La catástrofe de Fukushima se contempla como una de los más grandes y terribles acontecimientos de la historia moderna a nivel ecológico y humano. Todo el mundo recibió la noticia y nos recordó los peligros de la energía nuclear.
A día de hoy, el eco de este fatal acontecimiento sigue resonando en nuestras mentes y también ahora en las noticias, después de la medida que está planteándose tomar el gobierno japonés.
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El agua contaminada
El problema con el que se ha encontrado el gobierno japonés es que tienen un almacén compuesto por nada menos que 900 tanques de agua que estaba contaminada. Dicha agua debe liberarse para evitar que los tanques se rompan y esta salga de manera descontrolada arrasando todo lo que encuentro ante su paso.
Es por esto, que las autoridades decidieron ya hace tiempo, tratar el agua para eliminar los compuestos que la contaminan, pero el problema aparece cuando el tritio (uno de estos compuestos) no se ha eliminado porque se dice que en pequeñas cantidades no es dañino.
El tritio es un isótopo del hidrógeno y es radiactivo. Además, tiene un periodo de semidesintegración de algo más de 12 años, por lo que tardaría bastante en desaparecer del agua.
La solución: liberar el agua
Por tanto, la propuesta del gobierno es verter el agua al océano Pacífico. Esta solución relativamente sencilla no ha gustado a muchos de los ciudadanos y en especial a los pescadores de la zona (como era de esperar).
No es solo una cuestión de que el agua pueda o no contaminar significativamente el agua, que también, sino que la población en general no se fía de que el agua sea segura, y por esto mismo, si se lleva a cabo la medida, la demanda de pescado disminuirá aún más de lo que lo había hecho ya.
Es más, si antes del desastre el número de pescadores que solían zarpar para capturar a sus presas oscilaba los 1.000 trabajadores, hoy en día apenas rondan la mitad.
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El estado del pescado en Fukushima
Desde lo sucedido en Fukushima, el gobierno se ha visto obligado a realizar análisis en todos los alimentos envasados procedentes del océano. Después de comprobar que son seguros, se les coloca una pegatina con la palabra de “seguro”.
Es cierto que el nivel de contaminación del pescado ha disminuido desde el incidente. Por el 2012, más de un año después del suceso, solo 3 especies de peces superaban las pruebas de toxicidad. Poco a poco la cantidad ha conseguido aumentar hasta casi las 100. Lo que implica una gran mejoría.
¿Pero qué sucede con el resto de especies? Y lo que más preocupa a los habitantes ¿en qué medida se pueden fiar de esos supuestos análisis y sus resultados? ¿Es igual para niños que para adultos? ¿Cuál es la cantidad de pescado recomendable?
Otras propuestas
Pero esta es solo una de tantas propuestas que hay para intentar solucionar, o al menos, disminuir, la preocupante situación que experimenta la región desde el desastre.
Un ejemplo de otra solución fue la propuesta en el 2016 por el comité TEPCO, por las iniciales de: Tokyo Electric Power Company (Compañía de energía eléctrica de Tokio).
La solución que se propuso consistía en diluir el agua hasta 50 veces y se liberase unas 400 toneladas diarias. El problema es que este proceso debería durar casi una década hasta que todo el agua que hay almacenada se pudiese liberar.
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