La cirugía estética es algo habitual en la sociedad actual y sirve para modificar esas partes del cuerpo con las que no nos sentimos cómodos. En algunos casos, también es el método más efectivo para solucionar problemas médicos. Pero, ¿es posible agrandar el pene? La respuesta es que sí, pero es algo mucho más complicado de lo que parece.
El principal problema del pene suele ser el tamaño. Se tiende a relacionar un miembro viril grande con un mayor atractivo sexual pero, aunque es un factor importante, no es un aspecto esencial para tener relaciones íntimas satisfactorias. Muchos hombres se plantean un alargamiento de pene por pura estética, y esto se puede plantear desde dos perspectivas: las técnicas no quirúrgicas y las quirúrgicas.
En primer lugar, hay que destacar que no se ha demostrado la eficacia de las intervenciones no quirúrgicas. Ningún estudio científico ha probado que sea posible agrandar el pene sin pasar por el quirófano, aunque existen una serie de técnicas tradicionales para estirar visiblemente el músculo del pene (de forma temporal). En cualquier caso, los profesionales intentar evitar este polémico tema.
Desde un punto de vista estético, es posible destacar el falo eliminando el vello púbico o provocando una erección continuada, pero no hay un alargamiento de pene propiamente dicho.
Estas son las técnicas no quirúrgicas que se han planteado para agrandar tanto la longitud como el grosor del miembro masculino, pero su eficacia no ha sido probada. De hecho, existe un riesgo real de sufrir un desgarro de la piel y cicatrización, así como la pérdida de la potencia sexual.
Podemos encontrar, sobretodo en foros de Internet y en otras páginas de dudosa veracidad médica, una serie de técnicas de estiramiento que prometen un agrandamiento del pene. Como hemos señalado, en ningún caso se ha demostrado su eficacia. En este sentido, existe una técnica de origen árabe denominada Jelqing que consiste en varias sesiones de ejercicios durante un período determinado, pero tampoco tiene una base científica.
La bomba de vacío para pene provoca un efecto temporal, y en ningún caso cura los problemas de impotencia o micropene. Dicho artilugio provoca un cavío que hace que la sangre fluya en el falo y se produzca la erección. Sin embargo, también tiene sus riesgos: un vacío excesivo puede provocar daño vascular.
Las intervenciones quirúrgicas conllevan sus riesgos y solo son recomendables en los casos de micropene o microfalosomía. Se considera micropene el miembro de un adulto cuya longitud no supere los 6,5 centímetros en erección, desde el hueso pubiano hasta la punta del glande. En el resto de casos no suele recomendar agrandar el pene.
Cualquier intervención suele estar en torno a los 9.000 euros en la Unión Europea, unos 10.000 dólares en Estados Unidos. En cualquier caso, el asunto debe estar en manos de profesionales cualificados con experiencia en este tipo de aumentos.
Existen multitud de procedimientos para llevar a cabo una faloplastia de aumento. Algunas de ellas sirven para aumentar la longitud y otras se aplican para obtener un mayor grosor, aunque se suelen llevar a cabo ambas en una misma sesión. Normalmente, la parte inferior del pene se extrae hacia afuera para un alargamiento, mientras que el aumento de grosor se consigue mediante injerto de tejido adiposo (piel).
Puede que quede una cicatriz demasiado grande. Este es uno de los riesgos de las faloplastias, aunque dicha cicatriz se puede ocultar mediante otra operación quirúrgica.
Otro método novedoso es la inyección de metacrilato, silicona y otros compuestos para aumentar el diámetro. Para llevar a cabo esta operación, es necesario realizar primero una circuncisión (cortar de forma circular una parte del prepucio). En caso de intervención, el material debe ser de calidad y los profesionales han de estar cualificados en la materia.
En este caso se puede lograr un aumento de 2 a 4 centímetros, liberando una parte del pene que está interna en la pelvis. Los efectos son visibles, sobretodo, cuando el falo está flácido y requiere de un aparato en el postoperatorio.
Hoy en día son posibles muchos cambios en el cuerpo gracias a la cirugía, incluso una reasignación de sexo. Por ese motivo, el agrandamiento de pene es cada vez más común. Sin embargo, suele ser recomendable una aceptación del propio cuerpo en lugar de recurrir a la cirugía.
Un estudio de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica reveló, en el año 2014, que se llevan a cabo una media de 15.000 faloplastias al año, la mayoría de ellas en Alemania. Esto se debe a que la mayor parte de profesionales expertos en la materia se encuentran en este país. Estos son los cinco países en dónde se practican más alargamientos de pene.