médico más cercano. Sin embargo, un par de detalles llamaban especialmente la atención.
Primero, no se trataba de un ente humano. Tenía la destreza y fluidez de una persona, pero la estructura y el semblante de un maniquí. En segundo lugar, llevaba un gato sangrando entre los dientes, el cual escupió antes de derrumbarse.
Mientras las enfermeras la trataban, no movió ni una ceja, hasta que giró los ojos hasta el doctor y sonrió, provocando el horror generalizado. Acto seguido se abalanzó hacia su yugular y jadeando entre la sangre susurró: “Yo soy Dios”.
Después de darse un festín con el personal médico la vieron alejarse y nunca jamás se la vio. Si buscas en internet encontrarás las espeluznantes fotos de “la Inexpresiva”.
Jeff the Killer es otra gran leyenda creepypasta de Internet. Se inspira en la historia de Jeffrey Woods, un chico de 13 años que se ve involucrado en varias peleas con adolescentes. En una de ellas, el rostro de Jeff es consumido por las llamas, que arden avivadas por el alcohol y la lejía que le habían arrojado.
Entonces pierde el juicio y deforma sus labios para dibujar una gran sonrisa en su rostro con la que disfruta matando.
Por supuesto, esta historia es completamente falsa, pero ya ha pasado a formar parte de la retorcida cultura colectiva de la red. Lo curioso de esto es que se forman otros relatos sobre el original y la versión cambia radicalmente de una web a otra. En ese sentido, varios usuarios aseguran que es una chica que ha recibido abusos en el colegio la que se dedica a matar con una macabra sonrisa en su cara.
Las mentes pensantes del mundo de las redes no descansan, y también existe un creepypasta muy popular dedicado al Día de San Valentín. En este caso, se trata de una narración sobre una trágica historia de amor de dos adolescentes ilustrada en varios vídeos en Youtube.
Thalia y Gerson eran una pareja de adolescentes que habían acabado el instituto y estaban a punto de entrar a la universidad. Eran la pareja perfecta, pero tras unos dolores de cabeza Gerson descubre que tiene una extraña enfermedad en el sistema circulatorio que le va consumiendo lentamente.
Gerson murió algunas semanas después, y sumida en una depresión, su novia recurrió a una vieja espiritista.
Siguiendo sus instrucciones, Thalia excavó en la tumba de Gerson, se cortó el dedo donde llevaba el anillo que le había regalado y lo dejó junto al de su amado. Thalia no comía, apenas dormía, y su aspecto había desmejorado mucho, pero Gerson no aparecía. La anciana le dijo que el plan estaba saliendo a la perfección: sólo tenía que ponerse frente al espejo a las 12 de la noche.
Thalia vio su cuerpo esquelético con un brazo que le pesaba más que el otro. Cuando se tomó una foto con su móvil lo entendió todo: allí estaba Gerson, agarrando su brazo con la misma palidez que la noche que excavó su tumba, y con su lengua succionaba la sangre haciendo que perdiera poco a poco la vida.
Cuando por la mañana la policía encontró su cadáver, llevaba ya varias semanas muerta.
Hacer creer desde las redes que una película de animación de terror tiene un fondo real es otra de las estrategias de los creepypasta, y el mejor ejemplo es Coraline. Un vídeo circulando por las redes presenta, con pretensión de veracidad, el caso real de Coraline.
Con una narración más o menos coherente acompañada de imágenes reales se cuenta la historia del creador de Coraline, el escritor Neil Gaiman. En las afueras de su pueblo natal, New Hampshire, vivía una anciana con su nieta, a la que había rescatado de un incendio donde murieron sus padres. Desde entonces no la dejaba salir de casa.
Nadie había visto a la niña, y entre los niños del lugar se extendían las historias sobre ella y verla se había convertido en un desafío. Con tal propósito Neil Gaiman y sus amigos acamparon en frente de la casa de la anciana y al caer la noche entraron.
Encontraron la habitación de la niña, pero aunque esta debería tener diez años, allí sólo había una cuna con un bebé. Al descubrir su rostro, un grito de horror se escapó de uno de los integrantes del grupo: era un trozo de carne carbonizado.
La anciana fue trasladada al psiquiátrico, y en el sótano de su casa encontraron el cadáver de una niña de ocho años secuestrada años antes y que la anciana pretendía traspasar su espíritu al del bebé. Años más tarde, Neil Gaiman trajo esta historia a la ficción.
En ocasiones los creepypasta se refieren a invocaciones o rituales que se ejecutan para atraer fenómenos paranormales o peligroso espíritus de la noche. Uno de esos rituales célebres es el Juego de Medianoche (Midnight Game).
Para realizarlo correctamente, se deben cumplir una serie de requisitos, como que sean exactamente las 12 de la noche, llevar una vela y una pizca de sal o hacerlo todo con las luces apagadas. Existe un riesgo real de que el terror psicológico nos condicione de tal modo que nuestro cerebro acabe oyendo ruidos extraños en mitad de la noche, sin embargo debemos recordar que los creepypasta no dejan de ser puras invenciones.
En definitiva, estas historias son versiones actualizadas de las leyendas urbanas que aprovechan el potencial de las redes para extenderse. El gran peligro es que algunos de los usuarios pueden interiorizar estas historias hasta el punto de afirmar que son reales.
Como siempre, la línea entre la verdad y la ficción se diluye en Internet.